Lauren es un chico golpeado por el destino, pero no tanto como Estefany, una joven que con solo 19 años sabe ya lo que es frustración, resentimiento y odio.
Ellos tienen tres cosas en común: El cariño que se tienen, el odio a una persona en especial...
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Después de un reconfortante descanso en el cómodo avión, nótese la ironía, desperté y fue hermoso que a la primera persona que vea sea Estefany.
Ella me miró y sonrió, supongo que le causó demasiada gracias verme con cara de sueño.
- Buenos días Lauren - lo dijo con una suave y delicada voz. - Hola Estefany - le devolví la sonrisa. - ¿Qué tal descansaste? Dormir en el avión es lo mejor del mundo, ¿Verdad? - Jajajajajaja - capté la burla - Sí, claro - respondí con toda la ironía del mundo. - Lauren, habla despacio... - dijo mirando a los demás pasajeros - Ellos aún están en media noche jaja.
Su sonrisa es tan tierna y encantadora, está llena de dulzura y delicadeza.
- Lo siento, es que tu belleza me desconcentra y me desconecta - lo dije como si fuera el mejor declamador del mundo. - ¡Qué buen verso jaja! - respondió mientras aplaudía, luego giró el rostro, estoy seguro que se sonrojó, adoro a las chicas que se sonrojan cuando les dicen algo bonito, en la actualidad hay pocas así.
Hubo un silencio, pero raramente no se tornó incómodo.
- ¿Las aeromosas están despiertas todo el vuelo? - hice esa pregunta para entablar la conversación de nuevo. - Sí... - lo dijo con duda - Pero lo bueno es que nos pagan bien y pues... - ¿Y qué es lo malo? - solté una leve risa. - Jajajajajajaja, muy chistoso Lauren - la brillante sonrisa volvió a su rostro - Oye, disculpa, tengo que ir a cabina ,el avión ya va a aterrizar y si no estoy ahí me matarán, ya debes imaginar como es el insoportable de Agusto. - Está bien, chau Estefany, un gusto conocerte. - Lauren, eso suena a despedida, ¿Sabes? Yo creo que te seguiré viendo, algo dentro de mí me dice eso. - Sí, ojalá te pueda ver pronto, me gustaría tener la oportunidad de conocerte más, quizá de... - Presiento que eres un chico muy amable y aparte muy guapo... - comenzó a reírse, luego siguió - También quisiera conocerte más. - Gracias por el elogio - tuve la intención de seguir, pero me detuve. - No tienes de qué... - miró mis ojos directamente, luego desvió la mirada, hizo una leve pausa y siguió con su oración - Lo siento, tengo que retirarme, chau.
Observé como fue avanzando, caminaba despacio, como si quisiera regresar, creo que estoy alucinando, me voy a volver loco. ¡Maldición!
Moví bruscamente mi cabeza para alejar esos pensamientos de mi mente.
Después de ver detenidamente como Estefany abría la puerta donde se encontraban el piloto y el copiloto, saqué mi celular para ver la hora.
6:53 a. M.
Miré la hora diez veces, después introduje el celular nuevamente en mi bolsillo.
Suspiré, luego estiré mi cuello y moví un poco los brazos intentando recuperar la movilidad que había perdido durante más dos horas sentado durmiendo en el avión.
Escuché la voz de una chica por el parlante.
- Muy buenos días pasajeros de la aerolínea Fly Line, espero que haya sido muy placentero su viaje, les informo que su vuelo concluyó, acabamos de llegar al aeropuerto Jorge Chávez, muchas gracias por su preferencia, les habló Gisela Tanta.