Kai
Veo a Wendy salir de la habitación y dirigirse hacia mi, estaba seria, como triste y enfadada a la vez. No me extrañaba, antes me había pasado de la raya, pero solo quería hacerla mía, me daba miedo perderla.
-Tu madre quiere hablar contigo- me dice mirando hacia el suelo.
Sin decir nada me levanto y entro a la habitación.
-No vayas a perderla Kai, es muy especial y te quiere más de lo que piensas- me dice mi madre nada más poner un pie dentro de la habitación.
-Lo sé, pero ella se merece a alguien mejor que yo, no sé cuidarla-le dije recordando lo que había pasado esta mañana en la estación.
-No digas eso, ¿por qué no te iba a merecer? Tienes que ver lo que tienes delante, además si ella está contigo será por algo, ¿no crees? Bueno, solo te quería decir eso, ahora creo que voy a dormir un rato si no te importa porque estoy un algo cansada.
-Claro, descansa-le besé en la frente antes de irme-reflexionaré sobre lo que me ha dicho.
Salí de la habitación y le dije a Wendy que ya nos podíamos ir.
-Déjame en mi casa- me dijo. Yo tenía claro que no la iba a dejar en su casa, quería solucionar las cosas.
-Vale- mentí.
Cuando nos montamos en la moto no se cogió de mi como antes. No soportaba esto, después de unos minutos al no dirigirme hacia su casa se dio cuenta.
-¿A dónde vas?-me dice- Para.
No le hice caso y seguí conduciendo.
-Para, ¡qué pares!, Kai ¡PARA!-me dice chillando, estaba bastante cabreada pero justo acabábamos de llegar a donde quería, así que paré.
-¿Eres imbécil o qué te pasa?- dice furiosa mientras se baja de la moto a la velocidad de la luz.
-Para, no te vayas, espera un momento. le digo mientras la sujeto por el brazo.
-¡Suéltame! Ni se te ocurra ponerme una mano encima, ¡Déjame en paz!
-No te voy a soltar, patalea y pégame todo lo que quieras pero sabes que no puedes conmigo- le dije para que tranquilizara.
-¿Qué quieres?-me pregunta frustrada y cansada ya de todo.
-A ti- le digo- no te he llevado a tu casa porque quería disculparme por lo de esta mañana, me he pasado.
-¿Q...q...ué?¿Lo dices en serio? Yo no quería ser tan borde pero como no te quitabas de encima me tuve que poner así y no es que no te quiera o que no te desee, simplemente no era el momento- me dice Wendy.
-Si, lo siento, lo sé. Pero quiero que seas mía. Además, no quiero perderte le digo.
- No me vas a perder tonto- me dice y me abraza cariñosamente, bueno más que cariñosamente casi me deja sin respiración- ¿por qué piensas eso?
-Porque no creo que sea el mejor chico para ti, seguro que hay millones ahí fuera mejores que yo y no entiendo qué haces aquí conmigo-decidí decirle lo que sentía porque creo que lo mejor es hablar las cosas.
-Si, lo eres, no quiero a otro y punto y final-me dice seria- bueno y a todo esto,¿A dónde me llevabas si se puede saber?
-A comer- le contesto.
-Pero, ¿A qué sitio?- me pregunta intrigada.
-Ja, no te lo voy a decir, te voy a dar una sorpresa- le dije para mantenerla intrigada.
-Kaiiiiii, por favorrrrr, dime como se llama el sitio-me suplica poniendo cara de cachorrito. La verdad es que esa cara era irresistible.
-No, por muchos pucheritos que me pongas no te lo pienso decir-le digo y le beso seguidamente- me amas y lo sabes.
-No, ahora no porque no me lo dices, dimelo porfa. Si me lo dices te digo que te amo y te quiero y lo que quieras- ya empezaba a hacerme chantaje.
-Chantajista. No-le digo, aunque es verdad que sabía persuadirme demasiado bien...
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Libertad
RandomWendy, una chica de 16 años vive atrapada en un mundo del que parece que nunca va a salir y eso es lo que ella lleva deseando con tanta ansiedad desde que tiene uso de razón.