Capítulo 6

1.7K 95 7
                                    

Lunes. Maldito y odioso lunes. No entiendo por qué hay 5 días de clase y solamente 2 de fiesta. No está bien compensado.

Me levanto y voy al armario, pero antes miro por la ventana. Vale, hace frío y está nublado. Cojo del armario unos pitillo blancos con las rodillas rasgadas, un jersey azul turquesa y mis Vans también de ese color. Me hago una coleta alta, me pongo corrector en algunos granitos y lista.

Termino de preparar mi mochila y bajo a la cocina. En ella está solamente mi padre.

–Buenos días, papá– le beso la mejilla. Él me devuelve el beso.

–Hola, cariño. ¿Qué vas a desayunar?– pregunta. Yo me lo pienso.

–Un donuts glaseado– digo. Él asiente y saca de una caja roja un donut glaseado y lo pone frente a mí.

–A propósito, hija, hoy te irás con Kyle al instituto– dice volviendo a cerrar la caja de donuts. Yo casi me atraganto.

–No pienso ir con Kyle al instituto. No pienso ir con Kyle a ningún sitio, papá– le digo alterada.

–No entiendo por qué te pones así, ya has convivido con él– dice confuso. Yo me altero aún más.

–No quiero ir con él porque..... No. No y ya está– finalizo. Mi padre suspira.

–Pues te tendrás que ir andando, y más te vale no llegar tarde– dice yéndose por la puerta, no sin antes darme un beso en la cabeza.

Mierda, ahora ya no tengo escapatoria.

–Kyle, vámonos– grito desde las escaleras.– Va, o llegaremos tarde– sigue sin hacerme caso.–¡Kyle!– vuelvo a gritar desesperada.

Una respiración en mi oreja me estremece.

–Ya estoy, Gatita– me susurra. Yo cierro los ojos.

–No vuelvas a.....a hacer e-eso, Maddox– digo muy bajito. Él sonríe en mi nuca.

–Se que te encanto– dice acariciando mi pelo.

–Ni lo sueñes– respondo sin fuerzas.

Me gira y se acerca a mis labios peligrosamente. Necesito apartarme de él, pero mi cuerpo no se mueve. Nuestras narices se rozan. Siento su aliento a tabaco mezclado con menta y su gel de ducha con olor a chocolate. Se acerca hasta separar los pocos centímetros que hay entre nosotros y.... Nada.

Abro los ojos y le veo con los brazos cruzados y con esa sonrisa que tanto odio.

–Eres una mentirosa– me dice con tono gracioso.

–Y tú un capullo– le gritó antes de salir por la puerta.

Prefiero irme andando antes que con ese idiota. ¿Qué se piensa? ¿Qué porque me guste va a manejarme como se le antoje? Pues no.

Escucho un motor detrás mía y ya sé quién es, por eso ni me giro. Acelero el paso, pero se pone a mi altura.

–Vamos, Gatita, no te pongas así por una tontería. Te gusto y ya, admítelo– dice desde el coche. Yo me acerco a la ventanilla dónde está él.

–Mira, hipócrita, ya bastante que vives en mi casa, como para que ahora tener que lidiar contigo también en el instituto. A mí no me gustas, a lo mejor eres tú el que está obsesionado conmigo– digo cabreada. Él se pone serio de repente y me mira con sus ojos azules.

–Yo a tu problema lo llamaría idiotez. Y ahora sube al coche, no puedo permitir que te vean hablando conmigo– dice mirando a sus costados.

ADONISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora