20; m i c h a e l

1.4K 128 63
                                    

    Me voy a morir. Por dos cosas, primero porque Calum es un estúpido y segundo porque olvidé completamente que hoy había examen de matemáticas y no estudié nada.

— Ya, dejen de escribir, el tiempo se acabó. — el profesor habló y me quejé dejándome caer sobre el banco.

    En éste mismo momento odio a todo el mundo, comenzando por Calum. Dios, como lo odio.

    Alguien tocó mi hombro y yo sin levantarme le entregué mi examen.

    Ya reprobé, mi mamá va a matarme. Mamá te fallé.

    Sentí el sonido de las patas de una silla contra el suelo y llevé mis manos a mis oídos para no seguir escuchando ese chillido desagradable. Y por supuesto, se trataba de Luke. Él había arrastrado una silla hasta mi banco y estaba allí sentado, mirándome con una sonrisa, como si hubiese algo por lo que sonreír. Lo miré unos segundos y luego sólo puse mi mejor cara de desagrado, demostrando lo mal que me sentía con toda la mierda que Calum me estaba haciendo pasar emocionalmente. Y claro, por el examen también. Luke suspiró y dejó de sonreír.

Miré hacia otro lado y mi vista cayó en Marion. Ella estaba sentada en su banco con una falda como de tenista blanca y un crop top negro. Odiaba admitirlo, pero se veía tan linda. Era como esas chicas tumblr que estaban por todos lados en internet. De alguna forma, era comprensible que Calum estuviese tan baboso por ella.

— Apuesto a que si fuera Marion de quién se tratara Calum estaría contándole a todo el puto mundo. — dije cruzándome de brazos.

— Calum es un imbécil. — Luke habló mirando mi lápiz.

— Dime algo que no sepa. — murmuré y Luke dejó el lápiz sobre el banco. — Odio que me guste. ¿Por qué no me puede gustar una chica cualquiera? ¿O cualquier otro chico? ¡Un chico gay! Pero claro, tiene que gustarme Calum, justo mi mejor amigo que encima es bisexual, o bueno, creo que lo es. Pero sin embargo se avergüenza de decir que gusta de mí.

— Ya, tranquilo.

— No puedo estar tranquilo. — dije frunciendo el ceño.

    Metí las manos en los bolsillos de mi chaqueta de mezclilla y sentí un papel.

— Ay, no inventes. — murmuré sacando el papel de mi bolsillo.

    Lo desdoblé y era justamente lo que pensaba. La nota que había escrito la noche que pasamos juntos en el hotel. Habían tantas cursilerías juntas que me daba náuseas hasta leerla.

— ¿Qué es eso? — Luke cuestionó.

— Nada. — dije y la rompí en pedacitos.

    Probablemente me arrepentiría de haber roto esa nota después, pero necesitaba calmar mi rabia de alguna forma.

— Veo muchos corazones.

— Cállate Luke, sólo son estupideces, ya sabes, Calum, corazones, amor y muchas estupideces más.

    El timbre para irnos sonó y sonreí. Por fin iría a mi casa a dormir y a romper todas las notas que planeaba darle a Calum más adelante. Como la que había escrito para pedirle que fuese mi novio. Qué se meta lo que dice sentir por mí por donde le caiga.

— Iré a la casa de Taylor, ¿Estarás bien? — Luke cuestionó colgando su mochila en mi hombro.

— Claro que sí, estaré mejor que nunca.

    Luke asintió y salió del aula en busca de Taylor.

    Era el único que estaba allí dentro y me tomaba mi tiempo para guardar mis cosas.

uncovered gay; malumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora