uncovered gay; malum

9; c a l u m

    — ¿Estás segura de que no quieres que vaya a dejarte a casa? — dije y Michelle cerró su casillero para luego dedicarme una dulce sonrisa.

— Calum, estaré bien. A demás, hoy vienen a buscarme. — dijo tranquilizándome. Se inclinó y dejó un beso en mis labios.

    Tomé su mano y en la otra cargué su mochila. Ambos salimos del lugar y caminamos hasta el auto de su mamá. Llevaba casi tres semanas saliendo con Michelle y debo decir que ella me gusta mucho y además hace que olvide la atracción que últimamente tengo hacia Michael. No estoy "enamorado" de ella, ni siquiera sé si la quiero, pero me ayuda a alejarme de Michael, que es lo que necesito justo ahora. No es que la esté utilizando ni nada por el estilo, pero es sólo que sentirte atraído por tu mejor amigo no es bueno, mucho menos cuando se trata de dos hombres. Yo no soy gay. No me gustan los hombres, me gustan las mujeres. Lo tengo claro y, de alguna forma, me asusta estar cambiando de parecer sin darme cuenta.

— Hola Michelle. — dijo un chico bajando del auto y fruncí un poco el ceño.

— Uh, Derek. — dijo Michelle soltando mi mano y arreglando su cabello. — ¿Por qué viniste tú hoy?

— Tu mamá no podía venir, está ocupada con mi papá en la boda y eso.

    Michelle asintió y se giró a verme.

— ¿Quién es? — dije seriamente.

— Oh, soy Derek, el hermano de Michelle. — se presentó el chico tendiéndome su mano. La miré y luego miré a Michelle.

— Creí que eras hija única. — dije y él chico dejó caer su mano.

— Lo soy, Derek es el hijo del novio de mi mamá, ya sabes, mi hermanastro. — dijo Michelle y asentí.

— Ya veo... — miré al chico de nuevo y él me sonrió. Se veía amigable, así que sonreí también. — Soy Calum, novio de Michelle.

— No... No somos novios aún. — dijo Michelle.

    Derek rió un poco y tomó a Michelle del brazo.

— Entra al auto, hermanita. — dijo abriéndole la puerta del copiloto. — Fue un... Placer conocerte, Calum. — dijo él para luego rodear el auto, subir a éste y alejarse.

    Suspiré, pasé una mano por mi cara, me giré y me dirigí a la entrada de nuevo, ya que tenía entrenamiento de basketball como todos los días. Cuando iba a entrar, Michael estaba saliendo. No había hablado con él hace dos o tres días, bueno, sólo cuando nos vio a Michelle y a mí en el armario del conserje en la mañana, pero eso no cuenta. Abrí la puerta y la sostuve para que él saliera.

— Gracias. — murmuró y se alejó bajando las mangas de su camiseta. Yo sonreí observándolo.

    Me gustaba y me causaba ternura cuando él jugaba con las mangas de su camisetas, porque eso quería decir que estaba nervioso, y, de alguna manera, me encantaba ponerlo nervioso, porque, Dios, se ve tan tierno sonrojado.

— ¡Michael! — dije y él se giró.

— ¿Qué? — dijo y mordí mi labio.

    No sabía por qué lo había llamado. No planeaba hacerlo, pero su nombre salió de mi boca antes de que pudiera detenerme. Aunque tenía una pregunta que estaba en mi cabeza desde el día en el que lo besé.

— Seguimos siendo mejores amigos, ¿no es así?

    Michael miró el suelo. Me acerqué a él e intenté tomar su mano, pero él la quitó y me miró con los labios entre abiertos.