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KAI

Tenía sus labios color fresa cada vez más cerca de los míos, podía escuchar su corazón acelerarse y su respiración entrecortada. Podía sentir como una mano me estaba acariciando el pelo. ¡No!, eso no... ¿qué es esto?- pienso cuando abro los ojos y veo a Wendy acariciándome para despertarme-puff era un sueño, ojalá hubiese sido verdad. Llevo varios días soñando con que casi beso a Wendy, pero el sueño siempre acaba antes de que pueda besarla. ¿Por qué mi conciencia me tortura de esta manera?

-Despierta anda, creo que deberíamos ir al hospital, ¿no?- me dice Wendy mientras me incorporo y empiezo recordar todo lo que había pasado ese día... Al estar dormido se me había olvidado todo por completo, se habían esfumado todos mis problemas y preocupaciones. Aunque no podía pasarme el día durmiendo, tengo que enfrentarme a mis miedos y superar todos los obstáculos que me pongan.

-Puff-suspiro-si deberíamos ir, no es que tenga muchas ganas, aparte de que no soporto los hospitales- añado.

-Venga, tranquilo, paso yo contigo si así estás más tranquilo, ¿sí?-me dice Wendy. Es un tesoro, ¿cómo es alguien capaz de escuchar tan bien a las personas como ella?, ¿y de comprenderlas?, ¿y de tranquilizarlas? Me da miedo perderla.

-Si no te importa entrar conmigo te lo agradecería...-le digo cabizbajo.

-Claro que no- me dice mientras sonríe y me da un beso en la mejilla. Ante este hecho no pude evitar sonreír. Diez minutos después salimos de mi casa al hospital, que está a unos treinta minutos. Se supone que a mi madre ya la han operado y estará en el post-operatorio.

Durante el camino en la moto estaba un poco, por no decir que estaba que me iba a dar algo, nervioso. No sabía cómo iba a reaccionar al ver a mi madre, pero teniendo a Wendy al lado estaba más tranquilo. Parece que me leía el pensamiento, porque en ese momento me abrazó más fuerte con sus finos brazos.

Llegamos y Wendy se bajó de la moto primero, dándome su casco para que se lo guardara. Me quedé un rato planteándome si entrar o si no hasta que Wendy me bajó de las nubes.

-Vamos a preguntar en qué habitación está-me dice Wendy entrando al hospital-si quieres pregunto yo, aunque no sé como se llama tu madre.

-No te preocupes-contesté -gracias de todas formas amor.

-Creo que hay que preguntar ahí- me dice Wendy señalando una recepción con dos enfermeras sentadas en sus respectivas sillas.

-Perdone- le dije a la enfermera morena de ojos oscuros que no aparentaba más de 27 años- ¿me puede decir en que habitación está Autumn Livingdom?

-¿Quién es usted, algún familiar?- me pregunta.

-Soy su hijo- le digo.

-Está en la planta 2, habitacion 210-añade la enfermera que se llamaba Luna, según el pin que llevaba. Tenía un nombre peculiar y difirente, le pegaba.

-Vale, gracias- le dije mientras buscaba el ascensor con los ojos.

-¿En qué habitación está?-pregunta Wendy- el ascensor creo que está por allí, he visto entrar y salir a mucha gente por ahí.

-Pues vamos a ver-le digo haciendole una señal para que pase ella delante mía.

-Ja, tenía razón-dice ilusionada, no pude evitar reirme, parecía un niño de 4 años al que le acaban de regalar una piruleta.

Entramos y pulso al botón de la segunda planta, me quedo mirando al suelo porque me ponía nervioso ver que quedaba menos para llegar a la planta. Hasta que, piiii, llegamos a la planta.

-Kai, vamos, es esta la planta-me dice Wendy tirándome de la manga para que espabile- ¿210, no?

-Emm sí-vacilé un poco y le contesté.

-Está por aquí- me dice señalando un amplio y largo pasillo.

-Si, esta ahí-añado. Puff no puedo entrar, no estoy listo, no quiero...

LibertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora