Tomo su hombro y asiento. Salgo hacia el público, tomo el dinero de las apuestas y corro hacia donde está ella. Pero se echa acorrer hacia la salida. La sigo por el estacionamiento, ella grita un poco, pero la tomo de la cintura y la alzo sobre mis hombros. Sigue gritando. Corro hacia aquel maizal oscuro, en el cual la perseguí meses atrás. Cuando me temía.
La bajé, pero no la solté. La tomé de los hombros e hice que se hincara conmigo, para mantenernos ocultos.-¿Qué estás haciendo? ¿Esa puta carta de qué se trataba? -Está tan molesta, que casi no la reconozco. -Sé un hombre y dime lo que quieres en la cara ¿vale? No mandes a Natalie para que intente decirme lo que tú no puedes.
-Angie tienes que irte. Te prometo que te explicaré todo luego. Aquí corres peligro.
-Ya no te puedo creer nada Nicola. -Espeta. -O me explicas ahora, o te hago caso y me desaparezco. ¿Qué es eso de que mataste a alguien? ¿Te inculparon? Eres inocente...
-Angie. -Antes de decirle la verdad, la tomo del rostro y la beso. -Al principio se resiste. Pero luego se rinde en mis labios. La abrazo con fuerza y acaricio su cabello. El beso más apasionado que pude darle. No quiero que lo olvide. No quiero que no sepa que la amo de verdad. Gime en mis labios, pero sé que es de llanto. Puedo sentir sus lágrimas en mi piel. Al separarnos, me abraza con fuerza.
-¿Mataste a alguien? -Me pregunta, temblando en mis brazos. -
-Brunella. Brunella Horna. -Digo con la voz seca. -Una bocona.Me mira. Sus ojos llorosos llenos de miedo me lastiman. Se suelta de mi agarre y se levanta. Yo lo hago con ella, intentando sostener su mano. Pero ella no se deja. Solo dice "no" con la cabeza repetidas veces. Se cubre los labios con las manos y comienza a llorar antes de echarse a correr.
-Angie, no. -La detengo fuertemente. -Mi amor, entiende. Fue hace mucho. Me detestabas en ese entonces.
-Me mentiste.
-Te dije que había matado antes...
-Dijiste que me amabas. Que me cuidarías. -reclama. -¿Esto es protección? ¿Esto es amor Nicola?
-Lo es, por eso me voy. No quiero arrastrarte conmigo a esto, ¡entiende de una jodida vez!Disparos y una fuerte explosión resuenan detrás de nosotros. Nos volvemos hacia allá y solo vemos humo saliendo de la pista de carreras. Tomo a Angie en mis brazos caemos al suelo.
-No te vayas a mover de aquí. Olvide lo demás y confía en mí. Volveré por ti. Lo prometo. -Y la beso rápidamente, antes de verla asentir con miedo y lágrimas, y me encamino hacia la pista. -Cuentas pendientes a punto de saldarse.
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Abro los ojos y me encuentro envuelta por sábanas azul oscuro, con media luz que entre del pasillo, pues la puerta no está del todo cerrada. Busco con la mirada mi ropa interior, y al vestirme, me encamino hacia el baño, donde tomo agua del grifo y la riego en mi cabello, y en mi rostro. Hace un calor horrible. Hay sudor acumulándose entre mis pechos y en mi cuello.
Hecho la cabeza hacia atrás y coloco agua fría en mi cuello. Cierro los ojos. Si me concentro, aún puedo sentir las manos del Nicola en mi cuerpo, sus labios en mis labios, su abrazo especial. Abro los ojos y me doy cuenta de que estoy mordiendo mi labio inferior, y mis ojos brillan especialmente. No entiendo la diferencia totalmente, pero me noto mucho mejor. Creo que puedo ser bonita. Cuando me aman me siento bien. Como si todo fuese perfecto.
Salgo del baño y busco a Nicola por toda su habitación. Su ropa no está tirada en el piso como estaba la mía, bueno, no la mayoría. Aún queda su camisa me siento en el piso, mirándola. La tomo y la coloco en mi regazo. Suspiro y me vuelvo instintivamente al buró. Hay una hoja de papel doblada a la mitad con mi nombre.
Estiro mi brazo y la tomo con rapidez. Comienzo a leer y al principio me río, a causa de que pienso que es una broma. Cuando termino de leerla, me levanto y corro hacia el pasillo. Entro a mi habitación y busco a Nicola por todas partes. No. Tiene que estar bromeando.
Lo busco por todos lados y no lo encuentro. A cierto punto, mis lágrimas comienzan a salir. Corro hacia su habitación de nuevo y reviso sus cajones. Hay menos ropa que antes. No se llevó todo, pero se nota mucho lo que hace falta. Cierro el cajón de golpe y me dejo caer al piso, tomando su camisa. La sostengo con fuerza en mi pecho y suelto el llanto que me había impedido soltar. ¿Cómo pudo hacerme esto?
Lo noté extraño al momento de volver del trabajo, pero ni siquiera me dio tiempo de preguntarle nada. Tan solo llegamos y me hizo el amor. Como nunca. Como si fuera la última vez.
Y así fue.
Se ha ido.
Me ha dejado sola.
Me ha traicionado.
Escucho la puerta abrirse, y de pronto pienso que es Nicola. Tomo su camisa y me la pongo, pera cubrir mi sostén y mis bragas. Corro hacia el recibidor y me encuentro con Natalie y Yaco con rostros apagados y casi tan dudosos como yo.
No soporto más. Corro a sus brazos de mi amiga y me pongo a llorar como niña pequeña repitiendo que mi Nicola se ha ido. Ella se vuelve con Yaco y el asiente, dejándonos solas.-Sé que ustedes saben donde está... -Murmuro casi para mí misma. -Díganme por favor, no tienen idea de cuánto lo necesito. Por favor...
-El me llamó avisando que debía venir a verte. Solo eso Angie, No tenía idea de nada, lo juro.
-Debe haber una explicación. -Yaco saca su teléfono y marca a Nicols. Me tranquilizo un poco en los brazos de Natalie y espero a ver el rostro de Yaco. -No me responde.
-Trata otra vez. -Exijo doblando mi labio inferior, comenzando a llorar de nuevo. -
-Yo intentaré, mientras ustedes platican con calma. Estaré en la habitación. -Yaco suspira y camina hacia mi habitación. Intentando de nuevo. -
-No entiendo nada. -Dice Natalie con su voz enferma. -Nicola no haría eso, de verdad no tiene derecho, no tiene razón, no tiene porqué hacerlo.
-¿Entonces porqué lo hizo? -Pregunto sacada de quicio. -Solo pensó en que estaría muy mal y te llama. ¿Es eso correcto? ¿Tiene algo de vergüenza?
-Vamos a averiguar qué fue lo que pasó. Te lo prometo.***
-Perdona, estaba conduciendo. ¿Qué ha pasado? -Contesta Ximena cuando recibe la llamada. -¿Yaco? ¡Hola!
-Perdona la molestia, pero... estoy buscando a Nicola. ¿Se ha comunicado contigo?
-Nicola no me llama muy seguido que digamos. -Recuerda ella, algo melancólica. -Pero no, ni he escuchado de él, ni he logrado saber en qué anda.
-Es muy urgente. Si lo ves, llámame.
-Bien. ¿Es todo?
-Si, gracias Ximena, te debo una.
-Ya veré qué hacer.
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Atrapado en el pasado
RomanceHa pasado tanto tiempo sin verte. Sin tener siquiera una noticia absurda que a nadie puede interesar. No he escuchado tu nombre de otra persona o de otra voz que no sea la mía desde hace meses. Simplemente no puedo seguir pensando que estás mal sin...