28; m i c h a e l

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    — Michael, no tienes idea de lo mucho que me duele verte así. — Luke murmuró acariciando mi cabello. Limpié las lágrimas que aún estaban en mis mejillas y tragué saliva. Tenía la garganta seca y me dolía por el gran nudo que se encontraba allí.

    Miré a Luke y lo envidié por un momento. Taylor por fin había aceptado salir en una cita con él y era por eso que él estaba aquí. Había venido a contarme lo feliz que estaba y sin querer se había encontrado conmigo hecho un mar de lágrimas. Luke tenía una vida muy buena, sus padres estaban juntos y eran un matrimonio feliz, tenía dos hermanos que lo apoyaban y eran buenos con él. Hasta tenía un perro. Siempre me preguntaba por qué yo no podía tener una vida así de buena.

— ¿Por qué todo lo malo tiene que pasarme siempre a mí? — murmuré cansado. Estaba comenzando a darme sueño. — De verdad no entiendo, Luke.

— Creo que estás dándole demasiada importancia a Calum, Michael. — Luke habló y fruncí un poco el ceño.

— ¿De qué estás hablando? No tienes idea del ridículo que pasé. — hablé sintiéndome ahogado. Todo esto me tenía verdaderamente mal. — Además, no me refería sólo a eso. Me refería a todas las cosas malas que me han pasado últimamente.

    Mi teléfono sonó sobre mi escritorio y Luke suspiró poniéndose de pie para ir por él. Vi cómo alzaba ambas cejas y miraba el celular con incredulidad. Un nudo se formó en mi estómago cuando me informó quién era.

— Es Calum. — habló y rió. — ¿Éste imbécil qué se cree? ¿Que puede hacerte algo así y luego llamar para burlarse?

— Dame el teléfono, Luke. — dije tendiéndole mi mano. Él negó y rodé los ojos sentándome bien sobre mi cama. El sueño se me había ido completamente de repente. — Luke. — me quejé. Él caminó y se sentó junto a mí en la cama, a la vez que contestaba la llamada.

— No puedo creerlo, después de lo que le hiciste encima tienes la osadía de llamarlo. Muerete, Calum. De verdad eres lo peor. — dijo sonando realmente molesto.

— Ponlo en altavoz. — susurré y él asintió poniendo la llamada en altavoz.

— Luke, — escuché a Calum suspirar. De sólo oír su voz mi corazón comenzaba a ir más rápido. — puedo explicar lo que hice, de verdad que sí. Sólo pasame a Michael.

— Deja a Michael en paz de una vez, por favor. — gruñó Luke y mordí mi labio. Estaba mordiéndome la lengua para no hablar, porque sabía que si lo hacía le diría algo estúpido, como que lo extrañaba, por ejemplo. Qué extrañaba los viejos tiempos. Luke suspiró intentando calmarse. Era la primera vez que lo veía tan enojado. - Calum, de verdad los apoyaba en esto, pero ésta es la primera vez que has llegado tan lejos. Michael, él... ha soportado de todo, y tú más que nadie lo sabe. Realmente creo que ya has llegado al límite, esto debe acabar. Por el bien de Michael.

— ¿Qué sabes tú si lo que Mike y yo tenemos debe acabar o no? ¿Qué sabes tú sobre lo que es bueno para Michael y lo que no? Lo conozco como a la palma de mi mano, idiota. Buscate una vida y deja de vivir la de nosotros de una vez, imbécil. — Calum habló casi gritando, provocando que me hiciese pequeño. Luke rodó los ojos y colgó.

— ¿Qué hiciste? ¿Por qué le cortaste? — me quejé quitándole bruscamente el celular de las manos. — Eres un imbécil, no debiste hablarle así. — murmuré mientras buscaba el contacto de Calum en mi celular para llamarlo.

— ¿Cuál es tu problema, Michael? — Luke se quejó quitándome el celular.

— ¡Oye, dámelo! — exclamé intentando quitárselo, pero él se puso de pie y alargó su brazo lo más que pudo hacia arriba. Era obvio que no podría alcanzarlo. — Dios, no entiendo por qué haces esto.

uncovered gay; malumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora