Quiero desaparecer

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-Kai cuéntame ya lo que ha pasado. No quiero parecer una cotilla ni una pesada, pero me estoy preocupando- le dije mirándole intensamente a esos ojos aguamarina para que supiera que iba en serio.

-Y...o..., a... m...i m...a-adre le ha dado u-u...n d-de-e...- intentaba decirme él, estaba al borde las lágrimas. Sabía que queria decir, un derrame cerebral, a su madre le ha dado un derrame cerebral. Me quedé sin palabras, no sabía que decir.

-No hace falta que acabes la palabra, ¿estabas delante cuándo ha pasado?- me partia el corazón verle así y saber por lo que ha tenido que pasar. Es peor que el infierno.

- Si-i...- dijo casi sin apenas sonido alguno. Rompió a llorar. Joder, no me podía ni imaginar lo que había pasado.

-Soy una mala persona, un mal hijo- dijo levantándose de la cama hecho una furia- no sabía que hacer en ese momento, me he bloqueado, parecía imbécil. En vez de reaccionar y ayudarla, no he hecho nada, no tenía ni idea. Le estaban dando combulsiones y yo me he asustado, se le han quedado los ojos en blanco. NO, ¿¡Qué he hecho!?, ¡TODO HA SIDO MI CULPA!

-Pero, ¡¿QUÉ?!, ¡NO!, no ha sido culpa tuya, ni de nadie Kai, eso no es algo que tu puedas predecir y nadie sabe que hacer en esas situaciones, ¡NADIE! Son prácticamente subrealistas, parecen ficticias y cuando vives algo de eso en persona no te lo crees, es muy difícil de asumir amor- le regañé, no era su culpa, el era un amor de persona, joder no podía ver a mi Kai así- no es tu culpa, la mayoría de personas se quedan como tú, no eres ni un médico- le dije mientras se me saltaban las lágrimas e iba a abrazarle para que se calmara.

-Has vivido el infierno y no es tu culpa, ¿me has entendido?- le pregunté por si no le había quedado claro.

-Mmm si- dijo mientras asentía con la cabeza- sólo quiero desaparecer del mapa, que la tierra me trague y que acabe todo esto ya.

-Todo va a pasar, lento, pero pasará, ¿sí?-le intenté tranquilizar- ¿me dejas enseñarte una cosa?

-Si, ¿el qué? -preguntó ansioso.

-¿Tienes unos auriculares?-le pregunté.

-A tu derecha princesa-me dijo, ¿princesa?¿desde cuándo me llamaba así? Intenté hacer como si no hubiese escuchado nada pero me había puesto roja.

-Ponte uno y yo me pongo el otro, te voy a poner una canción y vas a cerrar los ojos y a imaginarte todo lo que te diga. Y no hay peros que valgan- afirme para que no se quejara antes de tiempo.

-Valeee- añadió conforme.

-Se llama Ocean drive, a mi me gusta hacer esto de vez en cuando, me hace desaparecer y sentirme libre, espero que te ayude-le dije mientras ponía la canción- cierra los ojos.

-Pero no ha empezado- dijo Kai justo cuando empezaba.

-Calla, ya- le dije cuando empezó- cierra los ojos, imagínate que estas en un coche, un descapotable, tu favorito y que vas con tu amor o con la persona que más quieras.

-Contigo- me interrumpió. Menos mal que tenía los ojos cerrados y que no vió lo roja que estaba...

- A toda pastilla y con la música a tope, el viento dándoos en la cara y que estáis conduciendo de noche por la costa de Italia. Podéis sentir la brisa del mar, el olor a sal de la playa, el ruido de las olas rompiendo y véis como la luna llena se refleja en mitad del océano, abriendo paso a un camino infinito...-acabé justo cuando la canción terminó.

El seguía con los ojos cerrados, estaba de guapo... Abrió los ojos, sonrió, tenía cara de haber flipado un poco, pero se me quedó mirando tan profundamente que me quedé imnotizada...

LibertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora