Gitana y mestiza

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CAPITULO 7.

Pedro depositó un suave beso en la mano de aquella mujer que se alejo sonriente. Este reviso aquellos papeles de la contabilidad del negocio que ella tenía.

-Ya termino Pedro?- el viejo contador le pregunto al verlo enfrascado en aquellos números.

-Si, la verdad no es muy complicado. La gran mayoría de sus clientes tienen negocios pequeños. - el muchacho guardo los documentos en un escritorio con llave.- no necesita nada mas señor Martin?

-Ya puedes irte a descansar muchacho.- el joven español tomo su sombrero y capa. Se alejo de la oficina con paso elegante, firme. Mas de una suspiraba al verlo pasar, sobre todo por aquellos modales tan finos y educados.

-Vaya pero si es el españolito amanerado- le espeto de pronto un tipo con facha de pistolero.- dime españolito, te gustan los hombres?

-Caballeros por favor, no quiero líos ni problemas. No me gusta meterme con nadie, ni que nadie se mete conmigo- para sorpresa de esos tipos este desenfudó una pistola que saco de su capa.

-Estas armado- Pedro sonrió divertido para verlos alejarse maldiciendo de forma grosera, Wodroow se acercó por detrás haciendo que este guardará su arma.

-Lamento esto, pero es que ellos...- el ranger entendió, los dos se fueron caminando juntos- Y SaraFé?- le preguntó para que Wodroow se quitará el sombrero que portaba.

-En casa, Harry ha estado algo enfermo. El médico lo reviso y al parecer tiene una ligera infección estomacal. No ha podido salir ni un poco. Vamos que ni al almacen, Mariana le ha ayudado mucho trayendo lo que necesitamos y lavando la ropa del bebé, estoy algo preocupado.

-No será nada grave ya verás. Me gustaría ir a verla sino te importa- el hombre con el español se fueron hasta la casa donde SaraFé dormía al niño luego de darle a sorbitos un té de manzanilla para los cólicos y la medicina que le recetará el doctor.

-Le indico ruibarbo, y yo le hice algo de manzanilla para los cólicos. Al fin esta durmiendo sin problemas.- la joven tenía ojeras cuando vio a Pedro lo abrazo-

-Necesitas dormir un par de horas, te la haz pasado cuidando a Harry. Ve a dormir un poco te hace mucha falta- Wodroow le retiro un mechón de la cara para acomodarlo detrás de su oreja, Pedro se hizo el desetendido al verlos con sus rostros tan cerca, la joven negó.

-No porque si despierta y no me ve empezará a llorar. Me doy un baño rápido y les hago algo de comer.- Pedro se acerco para abrazarla- ya Pedro, ahorita les hago una cena y...- el españo la atajo.

-Ve a bañarte, mientras Wodroow cuida al bebé yo hago la cena. Vas a ver que bien cocino Call- se enfilo hasta la cocina mientras SaraFé sonreía agradecida. El hombre se acerco hasta entrar a la cocina donde coloco una sárten en el fuego para empezar a echar unos huevos y revolverlos. Corto a toda prisa tomate, cebolla y un poco de tocino que SaraFé había empezado a trocear pero que dejo de hacerlos cuando los vio llegar, lo echo a los huevos junto con la verdura cortada. En una jarra de metal puso agua y café para que se calentará.

-Vaya, cocinas!- le dijo Wodroow luego de ver que Harry seguía dormido.- Mariana nos trajo pan de máiz, además de un poco de fruta- Este se acerco hasta una pequeña mesa donde estaban algunas cosas.

-Lava esa fruta y la pones en la mesa para cenar todos. Tienes vino o algo parecido?- el hombre asintió para indicarle en un estante donde ponían los platos junto con los cubiertos y demás enseres para comer y cocinar.- no esta mal, jeréz español. Dame tres manzanas..- se las entrego para cortarlas, las echo en otra sárten caliente junto con unas ramitas de canela.- cuidado!. - salio una llama al verter el licor pero que se apago de inmediato. - a SaraFé le encantan las manzanas así.

- Y los merengues, el señor Calaway siempre le regala uno cuando va al almacen.- dijo algo avergonzado. Pedro no dijo más para empezar a poner la mesa.- voy a buscar a SaraFé.

Este se fue a buscarla a la alcoba donde ella dormía. El agua cayendo dentro de la tina que usaban para bañarse le indico que seguía haciendo eso, no debía verla. No era correcto pero la verdad es que al darse la vuelta el espejo de cuerpo entero que alguna vez usará Maggie le devolvió la imagen de aquel cuerpo bonito a quien el agua acariciaba suavemente. El cabello se pegaba a su espalda mientras el jabón resbalaba por sus caderas, el ranger sintió que el deseo empezaba a arder en su sangre, quería entrar y ser el quien tocará aquel pequeño cuerpo, ser el y no el agua quien recorriera las formas de esa bella mujer que se iba haciendo paso en su corazón, con sus cuidados, con aquella forma de ser fuerte pero a la vez tan dulce y tierna con su hijo al que saba cuenta lo había empezado a amar como si fuese ella quien lo trajo al mundo. Se moría por adentrarse en medio de sus piernas mientras la escuchaba gemir su nombre. Conocer el sabor de sus besos, sentir sus uñas arañando su espalda al compas de sus embestidas.

-La cena esta lista!- el grito de Pedro lo hizo salir por piernas, pero no fue al pequeño comedor sino hasta su alcoba donde se echo agua en la cara para bajar aquella maldita reacción que encerraba su pantalón. Varias veces tuvo que respirar para controlarse.

De rato los tres cenaban bastante animados aunque la chica se percataba que Wodroow evitaba verla a los ojos, y como no, si cada vez que sus ojos se posaban en ella el recuerdo de su cuerpo desnudo y húmedo llegaba a su cabeza.

-Estás bien Wodroow?- le cuestiono sin más la joven mestiza, este asintió con la boca llena evitando mirarla de frente. Este se hizo el que no la oyó, siguió comiendo sin decirle nada. SaraFé esbozo una sonrisa cuando Pedro le sirvió aquel plato con deliciosos trozos de manzana bañadas en jeréz y canela. -Qué rico huele Pedro!

-Se lo mucho que te gusta este postre.- el tenedor se hundió en el platito para saborearlo con muchas ganas.- Oye Sarita..- esta levantó la mirada suspicaz.- dejas que tu marido y yo nos vayamos a tomar una copa?.

-No creo que sea conveniente, Harry esta enfermo, mejor nos quedamos. Aquí tengo algo de licor si a Sara..no le molesta claro esta.- ella negó con una sonrisa.

-Yo limpio aquí, vayan a tomar algo y si van a fumar haganlo allá afuera.- los dos hombres se fueron hacia el pequeño jardín donde Wodroow encendió una pequeña fogata. Pedro curioseaba un poco y se halló una vieja guitarra algo cascada.

-Puedo?..- aquel se la entrego y la misma empezó a rasguearla con una tonada andaluza. SaraFé salió y empezó a mover los pies- anda cielo dale al tablaó!- ella se empezo a reír.

-Venga morena!- el grito de Mariana y sus manos batiendo palmas. Louis le hizo segunda. La bella gitana se acerco a ella para acompañarla en el baile. La mirada de los rangers no perdían detalle alguno de los movimientos de las jóvenes, las manos de ellas serpenteaban con delicadeza y gracia. Pedro hacia llorar a la guitarra de un modo que la sangre se calentaba, la alegría de los tres hacia recordar las noches en Andalucía, los saraos en las calles de la hermosa Granada. SaraFé movía los faldones de su vestido golpeando con vigor el piso de madera del pequeño portal, el cabello ondeaba libre y Wodroow observo su sonrisa, cerraba los ojos disfrutando de la música, recordaba su infancia cuando visitaban al abuelo en su finca y organizaban aquellos tablados con gitanos y amigos.

Dio un giro con rapidez y Mariana con toda intención le dio un ligero empujón para hacer que Wodroow la atrapará. Pedro sonrió con cierta malicia, para los dos jóvenes el mundo dejo de girar, la mirada verde del ranger parecía calcinarla, SaraFé se quedo como hipnotizada. Las manos de este aprisionaron la cintura de su esposa, moría por besarla. Sus amigos trataban de no romper la atmósfera que se había formado entre ellos.

-Harry!- el grito del niño los hizo reaccionar, Pedro,Louis y Mariana se vieron con decepción. Entraron a ver al niño que estaba de pie en su cunita gritando y riendo.

Mariana se sentó en una de las mecedoras junto a Louis. Pedro dejo la guitarra para servir algo de licor.

-Ese par se gusta mucho, se ve a mil leguas. Lástima que ellos no lo quieran ver.- Louis le acarició el rostro a su mujer.

-No tardan mucho en caer uno en brazos del otro. De mi se acuerdan- soltó Pedro brindando al aire.

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