Capítulo 5

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Emma nunca se esperó que Killian se enterara de esa manera que ella tenía un hijo. En un principio pensó que él tal vez ya sabía porque tenían muchos amigos en común y seguro alguien le había contado. Pero al ver la cara de sorpresa que él puso en el parque cuando los presentó, le hizo dar cuenta que Killian no tenía la menor idea.

Igual estaba bien, no es que ellos eran nada como para que ella se lo haya tenido que contar antes. ¿Cierto?

- ¿Me podes enseñar a tocar la guitarra? – Preguntó Henry a Killian.

- ¡Henry! No seas mal educado, recién lo conoces. – Lo retó Emma, sorprendida por el pedido de su hijo.

- Lo siento. – Dijo el niño, aunque su sonrisa parecía decir todo lo contrario.

- Está bien, no tienes que disculparte y claro que puedo enseñarte si quieres. – Dijo Killian mientras se llevaba la mano detrás de la oreja y se rascaba algo nervioso.

- ¡Genial! – Festejo Henry.

El celular de Emma sonó, así que se alejo un poco para poder atender la llamada. Era Regina pidiendo que vaya a la oficina. Luego de cortar observo como Killian y Henry conversaban. Al ver a ambos reír se le formó un nudo en el estómago, ella siempre había querido que Henry tenga una figura paterna en su vida. Sacó ese pensamiento de su cabeza lo más rápido que pudo y se maldijo así misma, Killian y ella no eran nada ni lo iban a ser.

- Tengo que volver a la oficina. – Informó Emma interrumpiendo el momento que los otros dos estaban teniendo.

- Ufa, pero mamá... - Comenzó a protestar Henry.

- Sin peros Henry, ve a despedirte de tus amigos así nos vamos. – Dijo Emma sin dejar de terminar hablar a su hijo.

- De acuerdo. – Aceptó Henry, y se fue corriendo a saludar a sus amigos.

- ¿Así que le gusta el fútbol? – Preguntó Killian.

- Si, le encanta. – Contestó ella sin quitar la vista de su hijo.

- Me pidió si podía llevarlo a la cancha a ver un partido. – Comentó él.

- Killian no es necesario que lo hagas, espero que no te sientas obligado a nada, él solo es un niño. – Dijo ella mirándolo a los ojos por primera vez desde que él se había enterado lo de Henry.

- Yo no me siento obligado ni nada, pero creo que estaría bueno llevarlo a la cancha, a mi también me encanta el fútbol. – Explico él. – Es un gran chico. - Expresó la impresión que el niño había causado en él.

- Si, lo es. – Asistió ella con una sonrisa.

Emma y Henry se despidieron de Killian y se fueron del parque. Henry fue un rato a la oficina con ella y luego fueron a casa. Cenaron y se acostaron a dormir. Pero a Emma le costó dormirse esa noche. Su cabeza volvía al encuentro que tuvieron con Killian.

Emma no entendía como después de todos los fracasos que había tenido en sus relaciones, su cabeza elegía pensar en Killian. Primero habia estado Neal, que mejor ni hablar de él y todo el daño que le había causado. Después estuvo Graham, con quien cuando empezaron a tener una relación decidió alistarse en el ejercito y eso le costó su vida. Y por último estuvo Walsh, quien digamos que no se puso muy feliz cuando se enteró que ella ya tenía un hijo, y luego de varias peleas la dejo para casarse con su ex novia.

Definitivamente lo mejor que podía hacer era dejar de pensar en Killian.

Un día Killian invitó a todos a la cancha a ver un partido de fútbol. Invitó a su banda de música, a los amigos y amigas de Emma y Killian, a Emma y a Henry. Emma se sorprendió mucho de que él haya decidido cumplir el pedido de su hijo. Henry estaba tan ilusionado que ella no pudo negarse a ir. Todos pasaron un gran momento en momento en la cancha, había que admitir que fue más divertido de lo que ella había esperado. Cuando termino el partido fueron todos a cenar a lo de Robin y Regina.

New York City SerenadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora