Rivales

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Muchas gracias a quienes han estado leyendo esta mariahuanada mìa XD esta llegando a su final, calculo si acaso ocho capìtulos màs. Pronto les estarè trayendo una nueva historia de corte tambièn vaquero, ambientado en los 1800 un poco antes de la guerra de Independencia en Mèxico. No tengo una fecha tentativa para publicarla pero serà despuès de enero. 

Woodrow escuchaba los informes de aquellos hombres que habìan puesto a vigilar a la pastelerìa, ya iba una semana desde que le pareciò ver a Keith con Sahale en ese lugar. El hombre le decìa que no habìan visto a nadie con sus caracterìsiticas, al menos no en esos dìas. El colegio lo estaban vigilando tambièn, y ahì si descubrieron que habìa un pequeño de nombre Sahale Luger pero que no estaba asistiendo al parecer porque estaba enfermo.

-el cura nos dijo que el niño al parecer tiene viruela por eso no esta yendo, para evitar el contagio. Nos diò el nombre de sus padres Sarah y Keith Luger. Viven en las afueras en una hacienda dedicada a la crìa de borrego para trasquila.- Pedro escuchaba en silencio, Luger al parecer era un hombre peligroso y sagaz para los negocios, se habìa procurado amistades bastantes fuertes polìticamente hablando y con mucho dinero. Gente de peso en la sociedad californiana.

-Ese tipo se ha sabido relacionar por lo que estoy escuchando, tal vez podamos saber de èl en la sociedad de banqueros, mi padre es miembro de ese club, no cualquiera puede entrar, sòlo por mera invitaciòn de los socios principales.- Louis veìa a Woodrow cuyos ojos estaban llameando odio.

-Hay otra cosa señor Call- le dijo de pronto su informante- el sacerdote nos dijo tambièn que antes de que el , niño se enfermarà, le platicò que su mamà esta encinta. Que pronto tendrà un hermanito.- cuando dijo eso Woodrow se quedò pàlido, su SaraFè iba a darle un hijo a ese infeliz, ella era su mujer en toda la extensiòn de la palabra.

-¡Lo voy a matar!- fue el rugido que saliò de labios de Woodrow, los demàs tuvieron que apartarse, la sola idea de que ese maldito haya tocado a su mujer, a su amada esposa. -¿Còmo pudo ella dejar que la tocarà?- Mariana le viò de pronto muy seria.

-Por una sencilla razòn, ella no recuerda quien es, y ademàs ¿Porquè reclamas? ¿Acaso ya olvidaste a Rosalie? Porque yo no, no tenìas ni siquiera un año de viudo y ya estabas revolcàndote con esa puta.- Pedro tuvo que contener a la mujer quien le espetaba todas esas verdades al vaquero muy enojada.

-Cariño, trata de comprender a Woodrow, no es tan fàcil de aceptar esto, son varios años buscando, al fin parece haberlos hallado topando con esa noticia de que SaraFè le darà un hijo a ese hombre.- Louis tratò de ser conciliador, de ponerse en las botas de su amigo.

-Eso ahora no es lo importante, ya tenemos una pista de donde pueden estar. Escucha Woodrow sè que estas con ganas de salir a buscar a ese maldito, yo tambièn quiero ir a buscarlo, traer a SaraFè con nosotros, a tu hijo. Pero si lo que el detective dice es verdad, ¿Qué haràs?- Pedro terciò para que Woodrow apretarà los puños ante esa verdad que se alzaba gigante frente a èl.

La veìa bordar una preciosa cobija para su futuro hijo, Sahale estaba en la otra ala de la casona, el mèdico le advirtiò que era peligroso que el niño permaneciera cerca de su madre.

-Extraño a mi hijo-le dijo con voz triste.- Quiero verlo Keith.- el hombre se arrodillò frente a ella para tomar sus manos, vio las làgrimas de ella caer en sobre sus manos,

-Ya escuchaste al doctor, es algo peligroso dado tu estado, puedes contagiarte y hacerle mal a nuestro hijo que viene en camino, Sahale esta bien, yo lo cuido. A mi me diò viruela de pequeño, por eso puedo cuidarlo sin problema alguno.- Sarah le vio con tristeza- te prometo que todo estarà bien. Te manda dibujos y muchos besos.- èl le diò varios besos en la frente y luego otro en los labios lleno de intensidad.

-Quiero ir a visitar al mèdico Ye, por favor.- Keith asintiò para despedirse de ella. Tenìa que visitar a un par de banqueros quienes estaban interesados en su hacienda ademàs de las cabezas de ganado que ahora poseìa. Tenìa tiempo de haber empezado a deshacerse de varias de las propiedades, su fortuna en efectivo ya era considerable. Incluso uno de ellos le estaba ayudando a conseguir una propiedad pròspera y extensa en Inglaterra. Sarah se fue a cambiar de ropa para ir a ver al mèdico chino. No sin antes decirle por la puerta a su niño que lo amaba.

-Te quiero mamita, ¿Puedes traerme panquecitos de la pastelerìa donde siempre vamos?- ella sonriò detràs de la puerta.- Y màs colores, y otro cuaderno..¡Se me terminaron!.

-Claro que si mi vida- ella saliò de la casona en compañìa de una de las sirvientas hasta donde el mèdico Ye. El doctor la recibiò amable como siempre, Sarah le mostrò su diario para contarle que ahora ya el hombre que soñaba siempre tenìa un rostro y un nombre.- Tengo miedo doctor, ¿Y si engañè a mi marido?- este leìa algunas notas hechas por la muchacha.

-No hablas de engaños, sino de pequeños recuerdos, de una vida anterior. Este otro hombre te causa miedo.- señalò uno de los dibujos- ¿su nombre no lo recuerdas?- ella negò con gesto asustado- quiero probar algo, por favor cierra los ojos, trata de tener tu mente en blanco. Sarah obedeciò, la voz del mèdico se empezò a escuchar lejana, y ella se vio de pronto corriendo con una criatura en brazos. Sentìa un miedo aterrador invadirla, lloraba tratando de huir de ese hombre de frìos ojos quien vociferaba que ella era suya, que volviera. De pronto caìa al suelo y el bebè lloraba por el miedo, se veìa pelear mientras ese hombre intentaba someterla, luego algo caliente mordìa su espalda.

-¡Dios santìsimo!- el llanto lleno sus ojos, su corazòn latìa acelerado, el miedo le carcomìa las entrañas.- ¿Què fue todo eso?- Thian Ye la hizo calmarse pues ella habìa recordado mucho pero al mismo tiempo eran sòlo gotas en un mar de lo que pudo ser su vida.

-Tu mente se niega recordar por todo, pero ahora sabemos que es por miedo, viviste algo tan horrible y aterrador que te niegas a traerlo de regreso. Es una defensa de tu cerebro, te hace sentir segura y a salvo el no acordarte de esos sucesos que tanto dolor y angustia te hacen sentir.- le dijo que bebiera algunos tès relajantes ademàs de que siguiera escribiendo sobre lo que por momentos recordaba.

Luger sellaba la venta de una de sus ùltimas propiedades y la compra de aquella hacienda, en cuanto Sahale se sintiera mejor se marcharìan de California en el primer barco que pudiera.

-Es un placer hacer negocios con usted señor Luger- sonriò cuando su cuenta bancaria ascendiò otros miles de dolàres.

-El placer fue mìo señores, en un par de semanas mi familia y yo partiremos a Inglaterra. Quiero hacerlo antes de que mi esposa por su nuevo embarazo ya no pueda. Tendremos un nuevo hijo.- los otros dos le felicitaron.

Sus pasos lo guiaron hasta un bar elegante donde pidiò un poco de licor, ya ahì pensaba en su nuevo destino, irse pronto de ese lugar. Con su familia, le habìa ganado a ese maldito.

Woodrow no querìa beber màs pero sòlo de pensar que SaraFè estuviera esperando un hijo de ese maldito lo volvìa loco. Entrò a aquel bar para pedir algo de tomar. Keith palideciò al verlo en una mesa del rincòn, su mano por instinto se posò en su pistola.

-Los dioses no pueden hacerme esto.- maldijo al ver su rival, su medio hermano. –No me los vas a quitar, no me vas a arrebatar a mi familia.- La mirada de Woodrow se paseaba por el lugar cuando lo viò, los dos se pusieron en alerta, las manos de ambos se fueron hacia sus armas. Luego de eludirlo por tanto tiempo al fin estaban frente a frente. Rivales por el amor de una mujer.


Ella...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora