Ella...

Deseo

CAPITULO 9.

Mariana escuchaba con una enorme sonrisa a SaraFé que le contaba con la mejillas rojas lo ocurrido entre Wodroow y ella, los besos, las promesas de amor que se hicieran.

-Pero tengo miedo...- dijo en voz bajita y algo triste. - Qué tal si el solo me dice que me quiere para no perder a quien le cuida a Harry?

-Te digo algo?- la otra joven se le quedo viendo- no seas bruta!, todos nos damos cuenta que ese hombre esta loco por ti, te adora! No dejes que se escape la felicidad que la vida te ha puesto por delante por causa de tus miedos o dudas. Mi niña ese ranger no concibe la vida después de ti- SaraFé le vio sorprendida- lo se porque se lo ha dicho a Louis desde hace un par de meses. Se muere de celos a causa del francés ese, te ama como un loco. Y dime algo...- la mestiza se sentó enfrente de Mariana donde bebían algo de té.- tu y él ya....?- le movió las cejas de forma pícara.

-Claro que no!, el me ha respetado todo este tiempo, pero...- bajo la vista algo sonrojada- anoche nos estuvimos besando y Wodroow bueno...- Mariana le vio con una sonrisa divertida, SaraFé retorció uno de sus guantes que estaba sobre la mesa acordandóse.

-----------------LA NOCHE ANTERIOR-------------

Harry al fin se había dormido y SaraFé estaba terminando de limpiar la cocina. Sintió al ranger detrás suyo atrapandóla por la cintura para dejarle un beso en uno de sus hombros al descubierto pues el vestido le quedaba algo suelto, eso le permitía al hombre ver su espalda y hombros. Ella suspiro mientras el seguía besandóla en toda esa piel al descubierto. La alzo por la cintura haciendo que despegará los pies del suelo para arrinconarla contra una de las esquinas de la pared de aquella cocina. Los besos iban aumentando en calor, en deseo. El hombre le bajo el vestido hasta casi mostrar sus pechos los que apretaba con suavidad, SaraFé empezo a gemir suavecito cuando este descendió hasta los mismos para morderlos por sobre la tela del vestido. Sintió claramente como la rozaba con su cuerpo que estaba duro de deseo. La joven metio sus manos en la abertura de la camisa de Call que jadeaba apretando los dientes, respiraba de forma pesada. Ya no aguanto más y la cargo para llevarla hasta la alcoba donde en la cama los dos se tocaban con premura, con ansias de sentirse uno al otro. Wodroow mismo le ayudo a quitarle la camisa para que lo acariciará, SaraFé se deleitaba en aquel cuerpo moreno que estaba ardiendo por ella. Este le quito el vestido dejandóla en la enagua que usaba debajo del mismo. Las manos del ranger acariciaron sus piernas buscando aquel triangulo tan íntimo y delicado por sobre su ropa interior.

-Quiero hacerte el amor...- le dijo entre besos el hombre, SaraFé emitió un gemido que lo excito aún más. Seguían en aquella sesión de besos y caricias cuando la puerta sonando de forma muy fuerte y alterada los hizo separarse.- voy a matar al inoportuno y regreso- la beso con muchas ganas para saltar de la cama y agarrar la camisa al vuelo. Ella se había quedado como suspendida en medio del lecho. No era un pecado o si? Estaban casados después de todo. Cuando lo vio regresar lucía molesto.- Tengo que salir con Louis, un grupo de chiricahuas asaltó una de las haciendas de la orilla y se llevaron a las hijas del hacendado.

-Ten mucho cuidado..mi amor- le dijo en voz apenas audible pero Wodroow la beso como estaba aprendiendo le gustaba, jugaba con la lengua de ella usando la suya.

-Nos veremos al amanecer hermosa- se puso la pistolera y tomo su poncho para salir con la partida de rangers y rastrear a los indios y aquellas jóvencitas que se habían llevado prisioneras.

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Mariana la vio con las mejillas a punto de reventar de tan coloradas sumamente avergonzada. Se acerco para tomarle las manos.

-Mi niña eso no tiene nada de malo, es tu marido! Ya bastante se han aguantado en no tener ..-movió la cabeza dando a entender lo que quería decir. -No hay pecado alguno, y aunque no estuvieran casados, se aman y se traen ganas, a la mierda todo!

