Capítulo 36

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-Angie, bonita, te dije que no estamos pensando en nada... -Su voz vuelve a ser la de antes. Completamente preocupado y culpable. -Déjame ver ese golpe.
-Suéltame. -Sollocé recordando que lo conseguí por enloquecer. -No me toques.
-Mi amor... -Susurra Nicola apartando el cabello de mi rostro, besando en donde antes estuvo su mano. -¿Te duele? Espera, hablaré con Natalie para que te ayude...
-Nunca pensé que seríamos un desastre hasta este punto. -Murmuré levantándome a su par. -Esto no va a funcionar, y lo sabemos.
-No quiero perderte. -Susurra chocando su frente con la mía. Esta vez las lágrimas han salido de ambos. -Soy un desastre peor sin ti.
-Juzgando por lo que acaba de pasar, juntos somos una bomba nuclear. -Respondo sin querer mirarlo a los ojos. -Nicola, me tengo que ir de tu vida. Voy a estar bien. Me reclutaré de nuevo en la academia, nadie sabrá de mi paradero. Estaré segura, no te preocupes por mí.
-No voy a dejarte ir tan fácil. -Insiste al poner sus manos en mis mejillas, cuidando de no lastimarme. -No puedo estar sin ti.
-No quiero ser tu piedra en el camino. -Repito en mí contra mis propias palabras. -Sin mí te puedes concentrar. No quiero ser el motivo de tus problemas.

Nicola baja las manos y se aleja, abriendo la puerta de la habitación dejando pasar a Yaco y Natalie. Justamente después la vuelve a cerrar por dentro. Natalie corre hacia mí y mira mi mejilla color carmesí.

-Bastardo... -Puntualiza hacia Nicola. -¿Te atreviste a golpearla? Eres un bastado, hijo de puta, te mereces lo que te pasa...
-Natalie, por favor. -La regaña Yaco. Posiblemente es el único con cerebro ahora. Se vuelve hacia Nicola, decepcionado. -Hablaremos de esto después.
-Yaco, yo... -Musita Nicola. -
-Ahorra aire Nicola. -Lo calla Yaco. -¿Qué es lo que quieres hacer Angie?
-Creerán que soy demasiado egoísta. Pero estoy pensando en el bien de todos aunque no me lo crean. -Suspiro llevando mi cabello hacia detrás de mi oreja. -Soy una carga. Yo no tengo nada que ver en esto, y me he entrometido sin quererlo. Y lo siento. Siento complicarles las cosas... pero creo que será mejor que Natalie y yo nos vayamos. Puedo hablar con la señora Foster, puedo reclutarme de nuevo en la academia, y les aseguro que nada malo nos pasará.
-Parece razonable... -Opina Natalie. -Tienen muy buena seguridad.
-Está decidido. -Asiente Yaco. -Al llegar a la próxima parada, ustedes dos bajan y Nicola y yo continuamos.
-No... -Niega Nicola. Parece que nadie lo escuchó. Solo yo. -
-Yo me voy con Angie en la otra habitación. -Aconseja Natalie lanzándole a Nicola una mirada asesina. -
-Quiero despedirme. -Insisto, soltándome de ella yendo hacia Nicola. -Prometo que no habrá más problemas. Quiero estar a solas con él.
-Vamos. -Yaco sale serio de la habitación y Natalie me lanza una mirada triste y desaparece cerrando la puerta. -

Meto las manos en mi bolsillo y no me atrevo a mirarlo. ¿Por qué mierda quise tiempo con él si ya le he dejado claro que lo dejo? Estoy a punto de decirle que fue un error de mi parte y que sigo sin razonar, pero él habla.

-¿Están de sobra mis opiniones de que te quedes verdad? -Asiento mirándolo a los ojos. Con lentitud toma mis manos y las guía hacia sus hombros, acercándome a él. -Yo nunca planeé esto Angie.
-Nada está planeado Nicola. -Le recuerdo. -Las mejores y peores cosas son espontáneas. No podemos averiguar hasta qué nivel... -Toco mi mejilla aún punzante. -Todo ocurre sin planificación. Pero yo ya no puedo seguir con eso. Tal vez es porque soy una princesita débil y enferma, y nunca me dijeron sobre los peligros de la vida. Solo un assemble, coupé... con eso teníamos lo que deseábamos. Un estúpido trofeo. Sí lo sé, es estúpido. Pero ¿sabes? Soy fuerte y puedo con esto. Es con lo que he vivido toda mi vida.
-Sé que eres la mejor. -Dice en un hilo de voz, despejando mi rostro. -Estoy de acuerdo. Es por el bien de ambos. ¿Es el fin entonces?
-Sí. -Contesté secamente. -Es todo.
-Solo quiero algo. Un último beso.

No sé cómo es que Nicola tiene la habilidad de hacerme ceder a todo lo que quiere. Lo abrazo con fuerza y junto nuestros labios. Los abro por un microsegundo y logro ver a Nicola apretando los ojos con dolor, una lágrima resbala de su mejilla. Cierro los ojos de nuevo y sollozo en su boca. Sus manos recorren mi cintura y me aprietan a él. Mi corazón se rompe. Es la última vez que lo beso. Nuestras lenguas se juntan en un intento por querer recordar... funciona muy bien. Me siento miserable. No es un beso de despedida feliz, a final de cuentas. Al terminar el beso, Nicola me abraza y esconde su rostro en mi cuello. Aspirando mi aroma y yo el de él. Durando cerca de cinco minutos sin movernos. Solo en ese abrazo que parece eterno. Nos duele. Luchamos, pero no encontramos otra salida mas que ésta.
Cuando salgo de la habitación estoy segura de una cosa.
No debí de besarlo.

Atrapado en el pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora