Ocho

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La Diablo se encontraba en un lugar completamente blanco, sin nada por aquí ni allá. Y también, estaba sola. Pero no lo estuvo por mucho ya que se podía ver a un hombre de cabello verde acercándose.

En un parpadeo, ese hombre estuvo frente a Indie, la cual pegó un pequeño salto del susto, pero se calmó para poder mirarlo bien.

El cabello verde era medio grisáceo y su ropa variaba en colores marrones. Desde un saco hasta los pantalones y zapatos. Y una bufanda de la cual salían grandes alas blancas.

De alguna manera, esa descripción se le hacía familiar.

—Sabes...—El hombre que parecía siempre estar sonriente, habló—Pensé que Mirai nunca lograría nada.

Indie alzó una ceja desconcertada.

—Tenía razón, ni siquiera aprovechó que podría haberle dado un Diablo fuerte. No ha podido lograr nada, ni estrellas.

De repente aquel hombre sintió un golpe en su mejilla, para luego ser agarrado de la bufanda por Indie.

—¿ Quién eres maldito imbécil y cómo te atreves hablar así de Miru?—Se podía notar la rabia en su voz y la ira en sus ojos, además de la fuerza con que agarraba la bufanda.

Aquel hombre dejó salir una sonora risa, para luego abrir lentamente sus ojos ámbar y ensanchar su sonrisa.

—Soy Justim.

-*-*-

—¡Feliz cumpleaños Indie!—Dijeron al unisono las seis personas que se encontraban en la habitación.

— ¿Eh?... — Indie no entendía nada, ya que recién se levantaba. Pero al re calcular un poco se dio cuenta de que hoy era cinco de Agosto, su cumpleaños.

—¿Sucede algo Indie? —Preguntó preocupada Miru. Obvio que algo le sucedía, tuvo a Justim en frente suyo y solo logró golpearlo. Pero no le diría eso a Mirai, no, sólo la preocuparía más.

Con un "estoy bien" un "gracias" y un abrazo a Mirai, comenzó todo.

Hubo una gran fiesta en el castillo, todo decorado en tonos azules, y algún que otro negro por ahí. En la entrada del castillo había un gran cartel con letras que en grande decía: "¡Feliz cumpleaños Indie!, ¡Te queremos!". Había dos mesas largas llenas de comidas y bebidas las cuales la mayoría fueron preparadas por Lyan. Y en un costado, se apreciaban regalos.

La gente se divertía, bailaban, comían, reían. Lo suficiente para hacer feliz a la Indie que cumplía quince años.

En eso, Indie salió un rato al balcón. Si, estaba feliz, pero un poco de tranquilidad que a ella le gustaba no vendría mal por un rato, ¿No?

— Mucho ruido para ti, ¿Verdad? — La oji-rosa se apoyó en la barandilla al igual que Indie, logrando que esta de un suspiro y la mire.

—Sabes que necesito un poco de tranquilidad aunque sea—Sonrió de medio lado, cerrando los ojos.

—Y se siente como si fuera ayer cuando te estaba enseñando a leer—La peli-azul rió de manera nerviosa sonrojándose un poco—. Ojalá estuviera a tu lado para siempre...

«Otra vez con eso...» Pensó.

—Hoy soñé con Justim—Soltó sin más, pudo ver como a Mirai se le abrían bien los ojos, pero después puso mirada y voz seria.

—Cuéntame, sin mentiras.

Indie no tuvo otra solución que contarlo tal cual.

Me dolió verte llorar.

Tú lloraste, y yo lloré.

Quizás yo lloré por verte así, o quizás por todo lo que tenía acumulado en mi garganta.

Yo no quería contártelo tal cual, sabría que te dolería.

Pero tu mirada seria, siempre podía ver a través de mi y mis mentiras.

Al igual que él ahora.

Odio eso, tu eras la única que podía saber si mentía o no.

Que él sepa, lo odio.

Odio que su mirada seria aveces se llegue a parecer a la tuya.

Me dan ganas de llorar sin quererlo.

Pero aunque logre no llorar por eso, de alguna u otra manera, el Dios fumador logra que me desahogue

Agradezco que en eso se parezca en ti, Mirai.

「Indie」:「 The History.」[Cancelado y desactualizado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora