–Ágata yo te lo puedo explicar– dice tocándome la mano, pero yo me alejo.
–Espero que tengas una buena explicación, porque la vas a necesitar– digo furiosa.
–Mejor siéntate– me dice volviendo a su postura de chico malo.
–Estoy bien de pie– digo cruzada de brazos. Él se pone delante de mi.
–Yo perdí mis alas al hacer algo muy malo en el cielo, y cuando estaba aquí, me dieron una misión para completar si quería mis alas, pero yo no podía- dice perdido con la mirada.– Mi misión era matarte, Ágata– suelta. Mi corazón se paraliza.
–¿Y por qué no lo hiciste cuando tuviste oportunidad?– pregunto con las lágrimas apunto de salir.
–Porque no iba a quitarle la vida a alguien para recuperar mi pasado. Además, aquí estoy mucho mejor– dice.
–¿Y te lo mandaron los Argels?– pregunto secándome las pequeñas gotas de mis mejillas.
–Sí, pero he mandado a la mierda mi única oportunidad de volver a ser un ángel por ti, deberías agradecérmelo– dice arrogante. Yo me río irónica.
–Pues gracias, hombre. De verdad, a veces creo que te expulsaron del cielo por gilipollas– digo antes de girarme y subir a mi habitación.
Subo a mi habitación antes de que me vea llorar a mares. Sí, soy una blanda, pero no puedo evitar que lo que él me diga me afecte. Entro en mi habitación y enciendo el móvil. Veo 7 llamadas perdidas de Drew, 200 mensajes y 10 notificaciones de aplicaciones. Vaya, si que me echan de menos...
Llamo a Drew, al momento contesta.
–Ya era hora de que me contestaras al teléfono. Llevo 2 horas intentando localizarte– dice exhasperado. Yo me río.
–Perdona, es que me han expulsado y mi padre me había quitado el móvil– miento.
–Ya me he enterado de lo de tu expulsión– empieza a mearse de la risa.– Eres la hostia. Oye, ¿te apetece dar una vuelta por el centro comercial?– pregunta.
–Claro, ven a las 6 a por mi. Te quieeroo– me despido.
–Yo maas– se despide y cuelgo.
Reviso todo y cojo los auriculares. Enciendo YouTube y pongo mi Mix de reproducción personalizado. Mis oídos se llenan de Austin Mahone durante un largo rato para olvidar la mierda de vida que llevo.
(...)
Abro los ojos al escuchar voces en la entrada. Bajo corriendo y veo a Drew y a Kyle enfrentados. Se miran de una manera que da miedo.
–¿Qué está pasando?– pregunto. Ellos dejan de mirarse y ahora me miran a mi.
–Nada, Agui. Vámonos– dice Drew.
–Espera que me cambie. Sube conmigo– digo. Él asiente y cuando va a subir, Kyle lo coge del brazo y lo frena.
–Tú te quedas aquí, porque como subas, te rompo la boca– dice de una manera muy amenazadora.
Yo subo a mi habitación y me pongo unos shorts grises, una camiseta blanca con el logo de CHANEL, metida por dentro, y mis Adidas Superstar. Me hago una coleta muy alta, me pinto los labios de rojo, cojo mi bolso de Agatha Ruíz de la Prada y bajo. Ellos están hablando uno frente al otro, pero de manera amenazante.
–¿Interrumpo algo?– pregunto bajando las escaleras del todo. Ellos me miran.
–Nada, guapa. Vamos– me tiende su mano y yo la voy a coger, pero Kyle me coge del brazo haciéndome daño.
