No quería llegar, no quería tener que tocar esa puerta que no había visto hacía meses, ver a alguien que me causó tanto daño no, no quería pero lamentablemente ya estaba frente a ella, decidiéndome si darme la vuelta e irme o golpear.
- Esto es una tontería - Dije, negué con la cabeza y estaba decidida a irme pero en ese instante vi a mamá.
Dios, ella estaba muy delgada, su rostro parecía calavera, ya estaba en los huesos, por un momento me sentí culpable. Ella se despedía de la vecina, sí la reconocí, era nuestra antigua vecina.
- ¿Megan? - Preguntó ella.
- Hola - Dije, tímida.
- ¿Cómo estás? - Me preguntó y luego bajó su vista hasta mi estómago.
- ¿Podemos...entrar? - Le pregunté.
- Si, sí pasa - Dijo ella.
Entramos a casa, vaya, esto es nuevo, la casa estaba intacta, igual, excepto porque los sillones estaban con sábanas blancas, los muebles también.
- ¿Que pasó aquí? - Le pregunté, caminé hasta la cocina con ella y nos sentamos.
- Bueno, nadie usa los sillones ni la sala - Dijo ella, sonrío triste, su sonrisa no era verdadera.
- Mamá, bueno yo solo venía a darte la noticia de que, serás abuela - Dije, sus ojos se cristalizaron, me conmoví por un momento.
- ¿Eso...eso es cierto? - Preguntó ella, asentí - ¿Puedo tocarlo?
- Está bien - Dije, que mas da, es mi mamá. Ella puso su mano en mi estómago y automáticamente el bebé pegó una patada - Guau.
- Creo que se emocionó - Dijo ella sonriente - Hola bebé, soy tu abuela.
- Será hombre - Dije, ella me sonrío.
- ¿Cuantos...cuántos meses tienes ya? - Me preguntó.
- Siete - Dije.
- Vaya - Dijo ella.
- Mamá, mira, solo venía porque quería decirte esto y a... Invitarte a mi matrimonio - Dije, ella me sonrío.
- ¿Te casarás? - Me preguntó.
- Si, con Nash - Le sonreí.
- Qué bueno, es un gran chico - Dijo ella.
- Sí, bueno, no quiero seguir molestándote - Le dije.
- No, no me molestas tranquila - Me dijo ella, le sonreí.
- ¿Puedo ir a mi cuarto? - Le pregunté, esto era como cuando era pequeña.
- Si, ve - Dijo ella, me paré y fui hasta las escaleras.
Ver la que era mi casa así me entristecía un montón, donde todo comenzó, en el lugar que tuve mis mejores recuerdos de infancia, donde crecí y creí que tenía un buen padre pero como dicen, la gente cambia y nunca terminas de conocer a las personas, nunca terminé de conocerlo, aunque por un lado agradezco que todo eso sucediera, me hizo darme cuenta quiénes en realidad sí estaban conmigo, quiénes no y los que nunca estuvieron.
Entré a mi cuarto, todo seguía intacto, nada estaba desordenado, siempre he sido ordenada, recorrí todo, en mi mesa de noche seguía la fotografía que tenía junto con Juliet, también tenía una con los chicos, no puedo creerlo, han pasado tantos meses, mi ropa, todo estaba allí, el jabón en mi baño sin uso, nada, mamá no había movido nada mío.
- No he entrado a tu habitación desde la última vez que viniste a verme - Dijo mamá, vaya, ella estaba realmente mal.
- ¿Mamá porque no avanzas? - Le pregunté.