-Mariana!- le dijo conteniendo las ganas de reír sobre todo porque en la puerta estaban Wodroow con Harry en los brazos y Louis llevaba una canasta con las cosas que les encargarán para hacer pay de manzanas.

-Qué tanto cuchicheaban ustedes dos?- Harry fue puesto en una manta con varios juguetes de madera. Quien preguntó fue Louis.

-Nada cariño, cosas de mujeres.- cuando decían cosas de mujeres esos dos dejaban de preguntar.- Voy a cortar esto y tu haces la masa Sara..- la chica acepto y empezo a hacer lo indicado.

Louis se daba cuenta de las miradas de su amigo con SaraFé que bajaba la vista con las mejillas coloradas. Wodroow le había dicho que los dos se habían sincerado y confesado lo que sentían pero nada más. Era obvio que las cosas estaban yendo al terreno íntimo lo que le daba mucho gusto por los dos.

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Pedro revisaba la correspondencia que recibía todavía en el hotel aunque ya se había mudado a una pensión. Vio una carta de su padre la que le dio mucho gusto recibir. Agradeció para irse a leérla en paz. Paso por el pequeño cafetín donde le gustaba comer algunas veces.

-Gracias señora Mitchell- la mujer se alejo luego de dejarle un poco de café y jérez. Abrió la carta para leer, en ella su padre le decía lo orgulloso que estaba de él. De aquel cambio que tan bien le sentará a su vida, ahora solo esperaba que se casará y le diera nietos. Pedro se quedo pensando en eso, no creía casarse porque el matrimonio no era lo suyo pero tal vez si darle al menos un nieto para que se quedará contento.

"......otra cosa hijo mío, Diego ha estado indagando en los lugares que frecuentabas. Lo se porque el general Mireles me lo dijo. Esta dando mucho dinero para encontrar a Sarita. Se por el telegrama que me mandaste que se ha casado y tiene quien la cuide. Pero hijo de todos modos cuidense, avísale a su marido lo que pasa. Explicale lo que ese hijo de puta quiso hacerle, la razón de que salieran huyendo a Texas....Dios los bendiga y proteja..tu padre que te quiere."

Leer aquello puso a Pedro nervioso, sabía que muchos de sus conocidos no eran precisamente los mas fieles y leales. Por oro eran capaces de violar a sus propias madres. Definitivamente iba a hablar con Wodroow para que estuviera en alerta.

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El gobernador redactaba algunas cartas cuando vio a su esposa entrar con una enorme sonrisa, algo quería eso le quedaba claro.

-Querido pronto será mi cumpleaños y quiero pedirte que si puedo organizar un baile para las familias más importantes de San Antonio y tus colaboradores más cercanos.

-No suena mal, a quienes invitaríamos?- le dio una lista y el hombre le vio suspicaz- a los rangers también?

-La esposa del señor Call, quiero que venga. Es una maravilla charlar con esa joven tan educada y fina. Habla francés!- le dijo entusiasmada.

-Esta bien, invitaremos a Call y su mujer.- el gobernador le sonrió para que la mujer se fuera feliz.- Sigo sin entender como una joven tan delicada como la flor mas fina se casó con ese palurdo- negó con la cabeza para seguir trabajando.

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Gerard luego de aquella pelea con Rosalie no la visitaba más. Quería ver a SaraFé, necesitaba saber si estaba bien con ese salvaje que tenía por marido. Espoleó al caballo para ir a dar hasta la bonita casa donde vivían los Call, afuera de la misma en la pequeña huerta escucho risas y descendió del caballo pero lo dejo amarrado a un árbol pues vio el corcel de Wodroow pastando alrededor del patio. Se acerco tratando de no ser descubierto para maldecir lleno de odio al ver la escena. SaraFé con su esposo estaban en pleno beso, vio como el ranger la sujetaba a su cuerpo, dejaba estelas de besos en el cuello de ella para acariciarle la espalda. Este mordisqueaba el lóbulo de uno de sus oídos y SaraFé emitía suaves gemidos.

-Entramos a la casa?- la chica sabía que buscaba su marido y asintió con las mejillas rojas- te amo.- la cargo con facilidad para besarla mientras entraban a la casa. Gerard apretó las manos con odio, envidia pues se daba cuenta lo que iban a hacer.