Capítulo 4

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–No soy bueno para ti, debes alejarte– dijo sin mirarme.

–No me importa que no seas bueno para mí, yo nunca tomo la decisión correcta, Kyle– le dije triste.

–Pero es que yo no soy lo que tú crees– me dijo analizando la pared de detrás mía. Yo le cogí de la camiseta y le acerqué a mí.

–Me da igual lo que seas– entonces bajó la cabeza y me miró. Pero de repente sus ojos cambiaron a un negro intenso y profundo.

–Ágata, soy un....

***Beeeep-Beeeep***

Me levanté con el pulso acelerado. Me faltaba el aire. Ya van dos veces que sueño con Kyle, pero esta vez ha sido muy extraño todo.

Paro la alarma y me doy cuenta de que hoy es domingo y no lunes, ni martes, ni nada. Pero si yo siempre apago el despertador el viernes por la noche. Es más, ayer no me sonó. Madre mía, estoy fatal de la cabeza.

Me levanto y me miro en el espejo. Estoy hecha un asco, creo que esto de convivir con el chico que te gusta está afectando demasiado a mi ser. Me pongo unos shorts negros pegados de deporte, un top deportivo rosa y mis Roshe run rosas y blancas. Me hago una coleta muy alta, cojo el iPhone, los cascos y bajo a la cocina. Allí estaban los dos desayunando.

–Buenos días– dijo mi padre al verme. Yo fui al frutero y cogí un melocotón.

–Eem sí, hola– dije seca. Me fui a sentar en mi sitio habitual y vi a Kyle en él.

Vale, creo que eso de acaparar mis cosas ya es costumbre. Creo que antes de que se vaya me van a poner una denuncia a mí por agresión. Veo como sonríe mientras bebe de MI...... De mi taza de Unicornios. Prefiero pasar de él y sentarme a su lado ya que no hay otra silla más.

–No sabía que te iba ese rollo...– digo pelando el melocotón. Él me mira confuso.

–¿Qué rollo?– pregunta. Yo le señalo la taza de unicornios y él sonríe de lado.–Es que todo lo que hayan tocado tus labios me gusta– responde mirándome los labios y mordiendo el suyo.

Yo me pongo colorada mientras él se acerca a mí y casi besándome. Se acerca tan lentamente a mi que parece casi una eternidad. Cuando está apunto de besarme, yo abro la boca y.... Nada, no siento nada.

Abro los ojos y le veo con una sonrisa de oreja a oreja.

–¿De verdad creías que te iba a besar?– yo bajo la cabeza.– Qué ingenua, Gatita– comenta riendo.

Miro a mi padre y sigue leyendo su periódico. ¿Cómo puede ser que ni siquiera se haya dado cuenta de que casi nos besamos? Que padre más empanado tengo.

Me acabo el melocotón, tiro las pieles a la basura y voy hacia la puerta principal.

"No llegues tarde"- escucho gritar a mi padre.

"Okay"- le respondo saliendo.

Me pongo el cronómetro en una hora y media, pongo Spotify y comienzo mi camino.

(...)

Cuando acaba la canción "Outside" de Ellie Goulding me doy cuenta de que estoy en un lugar en el que jamás había estado. ¿Cómo es posible que no me haya dado ni cuenta de que venía por aquí? Siempre sé donde voy, me conozco Eastwood como la palma de mi mano, y no tengo ni idea de en qué parte estoy. Todo esta muy oscuro y la verdad da bastante miedo.

Creo que es mejor llamar a mi padre y decirle que venga a buscarme. Marco su numero y me sale el contestador. Seguro que está tumbado en el sofá y el teléfono está en su habitación.

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