Llegué a Brighton en la tarde, justo a tiempo para el atardecer. Suspiré cansada al bajarme del tren, me colgué mi única maleta en mi hombro y me dispuse a caminar sin prisa a la sala de espera, dónde se encontraría la persona que Lestrade dijo que me esperaba. Al llegar ahí me senté en una de las incómodas sillas y abrí bien los ojos en busca de un cartel con mi nombre.
Pero cuándo lo encontré, deseé con todo mi ser no haberlo visto. A unos metros de mí, me encontré con la mirada seria de Anderson con un papel que ponía "Jane Harley Watson" Suspiré pesadamente, y sin conocer bien el lugar, o algún sitio en dónde quedarme, decidí acercarme a él. En cuánto me notó, me dedicó una sonrisa, pero ésta era diferente. Era una sonrisa con miedo, cansada. Le saludé estrechando su mano, él también decidió mantener la distancia.
— ¿Llevas mucho tiempo esperando? Mi celular se ha quedado sin batería y no he logrado leer a qué hora debía llegar por tí, llevo aquí varias horas...— rió torpemente.
— Acabo de llegar. — dije evitando dar paso a más conversación.
Él se limitó a no decir nada, agradecí mentalmente aquello. Caminamos hasta el estacionamiento y entramos a un coche negro que probablemente era de él. Cómo el buen caballero que era, me abrió la puerta, agradecí con una sonrisa torcida y entré. Anderson entró del otro lado, encendió el coche y nos dispusimos a esperar un rato a que éste calentara. Anderson estiró la mano hacia mí, yo rápidamente posé mi mano en la palanca de la puerta, dispuesta a salir, él me miró con tristeza y lentamente abrió la guantera, sacó unos papeles y los dejó a un lado de su asiento. Quité la mano de la palanca, dándome cuenta de que parecía una loca, pero me daba igual.
— Lo siento tanto, Jane...— dijo él mirando hacia abajo, lo miré fijamente — Por lo que pasó en tu casa...No sé qué me pasó, yo no soy así. Te lo prometo. No me tengas miedo...
— No te tengo miedo. — fruncí el ceño, mintiendo. — Ha sido sólo...un reflejo.
— ¿Entonces tenía razón?
— ¿Perdona?
— Sí es peligroso acercarse a él...— hizo una leve pausa—. A Sherlock Holmes.
Me quedé unos segundos callada, mirando mi reflejo en la ventanilla. Suspiré pesadamente y me giré hacia él.
— Tal vez...— dije suavemente, él me miró— Tal vez tenías razón...— aparté la vista bruscamente. Phillip se quedó callado, al igual que yo. Arrancó el coche y nos dirigimos a mi nueva...casa.
(...)
Después de unos cuantos minutos escuchando la guía turística de Phillp de Brighton, llegamos a casa. Me había comentado que tendríamos pisos diferentes en el mismo edificio, y bueno, no había problema. No disfrutaba mucho estar sola tanto tiempo, pero supongo que me acostumbraría.
Desempaqué mis cosas y las acomodé en un gran mueble que se encontraba al lado de una gran cama. Escuché tres toquidos en mi puerta, grité "Pase" fuertemente, Anderson entró tímidamente.— Hola, Jenn...Mmm...me preguntaba si quisieras ir...a cenar, conmigo. — lo miré unos segundos, bajé la mirada a mi ropa. — Oh, estás desempacando, lo siento...
— No. — dije antes de que se fuera. — Tengo hambre, así que...— él sonrió inmensamente, y yo le correspondí. Me puse un abrigo y salí de ahí. Bajamos por las escaleras, Anderson, o bien, Phillip, abrió la puerta por mí, agradecí y salimos de ahí.
Teníamos antojo de comida chatarra, así que nos dirigimos a una tienda de hamburguesas, o algo así. Afortunadamente, había una a un par de cuadras. Nos sentamos en una mesa al lado del ventanal, unos segundos después un hombre de unos cuarenta y tantos años se acercó y pidió nuestra orden. Phillip pidió una hamburguesa de carne doble, y yo una con bacon. Nos dispusimos a hablar mientras traían nuestra comida.
— Y, ¿porqué te han transferido a Brighton?— dijo él, jugando con una servilleta.
— ¿T-transferido? — dije en voz baja, confundida.
— Si, Lestrade me ha dicho que te han transferido para un caso...— dijo él, frunciendo el ceño.
— ¡Ah, sí! El caso...cierto. — dije nerviosa.— He pedido el cambio, necesitaba un lugar más...tranquilo, ya sabes.
— Te entiendo, aquí es muy lindo. — dijo él sonriendo.
Asentí con la cabeza y me quedé callada hasta que el señor nos trajo nuestra comida. Suspiré al ver la deliciosa hamburguesa que habían puesto delante de mí. Phillip y yo nos dispusimos a comer entre risas al ver cómo comía el otro. Al terminar de dar el primer mordisco, noté que tenía la cara llena de mostaza por lo que comencé a reírme a carcajadas, él me veía extrañado.
— ¡Tienes mostaza por toda la cara! — dije apuntando a su mejilla, él, apenado se limpió mientras reía, yo seguía riéndome cómo loca. Él metió el dedo en su hamburguesa y sacó una buena cantidad de mayonesa, para después embarrarla sobre mi nariz, abrí la boca haciéndome la ofendida, de broma, claro.
— Ahora tú también tienes mayonesa por toda la cara. — rió.
Me limpié y seguímos comiendo mientras hablábamos de cualquier cosa que se nos viniése a la mente, ésto no estaba mal, pero no se comparaba en nada a cómo me sentía con...él.
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Sherlocked (BBC Sherlock & Tú).
Hayran KurguJennifer Watson, una joven ex-médica transferida a Londres para trabajar en Scotland Yard. Jamás imaginó que se encontraría con Sherlock Holmes, el detective más famoso de la ciudad, quien, cabe aclarar, no creía en el amor. Hasta que la conoció. Je...