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Namjoon

     Nos levantamos temprano esta mañana y Seok Jin me dijo que lo acompañara a cierto lugar, y ahora estábamos en una agencia automotriz viendo aquellos bonitos y muy, muy caros automóviles.

—¿Ya nos podemos ir?

—Antes de eso una cosa, ¿Cuál deberíamos comprar?

—¿Me estás jodiendo cierto? —Lo miré entrecerrando los ojos y éste negó lentamente con la cabeza mientras caminaba por el enorme lugar prestándole atención a cada automóvil. Levo una mano hasta su barbilla y abrió la puerta de una camioneta también 4x4 como la que había rentado hace unas semanas y luego se subió a ella.

     Caminé impaciente porque no tenía dinero suficiente para costearme una de esas así que abrí mi cartera para echar un ojo de cuanto efectivo disponía en el momento... Creo que mi cartera se veía más linda cerrada. Con suerte y me alcanzaba para pagarle un desayuno caro a Jin.

     El castaño se bajó de la camioneta y llamó a un empleado mientras hablan cosas que no logré entender debido a la distancia que mantenía pero una vez que el empleado se alejó corrí hasta donde Jin se encontraba y éste tomo ambas de mis mejillas entre sus manos.

—Sonríe un poco y deja de caminar por ahí como gato encerrado. —Quité sus manos con brusquedad y lo atraje hasta mí.

—¿Qué se supone que estás haciendo? —Me hizo a un lado y caminó hasta la recepción y después de un rato se giró y me hizo señas para que me acercara.

—¡Namjoon! Realmente estoy cansado, conduce tú. —Y me lanzó las llaves de un auto.

[...]

     Una vez estuvimos en el departamento estuve siguiendo la mayor parte del tiempo a Seok Jin para que me dijera algo al respecto pero sólo entro a su habitación y cerró como si nada y así hasta que llegó la noche y supuse que querría ir al baño o algo por el estilo así que no me moví de su puerta hasta que la abrió.

     Me levanté del suelo y entre a su habitación por primera vez en más de tres meses y me quedé boquiabierto. Había varios instrumentos musicales, una estantería repleta de libros y una de las paredes estaba comenzando a llenarse de fotos polaroids.
En realidad no había mucha diferencia a cuando aquí habitaba Suga y si fuera el caso entonces solamente sería que el escritorio esta pulcro y la cama hecha.

—Jin, ¿Vas a explicarme cómo demonios compraste esa cosa?

—Con dinero, es todo Namjoon puedes irte. —Me empujó hasta la salida y me giré para dejarlo contra la puerta. —No te irás hasta saberlo ¿Cierto? Bien, tengo salir por al menos una semana por situaciones de trabajo... Tu chatarra ya no funciona, no podré dejarte hasta tu instituto, no tendrás quien te cocine o lave ropa así que... Es para que la utilices durante mi ausencia.

Jin

     Retiró lentamente sus brazos de la puerta y retrocedió hasta sentarse sobre la cama.

—El primer día que llegaste aquí desee que te fueras. —Así que eso pensabas, traidor. Estaba cabizbajo mientras miraba sus manos con las que jugaba nervioso. —Pero ahora, ¿De verdad vas a irte?

—Sí, pero volveré pronto, no te librarás tan fácil de mí. —Caminé directo a la puerta cuando unos brazos me detuvieron.

—¿Podrías no irte? No me dejes solo— Susurró sobre mi cuello y me tense. —, no podré vivir sin tu comida.

Tenía que ser Namjoon.

—¡Para eso es la jodida camioneta hombre! Hay muchos restaurantes así que si mueres de hambre es por qué quieres.

—¿Vas a extrañarme?

—Ni loco.

—Ya estás loco Seok Jin.

—Vete al carajo Namjoon.


You're Crazy  ▷ NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora