- Ya hemos llegado- dijo Kai haciéndome bajar de mi nube.
-No quiero entrar, me van a matar, vaya bronca me va a caer- dije muerta de miedo.
-Venga no te preocupes, no será para tanto- dijo aguantándose la risa.
-Puff, madre mía- suspiré entrando a mi casa.
-¡Wendy, espera!- añadió mientras se bajaba de la moto, se acercó a mi y me tiró hacia él cogiéndome de la cintura. Podía sentir su cálida mano bajo mi camiseta subiendo suavemente por mi costado, mientras me miraba directamente mis ojos y me acercaba cada vez más a él, podía escuchar su respiración que se iba acelerando rápidamente.
Tenía unas ganas de besarle tremendas, me leyó la mente en ese momento porque me cogió del cuello para acercarme sus labios, cuando de repente se encendió una luz de mi casa y mi padre salió.
-¡Wendy! ¡¿Se puede saber qué haces llegando a estas horas de la noche?! ¡Entra ahora mismo en casa!- chilló en mitad del barrio, en ese instante lo único que quería era que la tierra me tragase, no sabía si llorar o reír. Además, Kai estaba descojonándose de la risa porque aunque no se estuviese riendo se le notaba un montón que se estaba aguantando la risa.
-Será mejor que entres, ya continuaremos esto- me dijo Kai con una risilla pícara.
-Por favor, no me dejes sola, me da miedo entrar- le supliqué, aunque sabía que tenía que entrar.
-¡Wendy! ¡Cuento hasta tres!- volvió a chillar mi padre todavía más enfadado.
-¡UNOOO! ¡DOOOOOS! Y ...- empezó a contar, no podía dejar de pensar en la bronca que me esperaba.
-Entra- dijo Kai serio.
- Ofuu, ya voy- suspiré haciéndome a la idea de lo que me esperaba y menos mal que el que había salido era mi padre, porque llega a ser mi madre y no salgo en lo que me queda de vida, espero que mi padre se apiade de mi y no se lo diga. Venga ya, seguro que ellos dos también habían estado en esta misma situación y seguro que habían hecho cosas locas en su juventud ¿por qué me regañan si ellos hacían estas cosas?, que injusta que es la vida, de verdad, cuando tenga hijos seré más comprensiva con ellos.
-¿Se puede saber que haces llegando a estas horas, señorita?- me preguntó mi padre bastante irritado, por no decir que estaba apunto de dejarme dormir en la calle.
-Papá, es que...- empecé a decir con voz de niña buena y cara de cachorrito irresistibles, total por intentarlo no perdía nada- no hemos hecho nada, te lo prometo, es que nos quedamos dormidos, bueno fui yo, porque he estado tan liada con los exámenes estas últimas semanas que casi no he dormido nada y estaba tan agotada que me dormí sin querer y él después y cuando me he despertado eran las tantas de la noche y me pensaba que era antes, perdón.
-Si te crees que ponerme esa voz y cara te van a funcionar estas muy equivocada- dijo más calmado, bueno, por lo menos lo había intentado-anda, vete a la cama que no se que voy a hacer contigo y de esto a tu madre ni pio ¿me has escuchado?
-Si, gracias papi, te quiero- le dije con cuidado por si se arrepentía de lo que me acababa de decir, madre mía, no sabía que poner voz y cara angelical era tan eficaz. Me fui a dormir porque si que estaba cansada de verdad, ni siquiera miré el móvil, me puse el pijama y me tiré a la cama.
-¡Wendy, a levantarse!- gritó mi padre desde la planta baja.
-Puff, si hoy es sábado- dije mientras cogía mi móvil para ver que hora era- ¡Ostras! no es sábado, es viernes, me cago en todo, me pensaba que hoy no había clase, ¡joder!- maldecí mientras salía de la cama y me cambiaba a la velocidad de la luz porque ya llegaba tarde.
Todas las mañanas Ava y yo quedábamos para ir al instituto juntas, esta vez, como llegaba tarde le llamé para decirle que se fuese directamente ella porque si no también iba a llegar tarde. Pero, no me cogió el teléfono y me extrañó bastante porque ella siempre estaba con el móvil y contestaba a todas mis llamadas, ya fuesen por alguna urgencia o cualquier tontería, me quedé bastante preocupada ¿le pasará algo?
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Libertad
RandomWendy, una chica de 16 años vive atrapada en un mundo del que parece que nunca va a salir y eso es lo que ella lleva deseando con tanta ansiedad desde que tiene uso de razón.