Capítulo Cuarenta

603K 43.8K 47.9K
                                    



Capítulo cuarenta.

—Así que...tengo un regalo para ti.

Alzo con demasiada rapidez mi cabeza, por un momento siento que me aturdo. Gordon sonríe y lo primero que noto es que cortó sus rizos. Vale, supongo que a veces decidimos optar por un cambio en nuestro aspecto físico.

Me mira expectante y entonces recuerdo lo que ha dicho.

— ¿Qué?

Extiende su mano y toma la mía dejando caer contra mi palma una delicada pulsera que luce muy cercana a ser de plata. Mi estómago se revuelve. Llevo poco más de 3 meses durmiendo solo de vez en cuando con Gordon y ni siquiera llegué a imaginar que tuviera realmente lazos afectivos hacia mí. Es decir, seguro a veces almorzamos juntos en compañía de otros trabajadores. Vamos a las mismas fiestas algunas veces, pero siempre por separados.

Y no tenemos sexo siempre. De hecho es esporádico y unas pocas ocasiones.

Es decir, no lo conozco como conocerlo profundamente y estaba segura de que él tampoco me conocía.

Él no me conoce.

Puede conocer mi talento, los trabajos que he hecho en la editorial e incluso mi cuerpo. Pero no me conoce a mí. Y eso es mi culpa, lo admito.

— ¿Y bien? ¿Te gusta?

— ¿No eras el chico playboy?

— ¿Eh?

—Sé las conquistas que te preceden.

—Bueno ¡Atrapado! — se ríe.

— ¿Ves a alguien? Es decir ¿Tienes sexo con otra persona?

La mirada incómoda que me da es una respuesta tan afirmativa que me encuentro molesta no con él, sino conmigo por no cuidarme. Por llegar hasta el punto de hacer algo que no disfruto como si tratase de probarme un punto.

¿Qué carajos se supone que hago? No siempre podemos callar los gritos que inundan nuestras mentes.

Casi quiero abofetearme por estar lo suficiente encerrada en mi discurso de "sexo distrae dolor" para siquiera darme cuenta que me acuesto con alguien que puede estar con muchas otras y lo cual no tiene sentido reclamar porque nunca establecí nada.

— ¿Somos exclusivos? Es decir... yo pensé, que bueno, rechazaste hace mucho ser mi novia y luego aceptaste tener sexo y... ¿Estoy cagándola mucho más, verdad?

—No puedo aceptar este regalo, gracias, pero creo que será mejor que lo conserves— trato de sonreírle—. Y creo que somos muy buenos siendo amigos...

Ni siquiera somos amigos, lo que me hace sentir peor porque no puedo decir que conozca algo de la personalidad de Gordon. No puedo decir que lo conozco de la manera en la que puedo decir cuántas cosas sabía de Anthony y cómo a pesar de mi dolor me preocupaba su bienestar.

— ¿Estás terminando...conmigo?

—No podemos terminar algo que realmente nunca empezó.




30 de agosto, 2014.

— ¿Ethan? — lo llamo mientras termino de colocarme su camisa porque él rompió los botones de la mía anoche.

—Aquí.

Los Miedos de Ethan (BG.5 Libro #3) Disponible en libreríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora