Paralelos

Capítulo 5: "Volverte a ver."

Después de estar mirando el lugar, terminé por aburrirme, algo muy común en mí, y me eché en la hamaca, la tentación de verla ahí fue demasiado fuerte y no pude resistirme, me coloqué boca abajo, mirando al grass con detenimiento.

De repente, sin querer, sentí la necesidad de mirar hacía arriba, visualizar el cielo infinito, ese cielo que tanto amó y mencionó Neruda en la mayoría de sus poemas, en sus veinte poemas de amor y una canción desesperada.

Uno de mis poemas favoritos es el Poema 20.
Definitivamente ese poema no se lo dedicaría a cualquiera.

PUEDO ESCRIBIR LOS VERSOS MÁS TRISTES ESTA NOCHE, ESCRIBIR POR EJEMPLO: "LA NOCHE ESTÁ ESTRELLADA Y TIRITAN AZULES LOS ASTROS A LO LEJOS, EL VIENTO DE LA NOCHE GIRA EN EL CIELO Y CANTA", PUEDO ESCRIBIR LOS VERSOS MÁS TRISTES ESTA NOCHE...

Me sumergí en un mar de pensamientos, desde mi frustración en estos años lejos de casa, hasta mis padres, hasta Estefany e incluso hasta en el mismo Cristofer, comencé a pensar y pensar.

Luego, apareció ella, Rosela, la chica que trabajaba en casa de mis padres.

Cuando llegué a casa supongo que me encontraba muy nervioso o distraído, ya que no me di cuenta lo hermosa que era ella.

Físicamente era pequeña, tenía la tes clara, los ojos color marrón al igual de su esponjoso y largo cabello que le llegaba hasta la cintura, el uniforme no disimulaba su belleza.

Desde la primera impresión esa chica me había caído muy bien, he encontrado chicas muy guapas acá en Perú, las francesas no son nada en comparación con ellas, solo Flor les podría hacer competencia.

Indudablemente se parecía a mí en lo psicológico, ya que también era muy tímida, así que decidí ser yo quién hablara y de el primer paso en nuestra futura amistad.

~ Rosela - la llamé.
~ Oh, joven Lauren, aquí tengo la ropa de baño de su padre.
~ Muchas gracias... - ella me interrumpió.
~ De hecho, veo que ya se quiere meter a la alberca, ¿Verdad?
~ Pues me saqué el polo por... La tentación y el calor jaja.
~ Claro - se comenzó a reír.

Sin querer llevé el tema a otro ámbito, y lo cambié bruscamente.

~ Mis padres... ¿Cómo son contigo? - dije dubitativo.

Ella me miro sorprendida, pero aún así respondió mi interrogante.

~ Sus padres, ellos son seres increíbles, son personas geniales que el señor Dios puso en mi camino para que me ayudaran, ellos llegaron en un momento duro para mí, me tendieron la mano, estoy infinitamente agradecida con ellos, siempre lo estaré, tiene suerte en tener unos padres así.

No pude ocultar mi asombro, esta chica... Se notaba que era muy creyente, además tenía un gran aprecio por mis progenitores.

Cuándo estábamos hablando de temas sin sentidos era bromista, pero cuando le pregunté por mis padres, su actitud cambio demasiado, creo que les está muy agradecida, tal vez en verdad ellos la ayudaron demasiado en ese determinado momento, y en cuanto a lo otro, es creyente, por lo tanto ingenua, pobre, algún día le regalaré libros de Kant o Steven Hawking, esos hombres si son verdaderamente inteligentes.

~ Así que mis padres fueron muy generosos contigo Rosela, eso es muy bueno y me alegra bastante - dije con sinceridad.
~ Sí - dijo afirmando - sus padres son las mejores personas que he conocido en mi corta vida.
~ Uhm, y hablando de vida... ¿Cuántos años tienes? - me arrepentí al instante, dicen que a las mujeres no les gusta que les pregunten su edad.
~ Ya tengo 20 años, ¿Y tú?... Este... Digo... Usted, ¿Cuántos años tiene joven Lauren? - dijo con una duda tremenda.
~ Jaja, vamos... Si yo te tuteo, tú también puedes hacerlo, con confianza, yo tengo 26 años llenos de penuria y sufrimiento - dije bromeando.