Lauren es un chico golpeado por el destino, pero no tanto como Estefany, una joven que con solo 19 años sabe ya lo que es frustración, resentimiento y odio.
Ellos tienen tres cosas en común: El cariño que se tienen, el odio a una persona en especial...
Pasaban los segundos, los minutos, las horas y me sentía más ansioso, esperaba a que la enfermera me llame de una maldita vez, que se me acerqué y me diga "Lauren, puedes pasar, adelante" y no se daba, quizá tengan razón, quizá cuando más deseas algo, más difícil es que se cumpla, más difícil es que se te de, ¿No?
En fin, fueron las peores horas de mi vida, pero no hay mal que mil años dure, no hay persona que la resista y terminó, las enfermera por fin se me acercó y me dijo lo que tanto quería escuchar.
~ Lauren, ya está estabilizada, pasa, adelante, con mucho cuidado, ¿Sí? ~ Está bien, como usted diga. ~ Vale, camina por los pasillos, de frente, al final de corredor, doblas a la derecha, es la habitación 302, entras despacio, no hagas ruido, por favor. ~ Okey.
Me di media vuelta y comencé a caminar, las piernas me temblaban, en estos momentos más que nunca odio ser Lauren, odio mi cobardía.
Mis pasos eran lentos, como si quisiera y a la vez no quisiera verla, que irónico, ¡Joder!
Finalmente termina el suplicio, llega el momento y me encuentro a fuera, miró fijamente la puerta, alzo un poco la mirada y leo claramente el letrero de la puerta "302", doy un suspiro y cojo la perilla.
La giro, me doy cuenta que mis manos están sudando, pero eso no importa, cruzo por el umbral de la puerta y la veo ahí, echada sobre esa asquerosa cama de hospital, me da pena, me da rabia, me siento ofuscado, pero trato de controlarme.
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Camino hacia ella y solo atino a recostarme a su lado.
~ Estefany, valla mierda, ¿No? ¿Quién iba a pensar que esto pasaría?
Después entrao en razón y entiendo que ella no puede escucharme y mucho menos responderme.
~ Te amo Estefany, te amo y odio verte así, juro que todo va a mejorar, que el hijo puta que te hizo esto se va a pudrir en la cárcel, te lo juro.
Mis ojos comienzan a hincharse y seguro en algunos minutos se pondrán rojos.
~ Oh, Estefany, despierta, te lo ruego, no me hagas miserable estando así.
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HOY QUIERO DECIRTE TANTAS COSAS QUE ANTES NO PUDE, ESTEFANY, ASUME QUE TE AMO POR ENCIMA DE TODO, NUNCA LO DUDES.
Me acerco aún más y me recuesto en ella, si ella estuviera despierta, al sentir mi respiración agitada, se hubiera alejado y me hubiera golpeado, pero no, esa no es la situación de ahora, ahora ella está ahí, tendida, sin reacción.
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¡Mierda!
Veo su piel clara, sus ojos color café, el solo mirarlos me produce insomnio, su rostro es realmente perfecto, sus dedos largos, pongo mis manos encima de las suyas, miro el cable del suero y trato de no hacer tanta presión, luego miro sus labios delgados, sus cachetes...
Un segundo, oh, sus labios.
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Termino de acercarme por completo y la beso, suave y lentamente, disfruto el momento como si no hubiera un mañana, la sensación es perfecta, entro sin dudar en un libido que lastimosamente dura solo unos segundos.
Me pregunto si ella hubiera disfrutado este momento tanto como yo.
Doy otro suspiro, aún más largo que el anterior y me alejo, esta vez solo la contemplo y de nuevo agarro sus manos.
YO SOY EL HOMBRE MÁS AFORTUNADO, ME HA TOCADO SER EL QUE CONOCE CADA LÍNEA DE TU MANO, EL QUE TE MIRA Y PERMANECE SIEMPRE A TU LADO.
Intento memorizar a perfección cada rastro de si rostro, cada centímetro de su mano...
Me alejo por completo y mi vista se posa esta vez en la puerta.
"Toc - toc"
Escucho el sonido y pregunto.
~ ¿Sí? ~ Lauren, ¿Puedo pasar?
Era la enfermera.
~ Sí, adelante...
Ella entra.
~ ¿Qué pasó? ~ Ya tienes que irte, entrarán pronto los doctores.
Dudo un momento.
~ ¡Oh! ~ Por favor... ~ Vale, me voy.
Dejo de mirarla a ella y me acerco a Estefany, ahora ya con más confianza, le doy un beso en la frente y digo para mí mismo "Ella va a mejorar, las cosas van a salir bien" luego le digo a ella en vos baja "Vas a estar bien, todos estaremos bien, es una promesa".
Veo que la enfermera me observa, no sé si es con ternura, con lástima o con risa, no se lo pregunto y me voy junto con ella.
Una vez afuera de la habitación, ella se disculpa y dice que irá a traer a los médicos, yo le digo "va" y veo que se aleja.
Cuando la veo lo suficientemente lejos camino hacia el otro extremo del pasillo.
