35; f i n a l

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    Calum estaba intentando cerrar la maleta que descansaba sobre su cama. Ésta estaba llena de ropa que él ni siquiera se había tomado el tiempo de doblar y acomodar ordenadamente dentro. No tenía ánimos para nada.

    Las cosas no estaban nada bien, ni para él ni para nadie.

    Para empezar, Taylor y Luke no habían vuelto a hablar desde el incidente con Marion. Y Taylor tenía toda la pinta de no querer volver a ver a Luke jamás. Luke no paraba de llorar por causa de eso.

    Joy, su madre, no había vuelto a saber de su esposo desde que se había ido de la casa. Él había desaparecido de la fas de la Tierra y ella no podía estar más feliz. Joy había llegado a un maldito tope, había aguantado demasiadas estupideces por parte de su marido pero jamás tuvo las agallas para decirle acerca del divorcio hasta que lo de Calum sucedió.

    Marion. Calum no volvió a hablar con ella y, ahora que se habían graduado, jamás volvería a verla. Aunque, claro, eso ya no importaba demasiado. Escuchó que ella había comenzado a salir con Troy y estaba feliz por eso.

    Ahora, las cosas entre Calum y Michael eran un completo desastre. Luego de que Calum le contase acerca de la beca a Michael las cosas no volvieron a ser igual, y por más que intentaron arreglar todo no lo lograron, algo se había roto entre ellos y ninguno de los dos sabía cómo repararlo. Ellos decidieron terminar su relación antes de que se hicieran más daño aún. Claro que ellos no sabían que con eso estaban haciéndose más daño del que podrían haberse hecho jamás, sabiendo que el otro estaba a menos de 5 kilómetros de distancia, pero que, aún así, estaban tan malditamente lejos. Él ni siquiera lo había llamado para su cumpleaños, todo estaba muy mal. Estaban perdiendo una amistad de 11 largos años sólo por una beca de deportes. Estaban sufriendo tanto, por Dios.

    Calum por fin logró cerrar la maleta y suspiró con cansancio, dejándose caer junto a ésta en la cama. Él no pudo evitar pensar en cuántas veces Michael y él estuvieron en esa cama, estudiando, riendo o besándose. Lo extrañaba tanto que de sólo recordarlo su pecho se oprimía y sentía unas enormes ganas de llorar y renunciar a la maldita beca sólo con tal de poder estar con Michael para siempre.

— ¿Aún despierto? — Joy había entrado al cuarto de Calum sin siquiera tocar y Calum giró la cabeza para observar a su mamá. — Deberías dormir, tu avión sale mañana en la noche y dudo que puedas dormir sobre el avión.

— Sí, es que yo... — Calum dejó las palabras en el aire y Joy suspiró entrando al cuarto de su hijo, cerró la puerta tras ella. Sabía perfectamente lo que a Calum estaba pasándole.

— No estás seguro de querer irte, ¿no es así? — Joy se sentó junto a su hijo y acarició su cabello. Le dolía un montón ver a su pequeño así.

— No tienes idea de lo mucho que extraño a Michael. — Calum habló. — Me aterra pensar que puedo perderlo para siempre si me voy de aquí, mamá. Lo amo demasiado.

— Lo sé. — Joy asintió y luego suspiró. — Sé que lo amas un montón.

— Pero tampoco quiero perder esa beca. — Calum se quejó.

— Pero, ¿desde cuándo quieres ir a la universidad? — Joy frunció su ceño confundida.

— Desde que me enteré de ésta bendita beca, mamá. — Calum dijo, con su mirada perdida en algún lugar.

— Pero si tú ni siquiera sabías que eras tan bueno en el basketball. — Joy habló y Calum se encogió de hombros.

— Mamá, quiero hacer algo con mi futuro. Quiero que estés orgullosa de mí, tú, Mali, papá... — Calum suspiró pesadamente. — y Michael también. Sé que él algún día comprenderá que ésto es por mi futuro, para tener algo de qué vivir.

uncovered gay; malumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora