El joven llevaba consigo siempre el único objeto que le mantenía a flote, unos pergaminos enrollados en un viejo cordón, que le servían como recuerdo de que provenía de otro lugar y es que llevaba tanto tiempo siguiendo a su general que comenzaba a sentir la terrible nostalgia.
Ver todo lo que rodeaba era grato, conocer el nuevo mundo era maravilloso, cosas que jamás ni en sus locos sueños de geógrafo se imaginó miraba a diario pero todo ello no era suficiente para él, porque comenzaba a sentir que no era parte de ahí, no pertenecía a aquel salvaje lugar.
El choque de culturas era enorme, sus ojos no dejaban de observar a los habitantes de ese mundo, maravillarse con las grandes diferencias que había entre ellos. Bueno, él siempre había sido de complexión pequeña, piel pálida y algo debilucho, de no ser por su profesión quizá nunca habría salido de su adorada España. Así que la altura no parecía variarle mucho en comparación pero otras cosas sí, la vestimenta, idioma, costumbres y la enigmática piel.
Había visto sólo dos tipos de pieles en su vida, la clara como la suya y la oscura, negra como los esclavos africanos, y aquella piel era una intermediara que no podía dejar de observar a cada lugar que avanzaba. Miraba a mujeres y hombres por igual, observaba su fisonomía y en secreto dibujaba aquellas complexiones tan únicas que tenían por la vida más al natural que llevaban.
Aquel preciado objeto que resguardaba en su pecho, detrás de sus ropas, eran pergaminos en donde escribía y dibujaba todo lo que vivía, si regresaba a España con vida, seguramente aquello sería un recuerdo más de su largo viaje.
Eso creía él.
***
La vida había sido dura. Desde que nació se vio atrapada en aquel rango social que la mantenía a lado de una mujer que poco a poco comenzaba a despreciar en secreto. Porque veía su ambición en los ojos. Según la mujer más sabia de la comunidad, ella había nacido con una maldición y un don, una que desconocía en ese momento pero que luego comprendería. El don, único y hasta molesto en ocasiones que tenía, era el de poder a través de las personas mediante sus ojos.
Por eso sin saber lo que ocurriría, sentía que Malintzin era una mujer de temer.
Había escuchado mucho sobre aquellos hombres que llegaron a sus tierras, de lo diferentes que eran a ellos y que parecían dioses. Lo que anhelaba realmente era verlos, ver sus ojos para saber sus intenciones, porque algo le advertía que se avecinaba una desgracia.
Cuando se anunció la entrada de los hombres de occidente, ella se escondió entre los edificios de piedra y observó desde lejos la llegada. Sus ojos iban de un lado a otro buscando intercambiar miradas con alguno, ninguno notaba su presencia y ella los miraba. Los rumores tenían razón, eran completamente diferentes a lo que sus ojos habían contemplado antes, aquellos seres eran más altos, mucho más altos que todos los hombres que alguna vez miró, de piel pálida como jamás había visto, cabellos como el sol...sí, ellos parecían ser hijos del sol.
Estaba tan sumida viendo a cada uno de ellos que cuando se encontró atrapada por la mirada de un peculiar hombre, fue un nuevo viaje el que recorrió en ese instante.
A través de aquellos ojos vio todo. Vio su pasado, presente y quizá maldito futuro. En aquellos ojos verdes como la hierba más fina que sus descalzos pies habían tocado, supo que encontraba al alma más hermosa de todas, porque era a la que estaba unida. Y lloró. Lloró por sus vidas pasadas, por su desgracia que era propia.
Y él estaba absorto sintiendo la más extraña conexión, su pecho se agitaba así como todo dentro de su cuerpo. Un gran impulso de retratar aquel rostro, y esos ojos que le penetraban hasta el alma, le inundó. Observó como unas delicadas lágrimas surcaban sus mejillas, quería saber a qué se debía aquella aunque por dentro sintió que él también debía llorar.
Por unos segundos sólo existieron ellos dos en el mundo. Dos viejas almas encontrándose de nuevo en una tierra nueva.
—Zyanya, ¿qué haces aquí? Ven, debes venir conmigo — una voz le sacó del trance. Parpadeó un par de veces para luego encontrarse con el rostro y ojos que más odiaba ver.
Le jaló del brazo y tuvo que ir a su lado.
—Dionisio, apresura el paso o te quedarás atrás — le gritó desde lo lejos su general.
—Voy enseguida, Sir Cortes — respondió aun aturdido.
Ambos estaban siendo jalados por el destino en diferentes direcciones por el momento...ya luego vendría la desgracia.
¡Hola chicas! Yo sé que me extrañaron -3-
Les venía a decir que... ¡Gracias! hoy que he llegado a casa he flipado como nunca al ver que Reencarnación había llegado a las 2K ٩(˘◡˘)۶es mi primer KaiSoo y no me esperaba tal apoyo, aunque sé que es gracias a Joey bebé que me ha recomendado y a Dazzl que también lo ha hecho, gracias chicas, tienen mi kokoro (╥︣﹏᷅╥) ♥
Intentaré esforzarme más, tenganme paciencia si me tardo o me equivoco, llevar 9 fics al mismo tiempo es la muerte pero yo me lo he buscado xD
Les vengo a hacer spam del bueno y a mí misma #LOL vayan a leer mi fic ChanBaek, The Star Byun, nada como este pero les dejaré una pequeña sinopsis:
"Han pasado cuatro años de que Baekhyun sufrió un grave accidente que le dejó paralitico de por vida pero él es un joven que sabe aceptar su condición, lo difícil será cuando se encuentre con Chanyeol, un chico que le ha hará darse cuenta que no sabe realmente quién es y a dónde pertenece. Cuando ambos se encuentren intercambiarán diferentes puntos de vista acerca de la vida, el amor y el futuro."
Y bueno, ya, eso es todo xD demasiada letra mía y poco capítulo, perdón :'v
Pd. que me busco los nombres de acuerdo a la época e idioma. Sí, Dye es un nombre real de la época medieval xD Zyanya significa 'eterna' no encontré un nombre que se relacionara a Jongin ;---; (like si crees que me la fumé con Dionisio xD y que se garcharian a Kai de mujer (͡° ͜ʖ ͡°))
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Reencarnación / Kaisoo
FanfictionSomos simples contenedores que se repiten una y otra vez. Cuando dos almas se entrelazan desde el primer momento en que se ven, se encuentran predestinados a encontrarse una y otra vez a lo largo de los años hasta que su amor logre completarse. OH D...