Última noche vieja

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31 de Diciembre, 1998

Estaba lista para salir de casa e ir a casa de mis abuelos para celebrar la noche vieja, como todas las anteriores, estaba feliz porque me encantaba el ambiente que había esa noche, era especial, nos reuníamos toda la familia, siempre en el salón grande y lujoso de mi abuela, con la lámpara de cristal tan delicada y brillante como siempre, las copas relucientes, el mantel tan preciado de mi abuela, el olor a pavo que se olía desde fuera, mis primos pequeños correteando por el pasillo jugando al pilla pilla y como no, mi abuelo preguntándome qué había comido esa mañana. Todos estos pequeños detalles eran los que hacían la noche tan inolvidable.

Pero lo que de verdad me gustaba era el momento de sentarse a cenar, todos tenemos ya los sitios asignados en la mesa del comedor, así que no hubo problema, me senté entre mi madre y mi padre, como siempre hacía y mi hermano en frente mía. Era mi momento favorito porque mis tíos y mis padres empezaban a narrar acontecimientos remotos que habían vivido ello mismos y eran muy graciosos y aunque no lo fuesen te acababas riendo porque todas sus risas son contagiosas y tan solo con verles sus caras de felicidad te sentías feliz, por muy mal que estuvieras.

Después del postre llegaban las 12 campanadas, yo hacía años que no tomaba uvas porque siempre me atraganto y no paso de la tercera uva, y en un santiamén ya era año nuevo y todo el mundo estaba dándose abrazos, besándose y felicitándose el año nuevo. Lo que ninguno sabíamos es que iba a ser la última noche vieja con mi abuelo y quizás la última en casa de mi abuela y que sin él nada volvería a ser lo mismo.

2 meses después, estaba con mis amigas de fiesta en una discoteca muy famosa de la ciudad llamada "Dance all night", cuando recibí una llamada de mi padre, me extrañó un poco, aún así le colgué porque estaba bailando con Kai y no quería estropear el momento romántico, pero vi que mi padre me estaba llamando otra vez y esta vez me preocupé de verdad, le dije a Kai que tenía que salir a tomar aire fresco y salí fuera para llamar a mi padre, no me cogió el teléfono la primera vez que lo llamé y ya me estaba poniendo nerviosa, mientras llamaba otra vez, Ava, mi mejor amiga, salió a buscarme porque estaba preocupada, sin embargo, no me dio tiempo a contarle lo sucedido porque mi padre cogió el móvil y en cuanto empezó a decirme que estaba en el hospital y que mi tía iba a ir recogerme sabía perfectamente lo que había pasado.


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