Capítulo 6

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Killian no pudo dormir en toda la noche. Él no pudo dejar de pensar en Emma y lo cerca que estuvo de besarla. Sabía que habría sido estúpido intentarlo, porque estaba completamente seguro de que Emma era del tipo de mujeres que salía corriendo, pero eso no quitaba las ganas que él tenía de hacerlo. A Killian le encantaban los desafíos, y Emma sin dudas lo era. Emma era un gran desafío.

A Killian nunca le habían gustado las despedidas de solteros, siempre había pensado que era una tradición muy tonta. Pero era la despedida de su amigo Robin y no le quedaba otra que estar presente. Cuando Robin le dijo que la despedida era para él y Regina juntos se entusiasmo en seguida, ya que eso significaba que iba a ver a Emma. No sabía a quien se le había ocurrido la estúpida idea de hacer una despedida de los novios juntos, pero mientras le de la posibilidad de ver a Emma se encontraba a gusto con la idea. De repente se sintió abrumado al darse cuenta del efecto que ella tenía en él. ¿Desde cuándo su entusiasmo y ánimo se medía en si ella estaba o no? Ella ni siquiera era de él y probablemente nunca lo iba a ser, y sin embargo él se encontraba pensando en ella. Sin dudas algo estaba mal en su cabeza, o en su corazón, o en ambos.

Killian llegó tarde a la despedida, ya que después de trabajar fue a su casa a ducharse y cambiarse la ropa. No quería ir al boliche oliendo a puerto marítimo. Intento asegurarse de que no tenía nada que ver con que iba a ver a Emma Swan esa noche, pero en el fondo sabía que esa era gran parte de la razón.

- ¡Felicidades amigo! – Dijo Killian saludándolo con un abrazo.

- ¡Killian! ¡Ya era hora que aparecieras! – Dijo Robin correspondiendo el abrazo.

- ¿Estás loco? No me perdería tu despedida de soltero por nada del mundo. – Le aseguró Killian.

- Más te vale, sino yo no iba a ir a la tuya. – Bromeó Robin.

- Para eso falta mucho. – Rió Killian. - ¿Puedo sacar a bailar a la novia? - Preguntó.

- Claro. – Dijo Regina agarrándolo del brazo.

- No necesitas mi permiso, somos solteros todavía. – Dijo Robin y les guiñó el ojo.

Killian bailó un rato con Regina. Luego tomó unos tragos con Robin, Victor, Peter y David. Conversaron, bailaron y se rieron mucho.

En un momento de la noche pareció que todos se pusieron de acuerdo para bailar en pareja, así que Killian decidió ir a la barra. Ahí la vio a Emma. Estaba sentada en la barra tomando un trago, como el primer día que la vio por primera vez. Estaba hermosa y radiante (como siempre) vistiendo un vestido corto color rojo, botas y campera negra de cuero. Apreció su belleza por uno instantes, Dios esa mujer lo iba a volver loco. A medida que se fue acercando a ella pudo notar que sus expresiones decían a gritos que estaba fuera de lugar.

- ¿Qué tal va la noche? – Preguntó él sentándose en una banqueta a su lado.

- Genial. – Sonrió ella sarcásticamente.

- Y yo que pensaba que las despedidas de solteros eran divertidas para los solteros. – Comentó él tratando de levantarle el ánimo.

- Lo son, hasta que a alguien se le ocurre que la novia y el novio deben hacer la despedida juntos. – Dijo ella poniendo cara seria.

- Me alegra saber que no fue tu idea. – Bromeó él.

- ¿A vos tampoco te gustan las despedidas? – Preguntó ella.

- Para nada, de hecho me parecen muy tontas. – Contestó él. – Pero ya que estamos acá, ¿Qué te parece si nos divertimos? – Propuso.

- ¿Qué estás pensando? – Preguntó ella con una pizca de brillo en sus ojos.

New York City SerenadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora