–Sí, mamá, volveremos dentro de poco– dijo mi padre con cansancio.
–Cuidaos, hijo– dijo mi abuela. Luego se acercó a mí y me dijo al oído: A lo mejor te ha dejado para protegerte. Piénsalo y busca respuestas, mi cielo.
Subí al autobús y me senté al lado de mi padre.
¿Qué habrá querido decir mi abuela con esa frase?
Esta semana en San Francisco me ha sentado tan bien... Que ahora no quiero volver a Eastwood..
–¿Y por qué al final decidiste venirte conmigo?– preguntó mi padre sacándome de mis pensamientos.
–Aamm bueno, hacía tiempo que no veía a la abuela y...pues eso– dije nerviosa. Él asintió no muy convencido y se volvió hacia la ventanilla.
...
5 horas más tarde ya estábamos en casa. Entramos y yo fui a la cocina para comer algo ya que era hora de cenar.
–¿Tú qué vas a cenar, papá? ¿Quieres que haga para los dos?– pregunto abriendo la nevera y sacando agua fría.
–No, cielo. Yo me voy ya a dormir, que mañana por la noche tengo un largo viaje hasta casa de tu tío Paulo– dice bebiendo de mi botella de agua.– Y tú no te acuestes muy tarde que mañana tienes clase. Solo te quedan dos semanas, y están llenas de exámenes, así que estudia a tope, cariño– me besa la mejilla y se sube a su habitación acompañado de un "Buenas noches".
Mierda. Tiene razón. Mañana es lunes y ya empiezo a tener exámenes finales a partir del jueves... Creo que voy a tener que empezar a estudiar algo..
Miro lo que hay para cenar y me decido por una hamburguesa con patatas. Sí, muy saludable...
Sacó la carne aplastada en forma de círculo y la meto en la sartén caliente. Después hago las patatas, un huevo y por último el bacon. Lo junto todo (menos las patatas) en un pan de hamburguesa, y lo acompaño de una loncha de queso entre el bacon y la hamburguesa.
Estoy sentada cenando cuando me empieza a sonar el móvil. Lo saco del bolsillo y veo que era un número desconocido. No suelo cogerlos, pero últimamente me da igual todo.
–¿Diga?– pregunto.
–Ágata, soy Karim. ¿Dónde cojones estabas?– pregunta gritando.
–Aamm me fui con mi padre a visitar a mi abuela. ¿Por qué?– pregunto dando un buen mordisco a mi cena.
–Porque he ido 3 veces a tu jodida casa y no te encontraba joder– dice exasperado.
–¿Por qué estas así? ¿Para qué me buscas tanto?– pregunto aún con la boca llena.
–¿En serio? ¿Me estás jodiendo, Ágata? No tiene ni puta gracia esa pregunta– responde furioso.
–¿Qué pregunta? ¿Qué dices? Tío, no sé que te pasa, pero a mí no me vengas con rollos porque te cuelgo– le amenazo pinchando una patata con el tenedor y mojandola en ketchup.
–¿Entonces no lo sabes?– pregunta más calmado.
–¿Saber el qué?– vuelvo a preguntar un poco mosqueada.
–Estoy en tu casa en 15 minutos. Espero que me hayas guardado un poco de esa cena deliciosa que has hecho– dice.
–Pero está mi padre en...– no acabe porque me había colgado.
