26; m i c h a e l

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    — ¿No tuvo un buen día hoy? — me preguntó el hombre del taxi y lo miré de reojo.

    Los taxistas siempre intentan mantener una conversación con sus pasajeros intentando hacer el camino más agradable, y yo solía hablarles siempre y contarles chistes y todo, pero en ese preciso momento no tenía ganas de hablar con nadie.

— Me atrevería a decir que es el peor día de todos. — murmuré y el hombre hizo una mueca.

    Estaba muy afectado por todo lo que el papá de Calum había dicho. Él no me quería para ser el novio de Calum, ni siquiera para ser su amigo. No quería que pisara más su casa ni que le hablara otra vez a Calum. Él me quería completamente fuera de la vida de Calum. Estaba destrozado.

— Es en la casa de aquí, señor. — indiqué y el hombre se estacionó frente a mi casa. Había decidido tomar un taxi porque no tenía ganas de caminar. No tenía ganas de nada, en realidad.

Le pagué al hombre y bajé del taxi, éste partió rápido alejándose por la calle.

Caminé y abrí la puerta, encontrándome a mi mamá cenando mientras veía la televisión.

— Michael, cariño, ¿qué tal estuvo esa cena? — preguntó animádamente y sentí cómo mis ojos se humedecían de sólo recordar al padre de Calum llamándome "mariquita".

— Genial. — dije caminando hacia la escalera. — pero creo que la cena me sentó mal al estómago, iré a la cama, te amo.

    Subí las escaleras rápido luego de eso. La verdad es que no quería hablar con nadie que no fuese Calum en ese momento.

— Responde, por favor. — murmuré mirando el celular que reposaba en altavoz sobre mi cama. Sabía que si él no me respondía esa no sería una buena señal y por ende cuando él rechazó mi llamada mi corazón dio un vuelco.

    ¿Estaría hablando con sus padres? ¿Intentando de hacer entrar en razón al simio que tiene como padre? ¿O estaba ignorándome?

    Lancé el celular lejos y comencé a jalarme el cabello. No entendía por qué no podíamos estar juntos de una vez por todas. Estaba cansado de intentarlo y es que ya habíamos fallado tantas veces, habíamos metido la pata demasiado, cada vez más seguido y cada vez me dolía más. Y eso que ni siquiera éramos novios aún. Tenía la sensación de que nunca llegaríamos a ser novios, tenía la sensación de que lo nuestro nunca iba a funcionar y eso estaba matándome, porque yo enserio quería que lo nuestro funcionase bien, tenía la esperanza aún.

(...)

    Miré mi celular por décima vez en lo que iba del día mientras movía mi pie nervioso. Resulta que no había visto a Calum en todo el día y ya era hora de irnos y estaba jodidamente preocupado por él.

    Luke estaba sentado en el puesto junto al mío y me decía que me calmara, que tal vez se había enfermado o se había quedado dormido.

— No estaría así de preocupado si ayer no me hubiese rechazado la llamada. — dije escribiendo el nombre de Calum en una de las orillas de mi cuaderno. Eso ya era involuntario a estas alturas.

— Deja de pensarlo tanto. Tay tampoco vino hoy y yo no estoy así de preocupado. — dijo encogiéndose de hombros.

— ¿Y por qué debería preocuparte? ya deja de hacerte esas estúpidas ilusiones y acéptalo de una vez, Luke, no le gustas a Taylor. Ella probablemente ni siquiera se acordó de ti hoy. — hablé, dejando a Luke con una expresión sorprendida y apenada. Fue entonces cuando caí en la cuenta de lo cruel que había sido todo lo que le había dicho. Ni siquiera sabía porqué le había dicho todo eso. — Dios Luke, perdón.

uncovered gay; malumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora