31; c a l u m

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    Estaba tan malditamente nervioso y asustado. Y es que era el día en el que Michael y yo intentaríamos, otra vez, hacer que mi papá aceptara nuestra relación que ahora, por cierto, era oficial. Claro que ahora no éramos sólo mamá, Mike y yo. Ahora Mali y Karen, la mamá de Michael, se habían sumado.

    Todo parecía una casa de locos, mamá y Karen corrían de un lado a otro arreglando la mesa y Mali cocinaba sin parar. Era como si se tratase de nuestra boda o algo así.

— Estoy asustado. — dije y Michael, quién estaba sentado a mi lado arreglando las servilletas sonrió.

— Tu papá me cae mal. — soltó. — Así que no me interesa lo que diga.

— Y tú le caes mal a él. — recordé. — Por eso estoy asustado. — murmuré terminando de limpiar una de las copas para vino que usaríamos. Michael me miró y suspiró. — Y, no lo sé, podrías hacer un esfuerzo por agradarle ésta vez. Esto es importante para mí, el que me acepte como soy, quiero decir. — murmuré lo último.

    Michael acercó su silla un poco más a mí y tomó mi mano, entrelazando nuestros dedos.

— Tienes razón, lo siento. Todo va a salir bien, estoy seguro de eso.

— Dijiste lo mismo la última vez, y ya ves cómo terminó todo. — dije girándome para ver a Michael.

— Sí, pero no voy a dejar que nos separe otra vez. Por eso sé que todo va a salir bien. — dijo y le sonreí.

    Las cosas con Michael iban tan bien, todo era tan genial a su lado que no lograba comprender porqué no habíamos estado juntos desde antes. ¿Por qué me tardé tanto en descubrir que me gustaba? No lo entendía.

— Mañana cumplimos un mes juntos. — Michael comentó sonriendo. — Deberíamos salir o algo.

— Me encantaría. — le sonreí. — Pero, ugh. — me quejé.

— ¿Ugh qué? — cuestionó preocupado. — ¿Qué tienes?

— Marion. — dije y él frunció el ceño. — Habíamos quedado para terminar el proyecto de química.

    Pude ver cómo el rostro de Michael caía y su sonrisa se iba, reemplazándose por una mueca triste.

— ¿No podremos salir porque estarás con ella? — preguntó.

— Es un proyecto importante. — dije y él suspiró mientras soltaba mi mano y se ponía de pie. — Michael. — lo llamé y él simplemente me ignoró y entró a la cocina.

    A veces olvidaba que a Michael le afectaba que pasará tiempo con Marion cuando debería pasar tiempo con él, pero es que Marion era mi amiga y ella quería estar la mayoría del tiempo conmigo, y para ser sinceros, también me gustaba pasar tiempo con ella. Sabía que Michael estaba realmente inseguro de sí mismo, y lo estaba aún más cuando me veía riendo o siquiera hablando con Marion, pero ¿qué podía hacer?

— Alguien está triste allá adentro. — mi mamá tarareó mientras dejaba una de las ensaladas sobre la mesa. — Bueno, más bien enojado. Enojado y triste a la vez. — Me miró y puso ambas manos en su cintura. — ¿Qué pasó?

— Nada importante, se le va a pasar. — dije y ella se encogió de hombros.

— Como digas. De todas formas voy a enterarme luego. — rió. — Siempre terminas contándome tus problemas porque soy tu madre y me amas. — ella comentó y reí un poco. Ella tenía razón.

— Está bien, el caso es que-

    No logré terminar la frase cuando la puerta de entrada se abrió provocando que mi mamá y yo nos miráramos con los ojos abiertos. Probablemente todos allí estábamos asustados, y es que mi papá últimamente estaba tan diferente, tan agresivo, antipático y distante con mamá.

uncovered gay; malumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora