Capítulo Veinticuatro

765K 46.4K 63.3K
                                    

Capítulo veinticuatro.

— ¿Estás enamorado, cierto?— pregunto a Leo.

—Si.

—Es algo que se te nota. Parece tan obvio ver que están enamorados.

—Ella es asombrosa.

Recuesto mi cabeza de su hombro mientras esperamos a que la enfermera diga mi nombre para entrar al consultorio.

— ¿Yo me veo enamorada Leo?

Voltea a verme sorprendido haciendo que mi cabeza caiga de su hombro. Frunzo el ceño.

—Uhm ¿Se supone que debes verte enamorada?

—No, porque no lo estoy.



17 de junio, 2014.

Quito las manos de Ethan de mi trasero en cuanto las siento. Consigo quitarlas solo para que ahora vayan a mis pechos.

— ¡Ethan! Ya déjame, voy tarde.

—Bueno no es mi culpa que te quedaras dormida.

Evito hacer algún comentario al respecto. Muy pocas veces me he quedado dormida y sin escuchar la alarma de mi celular, pero parece que estaba muy cómoda durmiendo junto a Ethan para notar que el mundo seguía avanzando y ahora voy tarde para el trabajo luego de estar desde el día del concierto con Ethan.

Esta demás decir que han sido tres días que sé que siempre me gustará recordar.

—Oye, Grace... uhm...

— ¿Qué?

Por alguna razón tiene la vista en mi barbilla, luego me da una sonrisa sospechosa antes de negar con su cabeza y tomar un suéter gris que pone sobre su camisa.

—Nada.

—Nunca he llegado tarde al trabajo.

—Siempre hay una primera vez.

—Tus momentos filosóficos son dignos de un libro— bromeo.

—Gracias, gracias. Tomo el cumplido con sarcasmo incluido.

Le pido que haga silencio mientras marco el número de Kaethennis, afortunadamente ella responde.

—Lo siento, sé que voy retrasada pero...

—Eh, hola Grace ¿No has llegado todavía?— suena distraída—Oh, si, veo que tu oficina está libre y... ¡No importa! ¿Puedes hacer un favor por mí?

—Si.

Esto esta saliendo de una forma en la que no lo esperaba.

—Es que Keith iba a pasar por el abuelo pero todo se complicó. Lo último que necesito es que el abuelo Luca se pierda.

—No tengo problema en ello.

—Perdón por abusar, pero es necesario...

— ¡Oye! Tranquila, hago esto como tu amiga— sin contar que ya iba tarde para el trabajo.

—Eres un sol, te pasaré por mensaje donde está. Es un terco que no se quedó en donde le dijo Keith.

—De acuerdo.

—Y Grace.

— ¿Si?

—Dale mis saludos a Ethan y dile que fue lindo que me avisara que llegarías tarde con la peor excusa del mundo.

Los Miedos de Ethan (BG.5 Libro #3) Disponible en libreríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora