25; c a l u m

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    — Calum, no estés nervioso bebé, todo va a salir bien. — Michael habló apoyando su cabeza en mi hombro. — Te lo prometo.

    Sonreí un poco. Eso era algo que me encantaba de Michael. Sabía que él estaba tan asustado como yo, o incluso más. Pero él de todas formas estaba dándome ánimos e intentando calmarme. Tomé su mano y la entrelacé con la mía. Las observé juntas y sentí que estando con Michael podía hacer cualquier cosa, que para estar con él haría lo que fuera. Ese sentimiento me llenó y me sentí preparado para decirle a mi familia que era gay.

— Tú ya no sientes nada por Marion, ¿verdad? — habló Michael rompiendo el silencio con su linda voz y tomé aire para hablar.

— Sigo creyendo que sus tetas son enormes. — dije riendo un poco.

— No es eso lo que te pregunté. — murmuró y puse los ojos en blancos.

— ¿Por qué te preocupa eso? — me quejé.

— Porque ella te gustaba incluso cuando ya sabías que me gustabas. ¿Cómo podría no preocuparme? — dijo y fruncí mis labios.

— La verdad es que Marion es una mujer muy hermosa, y cualquier chico que la conozca probablemente esté baboso tras de ella. Como Ashton, como los chicos del equipo y como lo estuve yo en algún momento. — dije y guardé silencio. Michael no dijo nada y sentí pánico al creer que lo había hecho sentirse mal, así que agregué — Pero no, ella ya no me gusta, ¿sabes? Un chico muy lindo se encargó de que dejara de gustarme. Un chico que ahora me gusta mucho, es más, creo que estoy enamorado.

— Bueno, ese chico es muy afortunado. — dijo y, aunque no pudiera ver su cara, sabía que estaba sonriendo.

— Yo también lo soy. — hablé y llevé sus nudillos a mis labios para besarlos. — Él es el mejor chico del mundo.

    La puerta de mi cuarto se abrió de golpe y Michael soltó mi mano rápido al dar un salto y terminar de pie junto a la radio, actuando como si estuviese intentando poner música. Miré a la puerta intentando no reír y mi mamá estaba allí con una sonrisa.

— La cena está lista. — habló mirando a Michael, quien estaba completamente colorado, y luego a mí. Miré a Michael y reí un poco.

— Sí, uhm, bajamos enseguida, mamá. — hablé sin despegar mis ojos de Michael.

— Bien. — dijo mamá y luego cerró la puerta.

— Qué susto me dio. — murmuró y solté una carcajada poniéndome de pie. Me acerqué a él y lo abracé por la cintura.

— Eres tan lindo, Michael. — dije y él rió un poco, nervioso al parecer.

— ¿Más que Marion?. — murmuró y rodé los ojos.

— Deja eso bebé, claro que eres más lindo que ella. Un millón de veces más lindo. — dije y me acerqué para dejar un beso en sus labios. — Ahora vamos, que debemos decirles. — tomé su mano y tiré de él para salir del cuarto.

— Espera, espera. — dijo tirándome dentro de la habitación otra vez.

    Cerró la puerta a mis espaldas y lo miré confundido. Me empujó dejándome contra la pared y su cuerpo. Tomó mi nuca y me besó. Pasé mis manos por debajo de su camiseta y sentí mis dedos tocar su piel caliente, se sentía tan bien estar así con él. Lo acerqué más a mí tirando de su cintura y él profundizó el beso llevando su otra mano a mi nuca también. La verdad en ese momento sólo quería empujarlo a la cama y... ya saben.

— Yo, uhm, te quiero mucho. — murmuró cuando nos separamos. — Hasta la luna y de regreso.

— Hasta la luna y de regreso. — repetí asintiendo sin aliento.

uncovered gay; malumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora