Killian tenía pensado reintegrarse al trabajo ese día, pero cuando Emma le dijo que esa tarde le sacaban los puntos de su herida tuvo que volver a pedirle a su compañero Smee que lo cubra. Smee lo había estado cubriendo toda la semana y Killian en verdad se sentía agradecido. Así que antes de ir a buscar a Emma fue a visitar a Smee y darle un regalo en forma de agradecimiento.
- ¿Qué haces acá? Pensé que querías que te cubra. – Dijo Smee al verlo.
- Si, eso quiero, pero quería pasar a saludarte y darte un regalo. – Respondió Killian entregándole el paquete.
- ¿Un regalo? ¿Por qué? – Preguntó Smee confundido aceptando el paquete.
- Por ayudarme toda está semana cubriendo mis turnos. – Contestó Killian.
- Pero me estoy quedando con el pago de tus turnos. – Le recordó Smee.
- Lo sé, pero igual quería darte este regalo. – Dijo Killian como si ese comentario fuera suficiente para explicar todo.
- Gracias. – Agradeció Smee con una sonrisa al encontrarse con una botella de whisky.
- Sé que es tu bebida favorita, así que disfrútala. – Dijo Killian con una sonrisa.
- ¿Cómo esta tu novia? – Preguntó Smee algo preocupado.
- Mejor, de hecho ahora tengo que ir a buscarla para que le saquen los puntos. – Informo Killian sintiéndose algo aliviado de que el feo momento vivido haya quedado varios días atrás.
- ¿Y qué pasó con la persona que le disparó? – Quisó saber Smee.
- Está detenido, en estos días ya tendrían que dar la sentencia. – Respondió Killian nervioso.
- Espero que pasé mucho tiempo en prisión. – Comentó Smee sincero.
- Si, yo también lo espero. – Coincidió Killian.
Killian se despidió de Smith y se fue a buscar a Emma. El viaje al hospital fue silencioso. Killian podía sentir que la situación tenía a Emma tensa, nerviosa e incomoda. Él no quería presionarla, así que en vez de hablar la acompaño haciéndole saber que siempre iba a estar a su lado. Se sentaron en la sala de espera hasta que la doctora Aurora la llamó.
- Espérame acá Killian. – Dijo ella poniéndose de pie al escuchar que llamaban su nombre.
- ¿No queres que vaya con vos? – Preguntó él confundido.
- No, no es necesario. – Negó ella con la cabeza.
- Pero yo quiero acompañarte. – Insistió él, sabía que había algo que ella no le estaba diciendo.
- Killian no, por favor, esto va a ser terrible. – Suplicó ella.
- ¿Qué va a ser terrible? – Preguntó él sintiéndose cada vez más perdido.
- No quiero que me veas así. – Dijo ella intentando explicar lo que le pasaba.
- Emma es solo que te saquen los puntos. – Intentó hacerla razonar.
- ¡Por eso! ¡Odio estas cosas! ¡Las agujas y los puntos! – Exclamó ella y dio un largo suspiro para calmarse. – No quiero que me veas así de débil, sufriendo, o lo que sea. Yo no quiero eso. – Dijo, su mirada brillaba por las lágrimas acumuladas.
- Jamás podría verte como alguien débil, para mí eres la persona más fuerte que he conocido en mi vida. No voy a pensar menos de vos por esto, ni asustarme, ni nada. – Aseguró él invadiendo el espacio personal de ella. –Solo déjame acompañarte, quiero acompañarte. – Pidió acariciando suavemente la mejilla de ella.
ESTÁS LEYENDO
New York City Serenade
Fiksi PenggemarUna historia Captain Swan moderna. Ninguno de ellos dos creía en el amor, pero cuando el destino los junto simplemente sucedió.