Capítulo 13

1.4K 94 23
                                    

–¿Quién era ese tío?– pregunto asustada.

–Es hora de que sepas la verdad, Ágata– dice sentándose en la cama y poniéndome en su regazo.

–¿Qué verdad?– pregunto secándome las lágrimas.

–Eres una Nefilim y yo un ángel caído– dice con seriedad. Yo empiezo a reírme.

–¿Me estás vacilando?– pregunto viendo como él no se ríe.

–No, Ágata, hablo muy enserio– me dice.

Me levanto y voy hacia el baño. Me lavo la cara y vuelvo.

–Una Nefilim....– digo intentando tragar las palabras.– Creo que has leído demasiado la saga Hush Hush– digo aún sin creérmelo.

–¿Hush Hush? ¿Qué cojones es eso?– pregunta arrugando el ceño. Yo abro la boca indignada.

–Mira, te perdono que no sepas qué es Hush Hush porque no te habrás leído un libro en tu vida– digo sentándome en el escritorio. Kyle se levanta y viene hacia mí con paso firme. Se planta delante de mí y pone sus brazos a mis dos costados.

–Es hora de que dejes tus niñerías y te centres en escucharme– me dice serio.

–Pero es que es imposible que yo sea una Nefilim y tú un ángel caído. ¿Qué más? ¿También me dirás que mi padre es un zombie?– digo gesticulando. Él ladea la cabeza y se ríe como un loco.

–Los zombies no existen por dios– grita riendo.

Si no fuera porque su risa es el sonido más bonito del mundo, ahora mismo le estaría arrancando las cuerdas vocales.

–¿Y los Ángeles caídos sí?– él asiente.

–¿Cómo sino crees que sueñas conmigo?– dice sentándose en mi cama.

–¿Cómo sabes que sueño contigo?– pregunto.

–Yo puedo manipular los sueños y hacer muchas otras cosas más– me guiña un ojo.

–Pero, ¿por qué estás aquí? ¿Y por qué me dice esto ahora?– pregunto poniéndome delante de él. Se pone tenso ante mi primera pregunta.

–Tienes que saberlo por tu bien. Ahora los Argels vienen a por nosotros– dice rodeando mis piernas con sus enormes brazos.

–¿Nosotros? ¿Por qué?– pregunto confusa. Él sube sus manos al borde de mi culo, casi rozándolo.

–Ya lo sabrás. Ahora disfrutemos del momento– me pone a horcajadas sobre su cuerpo y mete sus manos por debajo de mi camiseta.

En otra situación y otro momento habría seguido, pero ahora necesito saber muchas cosas. Le empujó y me levanto.

–No. Ahora quiero que me expliques qué coño pasa conmigo– digo cruzándome de brazos. Él resopla.

–Si te pones en esa postura no me voy a contener– dice mirando mis tetas que, por culpa de haberme cruzado de brazos, ahora están más a la vista. Me descruzo y le hago un gesto para que empiece.

ADONISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora