Capítulo Cuatro

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Capítulo cuatro.

25 de marzo, 2014.

Anthony no deja de besarme y yo río. Parece que le esta gustando realmente besarme. Siento su mano colarse debajo de mi camisa. Me tenso pero no lo detengo.

Mi celular suena una vez más, me alejo y él se queja. De nuevo es una llamada de casa. Suspiro con pesar, no puedo seguir ignorándolo.

—Debo volver a casa.

— ¿No puedes quedarte un poco más?

—Quizás para la próxima.

De mala gana Anthony me lleva a casa y me da un largo beso antes de dejarme bajar del auto. Con una sonrisa tonta llego a la puerta de mi casa y la abro. Todo esta en silencio, borro mi sonrisa.

Algo no anda bien. Eso es lo primero que pienso antes de escuchar el fuerte grito de Chase llamarme.

— ¡Grace!



Me despierto jadeando y transpirando. Siento nauseas y rápidamente corro al baño antes de comenzar con las arcadas y luego a vomitar.

Los sueños se han ido, es el momento de las pesadillas. Es la etapa final del mes.

No puedo dejar de vomitar ni tampoco puedo detener las lágrimas que comienzan a caer. Mi cuerpo tiene espasmos y siento que la cicatriz no tan perceptible de mi espalda arde. Como si ella estuviera siendo prendida en fuego y el dolor me dividiera la espalda en dos. El mismo dolor que sentí hace seis años.

Cuando parece que me siento mejor y lavo mi rostro hago gárgaras con enjuague bucal para limpiar mi boca. No me molesto en verme al espejo. Vuelvo a mi habitación y tomo mi celular mientras me acuesto.

Son las tres y media de la mañana. No puedo detenerme y marco el número de casa, sabiendo que la abuela va a contestar.

Tarda pero finalmente ella contesta.

— ¿Grace?— ella sabe que soy yo, me conoce.

—Comenzaron las pesadillas, y tengo miedo abuela.

—No temas cariño, me quedaré al teléfono hasta que te duermas. Todo esta bien.

—Tengo miedo de dormir.

—Todo va a estar bien mi Grace, lo prometo.

***

27 de marzo, 2014.

No voy a trabajar. Me quedo en el apartamento acurrucada y llorando. Siento mis ojos hincharse más de lo que ya están. Mi cabeza palpita por la falta de sueño y las pesadillas.

Lola sólo se asoma para asegurarse de que estoy bien, darme comida y acariciar mi cabello. Dos años han sido suficientes para que ella sepa cuan mal me pega este mes. Es como si el mes de marzo trajera a la vida la anti Grace. Una Grace que no parece ser yo y que absorbe la comúnmente bromista, divertida y alegre Grace.

El teléfono de la casa suena, cierro mis ojos y tomo varias respiraciones. Sé que esto va a ponerse peor dentro de poco.

Escucho los pasos de Lola antes de que se detenga en la puerta de mi habitación.

—Grace, es tu jefa.

Gimo porque he olvidado llamarla y he estado ignorando estupendamente mi celular. Son las dos de la tarde por lo que supongo ella esta preocupada de mi ausencia. Estiro mi mano y Lola me entrega el teléfono inalámbrico del apartamento.

Los Miedos de Ethan (BG.5 Libro #3) Disponible en libreríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora