Capitulo XI.

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Chris.

Piers salió disparado hacia la derecha y no dejó de correr hasta que lo vi doblar la esquina. A simple vista daba la impresión de que habia cambiado de idea sobre ayudarme con la busqueda de Claire, y que en su lugar prefirió salir con vida y abandonar toda esta locura. Pero conocia bien a mi amigo, y el no era de los que escapaban de los problemas sin plantar cara. Deje de lado la huida de Piers, y me concentre en el monstruo que tenia delante. Apunté a su cabeza con la ametralladora y una rafaga de balas salió disparada dandole de lleno en el craneo. Pero la criatura no dió indicios de haberse visto afectada. Yo diria que mas que hacerle daño la habia motivado mas. Lanzó un grito y se abalanzo hacia mi cargando con todas sus fuerzas. Giré a la izquierda en un intento desesperado de esquivarlo, pero me dió un manotazo que me hizo perder el equilibrio y caer en el asfalto. Dos lineas sangrantes me cruzaban el pecho, producto de las filosas garras de ese maldito. Rapidamente me puse en pie, le saqué el seguro a la granada explosiva y la lancé a sus pies. El hijo de puta gritó y sus ojos se volvieron completamente rojos. La explosión le habia abierto la carne de las piernas, pero en cuestion de segundos se habia regenerado. Solte una maldición, y sopese la idea de salir corriendo al igual que Piers. Pero habia una señora en el Jeep, y una chica en la casa, y no podia hacer caso omiso de eso. La criatura vino a mi encuentro realmente enojada, y yo corri. Al menos unos pocos metros, antes de salir volando por el aire y aterrizar en la calle. Escupi la tierra que me habia entrado en la boca y con dificultad volvi a ponerme en pie. Tenia el cuerpo magullado, cortes, raspones y golpes que dolian como el infierno, pero no iba a rendirme tan facilmente. Escuche un estridente sonido, y vi como Mr-puedo-regenerarme-solo se daba la vuelta para ver de donde provenia el ruido. Piers sonreía maliciosamente desde el balcon mientras le apuntaba con un lanzacohetes. El monstruo me daba la espalda, y alli entre la carne viscosa y putrefacta pude ver una forma de estrella rosada que parecia respirar y tener vida propia. Me trague la bilis y le grite a Piers. —¡No dispares, Piers ¿Me oyes? ¡No dispares, joder! -Piers frunció el ceño, pero hizo lo que le dije. Le saque el seguro a una segunda granada y se la lance al muerto viviente, que se dió la vuelta listo para matarme de una vez por todas.
—¡Ahora Piers, disparale a la espalda ahora! -Mi amigo hizo lo que le dije y el proyectil impactó de lleno en lo que parecia ser el sistema nervioso del monstruo, que lanzó un aullido lastimero, cayendo al suelo haciendolo temblar como si de un terremoto se tratase.
Sali corriendo hacia la casa y abri la puerta de un tiron. Piers yacia en el piso sosteniendo el cuerpo inerte de una joven que no parecia superar los 20 años de edad. —¿Esta muerta? -le pregunté. Piers le coloco dos dedos contra el cuello buscando el pulso. Estaba tan palida... —Todavia respira, pero si no encontramos un medico urgente no creo que sobreviva. Le di un rapido asentimiento y lo ayude a cargar con la joven hasta el Jeep. La madre salió corriendo y la abrazo contra su cuerpo llorando. Piers se subio de un salto al todoterreno y yo ayude a subir a la mujer. Cerre la puerta, y entre al vehiculo. Las ruedas chirriaron y Piers apretó el acelerador a fondo por la carretera.

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