He terminado de escribir un bonito poema, narro exactamente lo que pienso en estos momentos, no sé si me estoy contradiciendo, lo único que sé es que necesitaba desfogarme, y yo me desfogo así.
En ese poema describía todo, decía que tengo un problema con tu mirar, que adoro tu manera de caminar, que son perfectas tus caricias al abrazar, que tus labios deseo besar.
En momentos como el de ayer, la razón simplemente se ve nublada por el corazón y la garganta ya no suelta las palabras que le dicta el cerebro, solo expresa de las emociones.
Me siento ya más libre, me pongo de pié, estiro mi cuerpo, me pongo de puntitas, un bostezo sale, entro al baño, me saco la ropa y comienzo a bañarme lento, aún es temprano y nadie se ha levantado, no se me hace justo hacer bulla puesto que se levantaran, por lo tanto lo hice de la manera más callada posible.
Regresé a mi cuarto, ya eran las 6, mis papás y Rosela despertarán en cualquier instante, mientras pensaba eso, me miré al espejo y me iba cambiando, con mucha paciencia.
Se me vino a la mente lo de ayer: "Mañana a las 5 en el restaurante de la primera vez", ¿Voy?, es obvio que sí, el faltar no es una opción, tengo que ir.
Acabé de cambiarme y escuché la voz de Rosela atravesar la puerta.
~ Jóven Lauren, buenos días, despierte, ya es tarde.
~ Hola Rosela, estoy despierto.
~ Oh, lo siento.Ella se asombró por que desperté temprano seguro, imagino también que se fue, ya que no escuché más su voz.
Yo fui a desayunar, Rosela había hecho avena con huevo sancochado.
Al terminar, puse mi plato en el lavador, y entré de nuevo a mi cuarto, me eché desodorante y colonia, me volví a lavar la cara, me despedí de todos y finalmente me fui al trabajo.
Aún era temprano, así que decidí ir caminando y después tomaría combi, no había ningún apuro.
En el carro prendí el celular, activé los datos y comenzó a actualizarce el celular, tenía varios mensajes pero ninguno me importaba , solo el de ella, por eso me conecté a wattsapp y tenía 6 mensajes suyos, la sensación es hermosa, entras en un lívido.
Chau.
Buenos días.
No sé tú, pero yo no podía dormir Lauren, lo de ayer me ha dejado pensando.
Te quiero.
¿Vendrás hoy verdad?
Que tengas un buen día:).Todos estaban enviados a distintas horas, solo sonreí levemente y después le respondí.
Buenos días, sabes que también te quiero, mucho, más que tú probablemente.
Sí, estaré ahí, descuida.
Gracias, descansa, ya te veré más tarde.Llegué al trabajo, estaba entrando a mi oficina, pero al pasar por secretaria y ver al reemplazo de Estefany, pasaron como flasback lo que viví con ella.
Después de esa situación confusa, el día fue transcurriendo con normalidad, pero muy lento, supongo que soy preso de la desesperación.
¿Vale decir que la paciencia nunca fue una de mis virtudes?
No vi casi a nadie, solo a Almeyda, entré y me encerré en la oficina, hice mi trabajo escuchando música, para tratar de relajarme.
Cuando era receso para almorzar, apagué el celular porque sabia que me iban a llamar, simplemente me eché en el sillón y comencé a mirar el techo, siempre he tenido esa maldita costumbre.
Pasaba el tiempo, había entendido que eran los minutos previos, que lo que pase después me va a hacer volar o que simplemente me va a matar.
Hay solo una persona que es capaz de manejar mis emociones a su antojo, ella y sus actitudes, ella y sus palabras, sencilla y especialmente ella.
El reloj marco la hora de salida, "¡Es ahora o nunca Lauren!" Me lo dije a mi mismo y me retiré, fui directamente hacía aquel restaurante, aún faltaba para las 5, pero quería hacer todo con calma.
Dicen que debemos buscar nuestra felicidad, ¿No? Entonces la buscaré a ella, soy consciente que ella es mi felicidad.
Llegué al restaurante. eran 4:23 p.m, me senté, estaba nervioso, pero lo oculté bien, el mozo se me acerco.
~ Buenas tardes, soy Hugo Casas, hoy le atenderé yo, ¿Qué desea?
~ Estoy esperando a alguien, solo tráigame una infusión por favor, después pediré lo demás.
~ Esta bien, me retiro.
~ Okey.El mozo se fue, al cabo de cinco o diez minutos me trajo mi manzanilla, la tomé de varios sorbos, cuando la terminé alce la cabeza y bi el reloj del establecimiento, ya eran 4:55, en cualquier instante llega Estefany.
Cinco minutos.
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Paralelos
RandomLauren es un chico golpeado por el destino, pero no tanto como Estefany, una joven que con solo 19 años sabe ya lo que es frustración, resentimiento y odio. Ellos tienen tres cosas en común: El cariño que se tienen, el odio a una persona en especial...