Trato Hecho

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SaraFé luego de haber charlado con Wodroow se marchó algo contrariada. El hombre le había salido mas digno de lo que esperaba. Se sentó en aquella mesilla de un pequeño cafetín en medio de la placita de aquel poblado. La mujer que atendía el lugar le sirvió un té de canela pero solo le daba vueltas al contenido.

--------------------momentos antes--------------

-Yo no me vendo por tan poco señorita.- le soltó el hombre cuyos ojos llamearon de furia verdosa- Se creyó que soy un imbécil desesperado por unos cuantos doláres?- la joven quiso decirle que no era su intención ofenderlo pero Call estaba rabioso, indignado por el hecho de que ella lo despreciará de ese modo. La chica le había parecido bonita y por un momento le cruzo por la cabeza que si los dos ponían empeño al matrimonio podrían llevarse bien y establecer un hogar tranquilo y cálido para Harry. - No se de donde viene, pero piensa que los hombres tenemos un precio. Tal vez en California pero aquí no, al menos para comprar a este humilde ranger no le alcanzan esos diez mil que ofrece.

-Usted no entiende nada señor Call, mi intención jamás fue...- Wodroow tomó su sombrero para salir dando un portazo, dejando a la muchacha con la palabra en la boca- ah, es un idiota!.- dio un suspiro agotada de tantas emociones.--

--------------------------EN EL CAFETÍN---------------

Una sombra le tapo el sol para verlo rodear y sentarse frente a ella. SaraFé hizo una seña para que la mujer que le sirviera el té llegará con otro servicio.

-Wodroow! entonces ella debe ser tu esposa!- Los dos la vieron molestos y la mujer salio pitando.

-Ya lo pensó mejor señor Call?- SaraFé se quito los guantes que portaba en un movimiento elegante y suave que hizo al ranger verla con una mirada algo enigmática- mi intención como se lo vuelvo a repetir, jamás ha sido ofenderle. Al contrario, quiero ayudarlo para que usted me ayude a mi.- Call se inclino a ella invadiendo su espacio personal un poco- le sugiero que tome un buen baño, apesta a caballo.- El ranger soltó una carcajada algo maliciosa- no le veo la gracia.

-Acaba de corroborar mis sospechas, usted no es mas que una señorita de sociedad aburrida de la vida que llevaba y por eso se caso conmigo. Quiere aventuras y pasarla bien.- la mestiza negó llevando su mano al regazo de su falda.

-Se equivoca, no sabe cuanto. Pero si desea podemos anular este matrimonio, se lo dije a Pedro era una locura, y yo estaba tan desesperada por huir de ese desgraciado que...- Call le tomo la mano- suelteme, no sea insolente.

-De quien huía SaraFé?- la joven saco de su bolsito de fina seda aquel testamento- no se leer español.

-Ese es el testamento de mi madre señor Call, ahí estipula que solo hasta después de un año de casada puedo disponer de la fortuna que me heredo y ella a su vez iba a heredar de mi abuelo. Mi padrastro quiere matarme para quedarse con todo eso, mi única opción era casarme para poder salir de ese lugar. Lo que me esperaba al lado de ese cerdo era algo peor que morir, si me entiende verdad?- Wodroow apreto las manos con rabia. La historia de siempre, un abusivo que se quiere aprovechar del más débil. -Esto fue un error, lamento haberle hecho perder su tiempo.- saco un par de monedas de su bolso para dejarlos en la mesita pero Wodroow las tomo y el dejo otras para ponerlas en la mano de la joven- se toma muchas libertades conmigo señor Call- dijo algo molesta.

-Eres mi esposa cariño, es lógico que te toque no?- SaraFé le vio desconcertada- acepto el trato, por un año seré tu esposo y al final me darás ese dinero y yo tu libertad.- la joven le dio una sonrisa de alivio- supongo que hay que validar el certificado no es así?- ella asintió- vamos con el juez, nos esta esperando- Wodroow se levanto y ella lo siguió. El ranger sabía que eran objeto de curiosidad en ese pueblo aburrido y medio salvaje una mujer como SaraFé destacaba mucho y no es porque fuese una belleza deslumbrante sino por sus modales, la manera en que se conducía. Ni siquiera las señoritas de la "alta sociedad" de San Antonio se manejaban así. La dejo avanzar un poco delante de él para mirarla a sus anchas. El vestido a pesar de su diseño sencillo se veía muy fino, la suave seda rozo por un momento sus botas algo manchadas de barro para dejarle ver que una mujer así de educada no era para él.

Ella...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora