¿Y Quien eres tu? | Sebastián Villalobos (Terminada)

"¿Que es todo esto?"

Capítulo veintiocho

Sebastián mantenía el tema de conversación referente a su pantalón, la cual estaba totalmente aturdida, Daniel me habia echó algunas señas de lo aturdido qué estaba.

-ya callate ¿quieres?- dije fulminandolo con la mirada.

-Usted no entiende, son carísimos-

-Me importa un bledo si son carísimos- lo miré con el ceño fruncido- Diganme más bien, ¿qué estamos haciendo aquí parados?-

Daniel y Sebastián se miraron unos a los otros, lo cuál me pareció muy extraño, algo tramaban y enserio me sentia perturbada, ésta vez Daniel sacó una rosa azul de un jardín, lo extraño era que allí en aquél jardín no habían rosas y mucho menos azules, sonrió y me la entregó, no sonreí sólo dije gracias tan drásticamente qué el me miro un poco pedante, la junte con la otra rosa y los miré con una ceja arqueada.

-¡Ajam! ¿Por qué me dan rosas?-

-porqué se la merece- daniel comentó un poco burlón y luego soltó una carcajada, Sebastián lo miró un tanto fulminante y me miro con una expresión de ignorancia.

-Ignoralo, igual no vamos a decirte- me empujó y siguió caminando pero me detuve - ¿No va a caminar?-

-No hasta que no me digan-

-A que la llevo cargada, muevala pues- su tono era tan bromista, que no pude evitar reir, ambos me tomaron de ambos brazos y le llevaban a arrastradas.

En cada lugar hacíamos una corta pausa, lo raro era que los lugares tenían ciertas conexiones, o eran referente a los café, o eran cafes, librerías, musica vieja, y las rosas azules estaba en cada uno de esos lugares, ya llevaba tres más en mis manos, Sebastián y Daniel aún no me comentaba de que se trataba, solo dijeron que era para uno de sus vídeos y que no me preocupara qué no era ninguna broma, no confíe en Daniel pero si en Sebastián, seguí caminando hasta que el último era un parque, allí estaba tirada una rosa en el suelo, la tomé y miré a los chicos algo confudida.

-Esto sería lo último- comentó Daniel sonriendo, por alguna extraña razón esa sonrisa ya empezaba a darme miedo.

-Sólo que hay que vendarle los ojos-

-¿Ya va que?- lo miré indignada y me aleje un poco.

-Vamos, confia en nosotros- esta vez era un poco serio cualquiera podria darle un poco de confianza pero era inevitable pensar que casi me iba de boca por su culpa.

-Casi fui aseainada por ti, ¿Y quieres qué aun confíe?-

-¡Exageras!-

-No es nada malo, si el algo malo te dejaré hacer lo qué quieras con nosotros- Sebastián me habia puesto en dudas, Daniel lo golpeó y sonreí maliciosamente.

-No tengo intenciones de hacer nada contigo-

-Que se le ponga, no sea terca- dice Daniel.

-¡Ahhh! Siee carajo... Oye qué... ¡ahhhh!-

Me tomaron entré ambos y me pusieron una bandana, intenté golpearlos pero era inútil, había soltado todas las rosas, había tocado una pierna, en realidad no sabía de quien era, intenté mordela Peró alguien de ellos se quejó y me detuvo, estaba sentada en pisó e intenté levantarme pero no sabía como hacerlo, todo estaba oscuro.

-¡Ahhh! Quítame esto- grité, intenté quitarmelo pero el nudo estaba bien atado.

Sentí qué ambos me ponían de pié y me entregaban las rosas, al principio me tambalee pero ellos me llevaban de ambos brazos, -Camina- escuché decir a Daniel, me reuse hacerlo pero ellos me llevaron arrastrada por la grama, seguramente tendría las suelas de los zapatos desgastados y llenos de barros, grité un par de veces pero uno de ellos me tapaba la boca, lo mordi y supe qué era Sebastián a quién había mordido.

-oiga, no abuse-

-quitenme esta vaina de los ojos-

-Ya vamos a llegar- dice Daniel.

En realidad no entendía a donde íbamos y con qué intenciones me llevaban, era claro de que esto era a la fuerza, cualquier cosa gritaba, aunque había algo que no entendía ¿cómo yo tenía tanto tiempo gritando y nadie hacia nada?, me tropecé algo y casi caía pero me detuvieron antes, sentí un dolor punzante en mi canilla izquierda, era algo leve pero no era de preocuparse

-cuidado con los escalones- intenté mirar a Daniel con una mirada fulminante, pero no sabía si en realidad lo estaba viendo a el, sentí que alguien giró mi cabeza hacía el otro extremo, y me di cuenta que allí estaba Daniel, a mi izquierda.

-Si no me dices, no me doy cuenta- dije un poco estresada.

-faltan dos escalones más- dice Sebastián.

Ya había subido los escalones, Sebastián me había dicho qué no me moviera, sino caería rodando escaleras atras, me quedé allí esperando unos segundo hasta llegar al punto de estresarme.

-Coño, muchachos díganme qué tengo que hacer y ya- grité, algo impaciente.

-No sueltes las rosas- escuché a lo lejos, no pude distinguir en realidad, e intenté mirar de donde era la voz pero era algo absurdo, Daniel me quitó la bandana y pude abrir mis ojos.

Primero los estregue, veia algo borroso y me ardían, miré hacía delante y cambié mi expresión por una tal vez confundida, el lugar era realmente hermoso, era algo despejado del parqué, el lugar estaba decorado de azul, miré hacía mis pies que estaba lleno de pétalos azules y blancas en forma de un caminó, miré a loa chicos y ellos me indicaron que lo siguiera, por algún motivó sentía qué esto era obra de Sebastián Villalobos, al principio la idea me desagrado pero seguí caminando.

Llegué hasta una mesa donde habían dos copas y una botella de vino, dentro de un vol, allí había una carta, la tomé y la leí.

Esto es sólo una ayuda por sino te has dado cuenta, si tienes las cinco rosas busca dentro de ellas unos papeles, sino estan completas dile a Mario qué te algunas...

Att: No te diré, hasta que no leeas.

Me fui nuevamente hacía donde estaban Daniel y Sebastián, allí no estaban, miré hacía ambos lados y no los vi, me tiré en el suelo y dejé las rosas de un lado.

-¿Qué es todo esto?- susurre para mi.

Tomé una rosa e intenté buscar los papelitos, al lí dentro de ella encontré un papel que estaba sostenido cinta adhesiva, el papel era poco visible, lo abrí y leí.

Ser

¿Ser?, miré confundida y busque en las demas.

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Siento no haber subido el capitulo, las clases me tienen loca :c