「Indie」:「 The History.」[Cancelado y desactualizado]

Cuatro

Después de esos cien años, finalmente aquel momento había llegado, y a todos se le veía emocionados.

—¡ Oh por dios!, ¡ El momento llego!— La demonio Tais gritaba cosas incoherentes y letras al azar, obvio, emocionada como todos. Sólo que con un poco más de locura.

Dios hizo que los pocos presentes en la sala se callaran al traer aquella caja y la abrió, sacando la bola de luz, que con el tiempo fue creciendo. Pero los presentes no sabían de eso, no sabía de lo que Mirai le hizo a esa bola de luz durante esos cien años...

Todos se acercaron a una cuna que se hallaba allí, ya que, el Diablo también tenía que pasar por el ciclo de la vida.

Mirai dejo flotando a unos pocos metros a la bola de luz dentro de la cuna, esta a los segundos empezó a brillar más y formándose. Hasta desaparecer, y dejar a un pequeño bebe.

  — ¡Que linda!~— Canturreó  la ángel Lyan, al ver que era una niña, de cortísimo cabello celeste azulado, ojos completamente negros, esclerótica, iris, todo. Y un solo cuerno al lado derecho de su cabeza.

 — Ya tengo una hermanita, ¡Wahaaaa!— Exclamaba Tais con lágrimas exageradas en sus ojos, Mirai rió.

  — Pero y, ¿Cuál es su nombre? — Preguntó con una sonrisa la llamada Tsukimi.

Dios se quedó un momento en silencio, dejando suspenso. Hasta que por fin, con una sonrisa en sus labios respondió.

  — Su nombre, es Indie.

-*-*- 

  — ¡Mirai Mirai!, Mira el dibujo que hice— Una pequeña niña de pelo celeste azulado mostraba un dibujo a Dios, en el que se veía a ella misma con la pequeña.

Mirai rió suavemente.

  — Que lindo dibujo Indie, serás una gran artista~ — Dijo alargando la "A" de "Gran". La pequeña de aproximadamente cinco años de edad se sonrojó y frunció el ceño, mirando hacia otro lado murmuró un "Gracias".

  — ... ¿Tu hermana no había dicho que hoy verías algo con ella? — Preguntó sonriente Mirai. Indie se fue corriendo, se había olvidado que iba a ver algo con su hermana. Y con hermana se refería a Tais, quien desde el principio le decía hermanita.

Mirai rió ante lo tierno de sus reacciones.

Sigo sin saber el porqué de mi nombre, Mirai.

¿Con qué esperanzas me lo pusiste?

Ni mi hermana lo sabe.

Si supieras que no soy tan tierna ahora.

Si supieras que el sentimiento de felicidad casi desapareció, convirtiéndose en rencor.

Dime:

¿Qué pensarías?