Capítulo 23

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Emma estaba sentada en la mesa del comedor de su departamento. En la mesa había desplegado una gran cantidad de papeles. Estaba buscando algo que pueda ayudarle en el caso que estaba trabajando, pero hasta el momento nada funcionaba. Ella tenía un mal presentimiento, como si algo malo fuera a pasar.

De repente alguien golpeó la puerta de su departamento, así que se dirigió a abrirla. Sospechaba que era Killian, probablemente algún vecino lo había dejado pasar. Cuando abrió la puerta sonrió al comprobar que era Killian, pero la sonrisa se borró al ver que iba acompañado de su vecina quien lucía muy pálida.

- Hola amor. – Saludó él ayudando a Mary Margaret a entrar al departamento.

- Hola. – Devolvió ella el saludo. - ¿Qué pasó? ¿Mary te sientes bien? – Preguntó ella preocupada y cerró la puerta.

- Le bajo la presión. – Informó él.

- Como David no está en casa, Killian insistió en que venga aquí. – Explicó Mary Margaret mientras se sentaba en una de las sillas.

- Por supuesto, te vas a quedar acá hasta que llegue David. – Decidió Emma. - ¿Podes servirle un vaso de coca cola por favor? – Pidió a su novio.

- Si, buena idea. – Respondió él dirigiéndose a la cocina.

- Gracias. – Agradeció ella.

Killian trajo un vaso con coca cola de la cocina y Mary Margaret comenzó a sentirse mejor. Ambos le contaron como se habían encontrado en la entrada del edificio y como a Mary Margaret le había bajado la presión en el ascensor. Emma se sintió aliviada de que Killian haya estado con ella y la haya ayudado.

- ¿Estás bien? Lucís preocupada. – Preguntó Killian a Emma al notarla distraída durante las conversaciones.

- Si es por mí no tenes que preocuparte más, ya me siento bien. – Interfirió Mary Margaret al ver que su amiga continuaba en silencio.

- Emma... - Comenzó a decir Killian.

- Lo siento. – Lo interrumpió Emma quien había salido de su estado cuando Killian agarró su mano. – Es solo éste caso en el que estoy trabajando, me tiene con la cabeza en cualquier lado. – Argumentó ella al ver como la miraban preocupados.

- ¿Queres hablar sobre ello? – Propuso Killian.

- Es una mujer de nuestra edad, se llama Elsa. Ella vive con su novio Hans y sus vecinos les han hecho varias denuncias por violencia. Ellos dicen que él la maltrata, pero ella niega todo. - Dijo Emma acomodando los papeles.

- ¿Y vos no le crees? – Preguntó Mary Margaret alcanzándole los papeles más cercanos a ella.

- No, no le creo. – Respondió Emma agarrado los papeles y acomodándolos junto al resto.

- ¿Por qué no? – Preguntó Killian intrigado, le gustaba ver como funcionaba la cabeza de ella cada vez que se hacía cargo de un caso.

- Bueno para empezar hay registros en el hospital de sus heridas. En el último mes estuvo cinco veces. Cinco veces es mucho, no pueden haber sido todos accidentes. – Contestó Emma con convicción. – Y por último... - Tomó un largo suspiro. – Conozco su mirada, esa mezcla de miedo y culpa, es la misma que tenía yo. – Dijo sin poder evitar el temblor en su voz.

- Te hace acordar a Neal. – Dijo Mary Margaret comprendiendo lo que quería decir su amiga.

- Si. – Confirmó Emma con un tono muy triste.

- Sé que no sé mucho sobre lo que pasó entre ustedes, pero cada vez que sale el tema me dan ganas de golpearlo bien fuerte por todo el daño que te hizo. – Confesó Mary Margaret ganándose una sonrisa de Emma.

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