*~ACE~ Taemin y tú* (Respaldada)

"¿Por qué?"

Capítulo 11

Mi cabeza retumba una y otra vez, me siento más que débil, mis ojos se abren lentamente, me encuentro en una habitación obscura a excepción de un pequeño rayo de luz, intento moverme pero mis manos y piernas se encuentran atados, una venda más cubre mis labios impidiéndome hablar, realizo todos mis esfuerzos posibles para que alguien me escuche.

Intento gritar pero el sonido es sordo y débil, mis piernas golpean contra la pared de forma accidental lastimándome un poco, el lado positivo es que producen un sonido más fuerte, a pesar de que el lugar es obscuro puedo percibir que no es muy amplio que digamos.

El dolor es bastante, pero sigo golpeando mis pies contra la pared que parece ser de metal en busca de un poco de atención. ¿En qué maldito momento llegue aquí?

Las lágrimas comienzan a recorrer mis mejillas por causa de la desesperación, lo último que recuerdo es ver a Taemin peleando con otra persona y después alguien me hiso perder la consciencia. Espera ¡Taemin! ¿Qué le habrá pasado? ¿Se encontrara bien? O por dios no, no puede haberle pasado nada grave, vamos no.

Mis lágrimas comienzan a fluir con más fuerza, más rápido, no, no puedo siquiera imaginar que algo malo le sucediera, él es un chico que se sabe defender ¿Verdad? No podría haberle pasado nada.

Mis ojos comienzan a querer cerrarse, no puedo llorar más, no tengo idea de cuánto tiempo tengo aquí, pero comienzo a sentirme deshidratada, mi garganta ya no se siente con saliva suficiente para humectarla, mis piernas tiemblan a pesar de encontrarme sentada, o creo que están entumecidas, no estoy segura, mis ojos pesan y duelen a la vez.

Un fuerte golpe en la puerta me sorprendo, pero aun así no me muevo casi nada, ya no cuento con las fuerzas para algo así.

-Que mal te ves _____.

Logro escuchar a alguien, creo que es una voz editada ya que suena bastante robótico, percibo una luz más potente que la anterior, el marco de la puerta abierta podría revelarme un poco del lugar en el que estoy sino fuera porque mi vista es horriblemente borrosa.

La persona se acerca lentamente a mí y me retira la venda de los labios bajándola hasta mi cuello.

-Comúnmente sueles verte bien, siempre tan arreglada, tan bien vestida, perfectamente maquillada y con unas uñas excepcionales, pero mírate ahora, si cualquier persona te viera en estos momentos dudaría que seas tú.

Se burla y me toma bruscamente de la barbilla jalándome hacia este, un aroma bastante peculiar llega a mis sentidos, un barniz casi recién terminado, es un producto económico.

-Puedo percibir que es envidia lo que sientes. – Me las arreglo para poder hablar. – Deja esa marca, te dañara las uñas y la manicura no quedara bien.

Sus uñas levemente largas se aprietan contra mi piel para después soltarme con brusquedad y producir un fuerte golpe en mi cabeza. Por el sonido sé que es un golpe fuerte, pero mis sentidos cada vez son más débiles y mi sensibilidad deja de indicarme la gravedad de las cosas.

Una segunda persona entra a la habitación y se acerca rápidamente a mí, me toma de la nuca y me levanta suavemente.

-¿Acaso eres estúpida? Si le produces una contusión nos meteremos en problemas.

-¡Cállate! Tu solo estas aquí para alimentarla y vigilar que no se desmaye o algo peor.

La mujer sale de la habitación cerrando la puerta tras ella, la obscuridad vuelve a predominar el lugar, las manos temblorosas de la otra persona me ayudan a sentarme correctamente, se levanta y enciende una pequeña lámpara que proporciona luz a toda la habitación, creo que decir que es un lugar de unos 20 m2 sería exagerar.