Who knows the secret tomorrow will hold? We don't really need to know... Maybe we're perfect strangers... - ¿Se puede saber quién me está llamando a estas horas?- pensé mientras me despertaba con la canción que tenía como tono de llamada. Era mi favorita Perfect Strangers de Jonas Blue, aunque ya la estaba empezando a aborrecer de tantas llamadas.
-¿Diga?- pregunté al descolgar porque ni me había fijado en el nombre para ver quien me estaba llamando.
-Buenos días cariño- se me dibuja una sonrisa en la cara al escuchar esto.
-¿Por qué me llamas a estas horas loco? Estaba durmiendo- le digo a Kai.
-Perdona Bella Durmiente pero son ya las once de la mañana-me dice con reproche.
-¿Qué dices? Mentira-digo mientras mito la hora en el despertador-vale, es verdad, uff y, ¿para qué llamabas?.
-Para que desayunáramos juntos y después visitar a mi madre, ¿quieres?-me pregunta.
-Si, me ducho, me visto y vamos, no tardo. Recógeme en casa cari, nos vemos.-le digo antes de colgar.
Normalmente me cuesta la vida levantarme, pero con la presión de que Kai venía a recogerme no me costó. Hacía algo de calor así que me dí una ducha fría y me puse unos vaqueros rotos, una camiseta de manga corta y unas stan smith. No me sequé el pelo, ni me lo peiné, me gustaba más despeinado porque me daba algo de volumen y tampoco me maquillé, me veía bien así. Me lavé los dientes, me eché colonia y salí afuera. No había nadie en mi casa, mis padres estaban trabajando porque era lunes y yo no iba a ir al colegio después del día anterior.
Llamé a Kai porque no había llegado todavía, aunque no me lo cogió y pensé que estaría en la moto ya. Y efectivamente así era porque al minuto apareció por la esquina de la calle.
Se bajó de la moto, se quitó el casco y se acercó a mi para besarme dulcemente. Después me dio el casco y fuimos al Starbucks para pedir dos cafés y dos magdalenas.
-¿Cómo está tu madre?- le pregunto a Kai. El día anterior se había recuperado bastante pero quien sabía lo que podía pasar.
-No lo sé la verdad, ahora lo averiguaremos, espero que esté mejor-dice preocupado.
-Si, tranquilo. Ayer estaba bastante bien después de todo lo que pasó, es muy fuerte.-le dije para animarle. No tardamos en comernos el desayuno y en dirigirnos al hospital, ya que cuando antes llegásemos antes veríamos como estaba Autumn.
Para mi sorpresa no fuimos al hospital, me llevó a la estación de tren donde estuvimos juntos una noche. No me extrañó porque me quedé dormida en Kai mientras se suponía que íbamos a ver a su madre.
-¿No íbamos al hospital?- le pregunto confusa.
-íbamos, pero mi padre me ha enviado un mensaje diciendo que mi madre está bien y que no podía recibir visitas hasta dentro de dos horas por las pruebas que le están haciendo. Con lo cual he pensado que podíamos, ya sabes, dar una vuelta. ¿Qué íbamos a hacer allí tanto tiempo?-me dice.
-Bueno, eso es verdad- digo todavía perdida- vamos a entrar ya que estamos.
Ahí estaba, seguía igual, quizás con más polvo que antes, pero por lo demás no había cambiado absolutamente en nada. La cristalera del techo por la que se podía ver todo el cielo seguía igual, el tren parado a la entrada de la estación (oxidado y lleno de moho por el tiempo) y lo que antes era un despacho que ahora se le daba otros usos...
Yo me apresuré a acercarme a la puerta del supuesto despacho. Kai me seguía el rastro, la verdad es que lo notaba algo raro, igual será por lo de su madre. Se me adelantó para abrir la puerta.
-Adelante señorita- me dice educadamente y con una sonrisa.
-Gracias señorito- respondo con cierta picardía.
Cuando entré al despacho no pude evitar sentir cierto frío en el habitáculo y un olor a papeles viejos y amarillentos. Me fijé en algunas figuras de ferrocarriles que había en las estanterías. Cuando de pronto, noto una mano que se apoya sobre mi cintura (era la de Kai) y me pregunta:
-¿Te gustan las figuras?
-Si, están algo sucias, pero tienen su encanto-
-Mira aquellas- me señala con el dedo.
Miro lo que Kai me había señalado, pero mi mirada se desvía a un colchón. Era viejo, pero aceptable y lo que se me pasó por la cabeza fue echarme al colchón porque estaba agotada.
Me apresuré a tumbarme y a mirar el techo, aunque noto que Kai suelta el casco y veo que se acerca con cierto ritmo pícaro al colchón. He de admitir que estaba buenísimo con la chaqueta y encima con ese ritmo, puff... Me puse mal... Se me acerca con una sonrisa intrigante y se tumba al lado mía. Los dos nos quedamos mirando, estaba bastante nerviosa pensando en esta situación. Él, yo y un colchón.
Por suerte o por desgracia Kai empezó a hacerme caricias. Algunas de ellas me hacían cosquillas y se me escapaba alguna que otra risa tonta. Pero él solo se molestó en ponerme un dedo sobre los labios para hacerme callar y en ese momento, veo que se me acerca lentamente para besarme. Yo, aturdida por la situación, no notaba que Kai me iba agarrando las muñecas y subiendo los brazos por encima de mi cabeza conforme me tumbaba.
Me sentía como en una nube, noto como acerca su cara a mi cuello y empieza a besármelo y a lamerlo con delicadeza. Uff, llegó un momento en el que no podía más, la sangre me recorría ardientemente por las venas y me dejé llevar. En ese momento solo lo quería a él.
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Libertad
RandomWendy, una chica de 16 años vive atrapada en un mundo del que parece que nunca va a salir y eso es lo que ella lleva deseando con tanta ansiedad desde que tiene uso de razón.