14-Rood, parte II

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-Su sorpresa no está aquí, ¿cierto? -pregunta el muchacho.

-Arriba, le estaban dando algo de comer pero no creo que tarde mucho en venir -asegura la tal Lena, que ahora se encontraba tecleando en su laptop con su mirada fija en Rood.

-¿Qué sorpresa? -curiosea Gabriel con una media sonrisa.

-La que tu papá me puso a organizar, ¿cuál más?

Sebastián se acerca a la chica y le susurra algo, ella frunce el ceño y niega. Él suspira.

El rubio deja a su imaginación volar al verlos tan cerca el uno del otro, intentando saber cuál es su tipo de relación sin tener que preguntarles ya que eso, en su opinión, se vería muy mal.

-Los civiles no suben al hospital.

-Lena, sólo por esta vez -pide él.

-Él odiaba ver a civ...

-No está aquí -se queja él, haciendo un gesto con su mano izquierda para restarle importancia al asunto.

Un sonido los alerta y los tres miran a la tercera piscina, la más cercana a donde Lena sigue tecleando.

-Ya llegó -anuncia sonriente y apaga su laptop.

Segundos más tarde, Gabriel mira con ilusión al delfín que se mueve solitario en esa piscina.

-Tu papá comentó que lloraste cuando fuiste a ver "Winter, el delfín" con tu mamá -explica él.

-¿Y me conseguiste un delfín? -pregunta, incrédulo.

Él se encoje de hombros.

-Puedo hacer algunas cosas interesantes -le comenta con tranquilidad, como si no estuviese hablando de un delfín, ¡un delfín! ¿es eso una mascota?

-Pero...-él lo mira emocionado, sin saber dónde lo pondrá, es decir, no se puede quedar en el patio de su casa como si nada-. ¿Qué haré con él?

-Ella -corrige Lena-. Se llama Serena y se quedará aquí, conmigo.

-¿Qué? -pregunta, mirándola con el ceño fruncido.

-Los delfines necesitan espacio y compañía de otros delfines. Serena estará aquí, aunque sea tuya, y puedes verla cuando quieras -explica.

Gabriel vuelve su vista al cristal, sin borrar la sonrisa de su rostro ni imaginarse que el comentario del delfín lo hizo su papá pero la idea de buscar uno y todo el trabajo de llevarlo, fue de Sebastián, quien en ese momento miraba su alegre expresión sin que él lo notase.

Después de varios minutos en los que el rubio hacía tonterías para llamar la atención del animal, se gira para ver a la chica y el muchacho conversar con rostros serios.

-¿Ella se quedará en esa piscina? -pregunta- ¿no es muy cercana a la bestia? -añade, señalando a Rood.

-Es sólo por hoy, más tarde el equipo va a llevarla con el resto de los delfines -afirma ella.

-¿Hay más?

Lena sonríe ante la pregunta.

-¿No le dijiste? -pregunta, mirando al muchacho.

-Este es un hospital-acuario, hay muchos otros animales aquí -dice Sebastián, sin mirar a ningún sitio en particular, algo perdido.

La visita duró algunos minutos más, hasta que a Lena le informaron que era hora de alimentar a Rood y Gabriel quiso largarse antes de ver a ésa "bestia" comiendo.

Al llegar a la casa, era hora de la cena y el rubio aprovechó para presumirles a todos en la casa que tenía un delfín hembra por mascota y que iría todos los días a verla en el acuario.

-¿De dónde sacaste un delfín? -quiere saber Emily.

-Papá lo pidió -contesta, causando que sus hermanos dirijan su mirada a su papá.

-El crédito es de Sebastián, él hizo el favor -afirma él, para evitar que sus otros dos hijos, especialmente Peter, pregunten el por qué no tienen un delfín también.

-¿Cómo? -pregunta Carla en un susurro.

-Pedí favores, nada importante -le asegura él, en el mismo tono de voz.

-¿No te parece que te estás comenzando a tomar muchas molestias? Haces cosas que no estaban incluidas en el trato -comenta.

-¿Hacer feliz a tu hermano es malo? -dicho esto, lo señala.

Era la primera vez desde que él llegó a ésa casa en que el rubio conversaba alegremente en las horas de comida. De hecho, era la primera vez desde la muerte de su mamá que se animaba a conversar así con ellos.

Pero, claro, Sebastián no sabía eso.

Atormentado [AYOA#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora