Capítulo Cuarenta y nueve

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Capítulo cuarenta y nueve.

No esperé encontrarme con Ethan Jones el día de hoy, pero eso tiene sentido teniendo en cuenta que estoy visitando a Kaethennis en su hogar. Así que mientras como trato de ignorar que él me está viendo lo cual es totalmente contradictorio a lo que él siempre suele hacer: evitarme cuando estoy a su alrededor.

Solo que hoy parece muy interesado en observarme.

—Grace.

De inmediato le doy mi atención a Dan, le sonrío y él me devuelve la sonrisa mientras toma su pequeño vaso de jugo.

» ¿Quieres?

—Gracias cariño, pero tengo mi propio jugo.

— ¿Quieres el mío?

Ante sus palabras volteo a ver a Ethan, me observa divertido mientras bebe un poco del jugo que acaba de ofrecerme. Niego con mi cabeza.

»Tú solo dime cuando quieras algo y yo te lo daré.

—Oh, Dios. Sonaste como un completo...—Kaethennis se silencia ante la atención de su hijo y observa luego a su hija dentro del coche—Amigo al que le gusta compartir.

—Lo sé. Pero solo con Grace, porque ella me mostró algo.

— ¿Ah?

Su vista baja a mis pechos y lucho contra las ganas de cubrirlos con mis manos. Aún resulta tan vergonzoso.

—Ethan, ya, déjala— la manera en la que Harry hace la petición no oculta ni un poco su diversión, Kaethennis frunce el ceño hacia él—; no estoy diciendo nada malo.

—Claro.

Terminamos de comer y mi misión se hace ignorar las miradas burlonas de Ethan, respiro de nuevo cuando estoy en el baño. Salpico mi rostro con un poco de agua fresca, no voy a dejar que juegue conmigo.

Seco mis manos y procedo a salir, pero hay cierto obstáculo.

—No de nuevo.

—Voy a disculparme.

— ¿Lo harás?

—Sí.

—Bien.

Mira hacia el techo antes de bajar su vista y darme una sonrisa ladeada. Esa no luce como la expresión de alguien arrepentido.

—Me disculpo por negarme a olvidar tus pechos y por no querer dejarte olvidarlo.

— ¿Qué clase de disculpas son esas?

—Las mías.

Estiro mi mano y tomo su muñeca dispuesta a hablar, pero él frunce el ceño y se aleja de mi toque. Me sorprendo por su actitud.

—No hagas eso.

— ¿Qué?

—Tocarme.

— ¿Qué?

—Solo no lo hagas.

— ¿Por qué? — estoy entre avergonzada y ofendida.

—Solo no lo hagas... Alteras todo.

Dicho esto se va pareciendo muy molesto, pero ¿Qué se supone que hice?

Los Miedos de Ethan (BG.5 Libro #3) Disponible en libreríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora