Dos Mundos....

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CINCO AÑOS DESPUÉS..

-sujetate bien Harry!- el grito de Wodroow a su hijo que montaba un pony de color negro precioso. Mariana con su pequeña en brazos que coreaba con aplausos al chiquillo que se aferraba bien a la montura.

Louis le dió un beso a su esposa que estaba esperando otro bebé. La joven gitana era muy feliz con su marido pero la sonrisa se le borró al ver a esa zorra llegar con aires de gran señora.

-Hola Wodroow.- Louis hizo un gesto desagradable para llevarse a su esposa con su hija de ahí. En ese tiempo Rosalie se había convertido en la amante ocasional del ahora hacendado la rubia no cejaba en su empeño de convertirse en su esposa pero cada día que pasaba lo veía muy lejano.

-Qué haces aquí?- al hombre no le gustaba que lo buscará en su casa o se acercará a su hijo. Diego se había convertido en un tahúr y borracho que regenteaba a algunas prostitutas, entre ellas la propia Rosalie- me molesta que vengas a buscarme a mi casa, con mi hijo presente.- el niño la vio de fea manera para azuzar al pequeño mustango y hacer que pasará con rapidez cerca de la rubia a quien llenó de tierra.

-Niño malcriado!- Harry le mostró la lengua para darse la media vuelta en el pony sin hacer caso de los gritos de la rubia.-no deberías dejar que me traté así, soy tu mujer y...- Wodroow le sonrió burlón.

-Tu sólo eres la mujerzuela con la que me quito las ganas, no eres mi mujer, no eres nada mío.- la mujer se tuvo que tragar las lágrimas pues en honor a la verdad el hombre solo la usaba para paliar su soledad algunas veces.

-Ella ya murió, han pasado cinco años y tu..- Wodroow se volvió como un rayo para fulminarla con la mirada.

-Cuando hables de mi esposa lavate la boca primero!- Rosalie apretó las manos al verlo marcharse al galope. Cinco años habían pasado y él seguía pensando en ella, en esa maldita mujer que sólo con nombrarla el hombre se ponía muy mal. Muchas noches Wodroow llegó a deambular en el cementerio para quedarse casi hasta al amanecer en aquella tumba que ni siquiera por un momento se imaginaba que estaba vacía.

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-Gracias hermano ciervo por darme tu carne para que podamos comer mi familia y yo.- el cuchillo se termino de enterrar en el cuerpo de aquel hermoso ejemplar. El chico cortaba el vientre del animal bajo la mirada vigilante de su padre. Cargaron con la presa cazada sobre un mustango de color blanco luego de destazarlo bien, quitarle la piel y desechar las vísceras para llevar lo obtenido del bosque y la montaña hacia su aldea. Se reunieron con otro grupo de padres con sus hijos quienes habían salido a cazar desde hacia varios días.

-Tu madre..- la vieron salir de la tienda para recibirlos con una sonrisa en el rostro.El muchacho saltó del caballo de su padre con aquella agilidad que denotaba su raza a pesar de su corta edad.

-Madre, mira todo lo que trajimos! Este invierno no será tan duro.- Kapo-Sewa asintió aunque se veía algo pálida.- te duele tu cabeza otra vez?

-Un poco pero ya estoy mejor- Masul Taji desmontó para entregar la carne a las mujeres de la tribu, y la encerró en un abrazo.El comanche se quedo con ella así un rato pensando en que tal vez si estaba haciendo mal al separarla de los suyos, SaraFé padecía de dolores de cabeza muy fuertes que algunas veces hasta sin sentido la dejaban. Pero no quería llevarla con un médico blanco no con el que estaba más cerca, pero desde que ella estaba a su lado junto con el niño había dejado de robar. Iba a tener que retomar sus correrías para poder llevarla con un buen doctor blanco.

-Vamos a que te recuestes y descanses- algunas mujeres de la tribu la veían con enfado. Al ser la esposa del jefe no le podían decir nada pero la molestia de ver que ella no hacia muchas cosas como el resto de ellas les causaba enojo. Se callaban al ver la mirada fiera de Escorpión de Fuego.

Ella...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora