Sherlocked (BBC Sherlock & Tú).

Capitulo VI

— ¡Vamos, Greg! ¡Por favor! — dije rogando, haciendo un drama.

— He dicho que no, Watson.— contestó él, fastidiado.

— ¡Hay vidas en peligro, Lestrade! ¡La mía es una de ellas, conoces a Sherlock! 

Dejó unos papeles sobre el escritorio y se giró hacia mí. Masajeando su entrecejo, estresado.

— Si hay tantas vidas en peligro ¿por qué se preocupan tanto por un cadáver?

Cerré los ojos y suspiré, harta de explicarle tantas veces.

— El primer cuerpo es el que más puede aportar, Lestrade. Deberías saberlo, eres el mejor detective de este lugar. — dije, cómo un último intento de convencerlo.

Él suspiró pesadamente, se giró hacia su escritorio y echó la cabeza hacia atrás. 

— Te avisaré cuándo lo tenga, ahora déjame en paz.

— Gracias, Greg. ¡Nos vemos!— dije festejando.

Salí de su oficina sonriente, en eso, choqué con Anderson, un compañero, tirando sus papeles. Me agaché y le ayudé a recogerlos.

— Lo siento, no me fijé por dónde iba.— reí.

— No pasa nada...Watson, ¿cierto? —dijo mirándome a los ojos.

— Así es.— sonreí.

— Ya...Estás con el fenómeno...— rió burlón.— Hablan mucho de tí, eres toda una guerrera por lidiar con Holmes

— ¿Disculpa? — fruncí el ceño, molesta por una tontería.

—  Oh, vamos...No niegues que Sherlock es insoportable, siempre adivinando cosas, callado

— Me voy a ir...ahora. — dije con un intento de sonrisa mientras me dirigía a la puerta. 

Con un muy mal humor, salí de Scotland Yard con camino a casa. Maldecía mentalmente a Anderson. Tonto.

(...)

Finalmente llegué a casa. Tras un largo día de buscar el cuerpo de Sara O'Brien y claro, pedirle a Lestrade la exhumación. Abrí la puerta del edificio y subí las infinitas escaleras, escuché varios ruidos seguidos unos de otros, cuándo entré,  me encontré con Sherlock acostado en el sofá, disparándole a la pared. Me quedé quieta un momento, intentando procesar lo que estaba pasando. Sherlock finalmente me notó y se puso de pie.

— Oh, has llegado ya. — sonrió.

Suspiré.— He hablado con Lestrade, me avisará cuándo podamos sacar el cuerpo. — sonreí triunfante.

Él asintió con la cabeza y me miró fijamente. Se acercó a mi, quedando frente a frente.

— Sobre lo de Molly, en el laboratorio...— dijo con los ojos entrecerrados, haciendo la cabeza de lado.

— Calla.—dije poniendo mi dedo índice frente a su cara. — No digas más.

— ¿Qué? — frunció el ceño, ofendido.

— Que te calles. No tienes que explicarme nada. Prefiero no meterme en tus relaciones sentimentales.— reí burlona.

Frunció el ceño aún más mientras abría la boca, indignado. Causándome una diversión increíble.

— ¡Soy Sherlock Holmes, no tengo relaciones senti...!— el sonido de mi celular lo interrumpió.

Alcé mi dedo índice una vez más, callándose, cerró enojado su bata, y se lanzó al sillón, dándome la espalda. Reí.