30; m i c h a e l

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    — Michael, necesito hablar contigo. — el profesor de matemáticas habló cuando estaba a punto de salir del aula para ir al almuerzo.

    Miré mis zapatos y puse los ojos en blanco, sabía sobre qué quería hablar. Me giré y caminé hacia él, él estaba escribiendo algo en un cuaderno y cuando estuve cerca lo cerró y se quitó los lentes.

— ¿Qué está pasando contigo? — preguntó mirándome.

— ¿A qué se refiere? — le pregunté y él alzó una ceja.

— Sabes a lo que me refiero, Michael. — habló mientras comenzaba a hurgar entre los muchos papeles que tenía en una vieja carpeta roja. — No pones atención en clases, es como si estuvieras en la Luna. Además, tus calificaciones están bajando. — dijo y luego me tendió una hoja. La tomé y la observé. — Es tu última calificación, del examen del lunes. Nunca habías tenido una calificación tan mala.

— ¿Reprobé? — cuestioné alzando las cejas mientras observaba la hoja.

— Así es, reprobaste. — él dijo en un suspiro. — Tú sueles aprobar. Eres uno de los pocos que siempre suele aprobar.

— Lo sé. — murmuré.

— ¿Qué pasó, entonces? — cuestionó.

— Problemas.

— ¿Tiene algo tu madre o...? — él dijo y lo observé unos segundos, procesando lo que él había dicho. Luego negué con la cabeza varias veces.

— No, gracias a Dios mi mamá está bien. — dije y guardé silencio un par de segundos. — Es... son sólo... problemas.

    El profesor me observó en silencio y luego hizo una mueca.

— Espero que subas tus calificaciones. — comentó.

— Oh, sí. Lo haré, señor. — aseguré. — En el examen final voy a aprobar.

— Bueno, eso era. Ahora ve a almorzar. — dijo sonriéndome.

— Gracias por preocuparse, señor. — le sonreí y luego le entregué mi examen.

    Salí del aula rápido, era la hora de almuerzo y sólo tenía veinte minutos para comer. Entonces choqué con Troy, quien venía desde el comedor.

— Vaya, mira quién está aquí. — dijo con una sonrisa burlona. Rodé los ojos e intente esquivarlo, pero él no me dejó pasar por su lado, en cambio apuntó algo tras de mí mientras tomaba mis hombros. — ¿Viste eso de allá?

    Me giré y vi a un montón de gente observando algo en una de las paredes del pasillo.

— ¿Qué es? — le pregunté y él se encogió de hombros.

— Ve a verlo tú mismo, mariquita.

    Caminé hacia allí, intrigado por saber que era lo que todos estaban viendo. Sabía que probablemente no era algo bueno, y que, además, tendría que ver conmigo, porque de otra forma Troy no habría estado tan interesado en que yo lo viese.

— Con permiso. — dije entre dientes mientras me deslizaba entre las personas.

    Cuando por fin llegué adelante pude ver escrito en la pared; "Calum Hood es gay y Michael Clifford se la come". Mi boca se abrió y sentí que todos me miraban. Sorprendidos, divertidos, no lo sé, pero todos estaban mirándome.

    Había pasado una semana desde que Calum y yo no hablábamos y no lograba comprender por qué de repente alguien escribe algo así. Calum y yo no éramos nada. ¿O es que acaso Calum lo había escrito? ¿Había sido Troy? Todo era tan raro.

uncovered gay; malumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora