Capítulo 27

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Había pasado una semana desde que a Emma le sacaron los puntos de la herida, y de a poco todo parecía volver a la normalidad. Emma no había contado a nadie que Neal podía llegar a estar relacionado con lo que pasó. Ella no sabía que hacer con esa información, no sabía como reaccionar, así que por ahora había elegido evitarlo. Estaba intentando olvidarse del asunto.

El celular de Emma sonó despertándola antes de que su despertador suene, miro la pantalla y vio que era un número desconocido.

- ¿Hola? – Atendió la llamada con voz de dormida.

- Hola princesa. – Saludo Neal.

- ¿Neal? ¿Qué queres? ¿Por qué me estás llamando? – Preguntó sorprendida y se incorporó en la cama porque estaba demasiado preocupada como para continuar con su estado de dormida.

- Creo que está muy claro lo que quiero. ¿Cómo estás del disparo? – Respondió él en un tono muy alegre.

- ¿Así que es verdad que estabas atrás de todo esto? ¡No puedo creer que hayas caído tan bajo de usar a Elsa para esto! – Dijo ella descargando su enojo.

- Era la única forma de llegar a vos sin que sospecharas, pero como sabes lamentablemente no pude estar en el encuentro. – Informo él y dejo escapar una pequeña carcajada.

- Elsa no se merecía todo el sufrimiento que le hiciste pasar. – Reprochó ella.

- Técnicamente él que la hizo sufrir fue Hans. – Dijo él con cierta ironía.

- ¡Entendes perfectamente a lo que me estaba refiriendo! – Exclamó ella frustrada.

- Lo sé. – Asistió él.

- ¿Entonces? – Dijo ella confundida.

- La vida no siempre es justa princesa, deberías haberlo aprendido ya. – Dijo él luego de un largo silencio.

- ¿Qué queres? – Preguntó ella cansada de la conversación.

- A vos. – Respondió él.

- Lo lamento, pero sabes que no podes tenerme. – Le recordó ella intentando no perder la calma.

- Y vos sabes que yo no voy a parar hasta lograr tenerte de nuevo. – Dijo él y luego cortó la llamada.

Emma se quedo varios minutos con su celular sobre su oído, le costó mucho salir del estado de shock en el que se encontraba y asimilar que finalmente la conversación había acabado. Cuando finalmente reaccionó y pudo recuperar su respiración normal, se dio cuenta que sentía miedo. Neal no iba a parar hasta conseguir lo que quería y Emma tenía miedo de sus formas de accionar. Neal nunca había tenido buenas formas para hacer lo que quería. Era hora de hacer algo para detenerlo, ¿Pero qué? Ella no quería preocupar a nadie y sentía que soltar la información ahora, tan tarde, iba a ser peor. Ella tenía que encargarse de este asunto sola, después de todo Neal era su problema.

- Regina, ¿Puedo hablar con vos? – Preguntó entrando a la oficina de su amiga, interrumpiendo la conversación que ella estaba teniendo con Rose.

- Claro. – Aceptó ella señalándole una de las sillas para hacerle entender que se ponga cómoda. - ¿De qué querías hablar? – Preguntó ella luego de esperar varios minutos y no recibir ninguna palabra.

- Es complicado... - Comenzó a decir Emma.

- Yo me voy a ir a comprar el almuerzo así pueden hablar tranquilas, ¿Qué les parece? – Las interrumpió Rose al sentirse de más en la conversación.

- Eso sería estupendo. – Dijo Regina al ver que Emma seguía en su estado de nervios. – Pedime una ensalada César. – Pidió a Rose.

- ¿Emma vos que queres? – Preguntó Rose a Emma al ver que ella no decía nada.

New York City SerenadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora